lunes, 25 de septiembre de 2023

Hasta siempre, Juan José y Genoveva


En apenas nueve meses -entre diciembre pasado y el actual septiembre- se nos han ido Genoveva y Juan José. Geneviève y Jean. Recuerdo nuestra despedida en el mes noviembre de hace seis años, con el mar y la arena de la playa de un día soleado como testigos. Yo había salido de mi clase matutina, buscando esa tranquilidad que aporta el maravilloso paisaje marino que nos rodea, mientras  Genoveva y Juan José ultimaban su adiós a lo que había sido su tierra de acogida estacional desde doce o trece años antes. No fue una despedida definitiva, pues quedamos en volver a reencontrarnos. ¡Lástima que no hayamos podido cumplirlo! Atrás hay recuerdos imborrables. Empapados de la complicidad que se desprende cuando la amistad es verdadera. Como esos encuentros en torno a una mesa llena de los olores que desprenden la comida y los licores, con esas conversaciones en la que dejábamos caer nuestras ganas de recordar, de reivindicar, de vivir... 


Me viene a la memoria la caminata por la sierra de Aracena, allá por 2006. O esos días de estancia en Priego, en octubre de 2016, perfumados por los olivos, recogiendo membrillos en Zagrilla o visitando las ruinas íberas y romanas de Almedinilla. Unos meses ante, en junio, les dediqué una entrada en
mi cuaderno. Quería que sirviera, a la vez, como una semblanza de sus vidas y como prueba de amistad. Ahí la dejo para poder leerla, porque la vida de Juan José, hijo del exilio siendo muy niño, lo merece: "Juan José y Genoveva, una amistad desde Bretaña". Ahora me queda el consuelo de poder verlos cada día a través de esa pintura hecha por el mismo Juan José y que con tanta generosidad nos regalaron a Felisa y a mí.