Fue septiembre de 1973 un mes luctuoso para Chile. Fue cuando se llevaron por delante la ilusión de un pueblo, las vidas de millares de personas que así lo creyeron, como las de Salvador Allende, Víctor Jara... Y Pablo Neruda, el poeta, que también murió asesinado, en la cama del hospital donde había sido ingresado días antes por una dolencia. El mismo que era (y sigue siendo) "la voz volcánica de los
hombres, / el aliento de esperanza de
los oprimidos, / el martillo destructor de
los asesinos, / la palabra escrita por
donde pasan / los panes, las forjas y sus
habitantes". En uno de sus poemarios, Estravagario (1958), se encuentra "Pido silencio", que bastantes años después, en 2009, el músico Patricio Wang incluyó en su álbum Canciones salvajes. Leer el poema y escucharlo en las voces de Winanda del Sur puede servirnos de recuerdo y homenaje.
Ahora
me dejen tranquilo.
Ahora
se acostumbren sin mí.
Yo
voy a cerrar los ojos
Y
sólo quiero cinco cosas,
cinco raíces preferidas.
Una
es el amor sin fin.
Lo
segundo es ver el otoño.
No puedo ser sin que las hojas
vuelen y vuelvan a la tierra.
Lo
tercero es el grave invierno,
la lluvia que amé, la caricia
del fuego en el frío silvestre.
En
cuarto lugar el verano
redondo como una sandía.
La
quinta cosa son tus ojos,
Matilde mía, bienamada,
no quiero dormir sin tus ojos,
no quiero ser sin que me mires:
yo cambio la primavera
por que tú me sigas mirando.
Amigos,
eso es cuanto quiero.
Es casi nada y casi todo.
Ahora
si quieren se vayan.
He
vivido tanto que un día
tendrán que olvidarme por fuerza,
borrándome de la pizarra:
mi corazón fue interminable.
Pero
porque pido silencio
no crean que voy a morirme:
me pasa todo lo contrario:
sucede que voy a vivirme.
Sucede
que soy y que sigo.
No
será, pues, sino que adentro
de mí crecerán cereales,
primero los granos que rompen
la tierra para ver la luz,
pero la madre tierra es oscura:
y dentro de mí soy oscuro:
soy como un pozo en cuyas aguas
la noche deja sus estrellas
y sigue sola por el campo.
Se
trata de que tanto he vivido
que quiero vivir otro tanto.
Nunca
me sentí tan sonoro,
nunca he tenido tantos besos.
Ahora,
como siempre, es temprano.
Vuela la luz con sus abejas.
Déjenme
solo con el día.
Pido permiso para nacer.
cinco raíces preferidas.
No puedo ser sin que las hojas
vuelen y vuelvan a la tierra.
la lluvia que amé, la caricia
del fuego en el frío silvestre.
redondo como una sandía.
Matilde mía, bienamada,
no quiero dormir sin tus ojos,
no quiero ser sin que me mires:
yo cambio la primavera
por que tú me sigas mirando.
Es casi nada y casi todo.
tendrán que olvidarme por fuerza,
borrándome de la pizarra:
mi corazón fue interminable.
no crean que voy a morirme:
me pasa todo lo contrario:
sucede que voy a vivirme.
de mí crecerán cereales,
primero los granos que rompen
la tierra para ver la luz,
pero la madre tierra es oscura:
y dentro de mí soy oscuro:
soy como un pozo en cuyas aguas
la noche deja sus estrellas
y sigue sola por el campo.
que quiero vivir otro tanto.
nunca he tenido tantos besos.
Vuela la luz con sus abejas.
Pido permiso para nacer.