
Este caso no es único, sino que está afectando a bastantes fotoperiodistas más, también dentro de procesos penales o de sanciones administrativas, esta vez relacionadas con la ley mordaza aprobada el año pasado. La idea es que se trata de amedrentar la labor de profesionales de la información que, con su atrevimiento, están sacando los colores de la represión ejercida por el poder sobre las movilizaciones ciudadanas. Teniendo en cuenta que los dos primeros años del gobierno del PP conocieron numerosas movilizaciones contra las medidas impopulares que introdujeron a saco y que la reacción fue aplicar mano dura, se entiende la reacción policial y judicial contra Capín, en este caso, y contra más periodistas.
La solidaridad con Capín lo es hacia su persona, extensible a quienes están en la misma situación, coartado en el derecho al ejercicio de su profesión y violentado en su dignidad personal. A través de los diarios digitales Diagonal y Tercera Información se puede saber más de lo ocurrido, como, entre otras cosas, los comunicados de apoyo y sendas entrevistas al periodista.