domingo, 10 de diciembre de 2023

En los tiempos que corren: unidad, entendimiento y actitud constructiva


Las derechas españolistas siguen ganando terreno y, como novedad, están consiguiendo unos niveles de movilización desconocidos. En el análisis de la situación política también debemos tener en cuenta un contexto internacional en el que los grupos reaccionarios y, dentro de ellos, los fascistas de nuestros días en sus distintas expresiones están en proceso de crecimiento. Y tampoco hay que perder de vista el pasado, aun cuando pueda parecer lejano.

En el ámbito electoral los grupos de la derecha más extrema han obtenido una rotunda victoria en Argentina y Europa está viendo cómo siguen avanzando. El último, aun siendo relativo, en los Países Bajos, donde han sido el grupo más votado. Está por ver lo que pueda ocurrir en las próximas elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2024, pero el panorama resulta alarmante. Más lejos, para noviembre del próximo año, quedan las elecciones presidenciales de EEUU, pero el trumpismo sigue muy vivo. Considero que su derrota en 2020, como la de Bolsonaro en Brasil el año pasado, no fue ajena a su nefasta (y ridícula) gestión de la pandemia del covid-19, que llevó a mucha gente a apartarse de quienes representaban un peligro real para la vida. 

Volviendo a España, el peligro que representan las derechas es múltiple. Amenazan con revertir los avances conseguidos en los últimos años en derechos sociales y cívicos; con intensificar la vía de las privatizaciones de los servicios públicos; con dinamitar cualquier puente de diálogo y entendimiento con quienes defienden una mayor soberanía para sus territorios...

Y no debemos olvidarnos de lo ocurrido en los años 30 del siglo pasado. La estrategia de los frentes populares para frenar al fascismo llegó tarde. Demasiado tarde. Atrás quedaron los enfrentamientos entre los grupos de izquierda, cada uno defendiendo sus posiciones, cuando no prodigando la fragmentación, al margen del verdadero peligro. Lo ocurrido primero en Italia (de hecho, desde 1923) no aportó la suficiente madurez política para que años después en Alemania aflorara con fuerza la variante del nazismo, que se hizo con el poder en 1933. Lo que vino después ya lo sabemos: el momento de mayor destrucción de vidas humanas habido.

La experiencia española de esos años, expresada en la formación del Frente Popular (nacido en enero de 1936 como coalición electoral, pero avanzada meses antes), no llegó con el tiempo suficiente. Triunfante en las elecciones de febrero de 1936, fue la base de la resistencia contra los militares sublevados en julio, las fuerzas sociales y políticas reaccionarias que las apoyaron y las ayudas decisivas de las dos potencias fascistas: Italia y Alemania. El final, empero, fue una durísima represión y cuatro décadas de dictadura.

No entender lo que está ocurriendo en nuestros días, así como olvidarse de lo que pasó nueve décadas atrás, nos puede llevar a un nuevo desastre. Y eso supone, en primer lugar, tener conciencia de unidad. También, voluntad de entendimiento. Y, por supuesto, una actitud constructiva. Difícil, sí, pero necesario.

(Imagen: "Lady Anita", de Marina Anaya).