viernes, 10 de octubre de 2014

Francisco Giner de los Ríos

Nos recuerda hoy la portada de Google el natalicio de Francisco Giner de los Ríos. Aquí dejo una breve reseña que hice del personaje en noviembre de 1998, concretamente en el número 31 de Debate Ciudadano, la revista que estuvo editando la asamblea local de IU de Barbate entre 1996 y 2007.


"La separación entre el discípulo y el maestro (...); la sequedad de las relaciones, limitadas a la función meramente instructiva sin extenderse casi nunca a la educación intelectual y mucho menos a la moral, física, etc.; el carácter verbalista y mecánico de los métodos; el sentido abstracto de los programas (...), como que se excluye expresamente todo lo que puede tener interés de actualidad y alguna conexión con los asuntos y problemas diarios de la vida; la falta de cooperación por la parte de las familias...". Con estas palabras tan actuales se expresaba hace poco más de cien años un personaje tan nombrado, pero del que poco o nada se sabe de su obra. Nacido en la ciudad malagueña de Ronda en 1839, estudió Derecho en Barcelona, instalándose finalmente en Madrid, donde desarrolló su actividad profesoral en la Universidad Central y, en especial, pedagógica hasta su muerte en 1919. Liberal de espíritu, estaba influido por un pensamiento, el krausismo, que hacía de la educación de las gentes y de su rectitud moral los pilares sobre los que debería asentarse la sociedad. Sufrió por ello los rigores gubernamentales (dos veces fue separado de su cátedra), al defender la primacía de la razón frente al oscurantismo religioso y oponerse a una monarquía arbitraria. Fundó en 1876 la Institución Libre de Enseñanza, un centro educativo pequeño que aportó prácticas e ideas avanzadas en su tiempo como la coeducación, el laicismo, la educación física, las excursiones escolares, la enseñanza global, la desaparición de los castigos y premios, etc. Por sus aulas pasaron, como docentes o estudiantes, Leopoldo Alas, Bartolomé de Cossío, Joaquín Costa, Julián Besteiro, los hermanos Machado, etc. y a su influencia se deben logros como el Museo Pedagógico (1882), la extensión universitaria, el ministerio de Instrucción Pública (1900), la Junta de Ampliación de Estudios (1910, que posibilitó completar los estudios en el extranjero) o la Residencia de Estudiantes (1910, por donde pasaron personajes tan relevantes como Dalí, Buñuel, Lorca, etc.). Pero, sobre todo, y ahora en palabras de su sobrino, el socialista Fernando de los Ríos, "sus discípulos se injertaron en la organización pedagógica española en el mayor silencio. La Escuela Superior de Magisterio, la Junta de Ampliación de Estudios, la Escuela de Criminología y hasta la Residencia de Estudiantes (...) han sido los gérmenes que han posibilitado el advenimiento de un régimen nuevo (...). La República española recoge los resultados de aquellos años".