viernes, 6 de noviembre de 2015

Neruda, víctima de la dictadura

La muerte de Pablo Neruda sucedió un 23 de septiembre. Fue a los pocos días del golpe de estado contra Salvador Allende y su gobierno de Unidad Popular. Estaba enfermo y, por ello, hospitalizado. Por aquel tiempo se decía que esa situación, así como el saqueo de sus casas en Valparaíso y Santiago, le afectó decisivamente. Años después Manuel Araya, quien fuera chófer y ayudante suyo, denunció su asesinato. Aludía concretamente al envenenamiento a través de una inyección. 

En 2011 se publicó en Chile el libro Sombras sobre Isla Negra. La misteriosa muerte de Pablo Neruda, escrito por el periodista e historiador español Mario Amorós. En el mismo se hace una exposición detallada de numerosos pormenores acerca de los últimos meses de la vida del poeta que llevan a concluir que su muerte fue intencionada. En la versión oficial del gobierno militar la causa fue un cáncer de próstata, del que estaba siendo tratado en la Clínica Santa María de Santiago. Pero la propia viuda, Matilde Urrutia, lo negó ya al poco de su muerte. Algo que fue corroborado por el médico que lo estaba tratando. Amorós también utilizó el testimonio de Araya, que fue testigo directo del momento en que se le administró la inyección que en poco tiempo acabó con su vida. Sabido es que en Chile ha habido otras muertes misteriosas, como la de Eduardo Frei, presidente de Chile antes que Allende, fallecido en otra clínica tras ser intervenido por una hernia de hiato. 

Hoy el diario El País ha publicado el artículo de Winston Manrique Sabogal "Un informe oficial ve 'altamente probable' que Neruda fuera asesinado". Se dice en él que "son las principales conclusiones del documento que el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior de Chile envió al magistrado Mario Carroza Espinosa, encargado de la investigación de la muerte de Neruda", y que "forma parte del secreto del sumario investigativo número 1038-2011". También se dice que dicho documento aparece en un nuevo libro de Mario Amorós, Neruda. El príncipe de los poetas, que va a publicarse de inmediato en España y Chile. Para el juez Carrizo existen altas probabilidades de que el cáncer no fuera la causa de la muerte, pero ha anunciado algo que, no por sorprendente, reforzaría la tesis del asesinato: "Estoy a la espera del resultado de una última prueba científica revelada en mayo. Se trata de una bacteria, el germen del estafilococo dorado, hallado en el cuerpo del poeta. Todavía estoy recogiendo antecedentes". 

El entierro de Neruda se convirtió en la primera manifestación contra la dictadura militar. Cientos de personas estuvieron presentes en el cementerio parta acompañar el féretro y muchas de ellas, puño en alto, se atrevieron a cantar "La Internacional". 

Su muerte sigue siendo un misterio, pero quizás cada vez menos. Y ojalá se pueda decir algún día lo que cantó en uno de sus poemas*:

La tierra que nos dio las alegrías,
la que nos enseñó el padecimiento
florecerá con todos algún día.


*Incitación al nixonicidio y alabanza de la revolución chilena. Sobre el contenido de este libro-poema puede leerse el artículo mío "Hacia los pueblos alzo nuestro vino", que Rebelión publicó el 17 de septiembre de 2010; dos meses antes lo había publicado en este mismo cuaderno.