Veo la cosa mal en Ucrania. La tensión sigue en aumento y con ella los actos de violencia. Una tensión que tiene varios frentes: en el interior, el gobierno ucraniano, que representa a la población de la parte occidental del país, y la población de la parte oriental; en el exterior, los países aliados del gobierno ucraniano y Rusia. No faltan tensiones y diferencias en el seno de cada ámbito. Así, el gobierno ucraniano mantiene un equilibrio difícil entre los sectores más moderados y la extrema derecha. Entre sus aliados hay diferencias entre EEUU, que está actuando de cara a instalar en la parte occidental bases militares, y Alemania, que está afectado por la dependencia del suministro de gas natural procedente de Rusia. EEUU, con la ayuda de Francia sobre todo, quiere medidas más contundentes. Alemania, por el contrario, busca el apaciguamiento. En la parte oriental hay un alto grado de homogeneidad cultural e incluso política en la población, pero la situación bascula en relación al grado de vinculación con Rusia. En Crimea, de mayoría rusa, han optado por la integración en ese país. En otras zonas el protagonismo en estos momentos está en manos de quienes también quieren esa integración o simplemente quieren conformar una segunda Ucrania.
La situación está difícil, repito. En la década de los noventa se vivió en Yugoslavia una situación parecida en parte. Algunos aspectos son coincidentes, especialmente la división étnica/comunitaria en cada una de las regiones principales. En condiciones críticas es fácil que las diferencias acaben derivando en episodios de violencia interétnica/intercomunitaria. Lo suficiente para que quienes se sienten salvadores actúen con arreglo a sus intereses. En Yugoslavia fue Alemania la primera que azuzó el fuego para atraer a Eslovenia y Croacia. Después fue EEUU la potencia que empezó a intervenir de una forma más activa, primero en Bosnia y luego en Kosovo. Ahora en Ucrania de repite en parte el guión, con nuevos actores y algunos papeles cambiados.
Me voy ahora más atrás en el tiempo. En el conflicto yugoslavo inicialmente se reprodujo lo ocurrido antes del inicio de la Primera Guerra Mundial: el apoyo de Alemania a los territorios del antiguo Imperio Austro-Húngaro (es decir, Eslovenia y Croacia) frente al país aliado del Imperio Ruso (Serbia); Francia, por su lado, se opuso (repito: inicialmente) al desmembramiento de Yugoslavia, mostrando su apoyo a Serbia. En el actual conflicto ucraniano estoy viendo la reproducción del inicio de la Segunda Guerra Mundial: Alemania está evitando una confrontación con Rusia, como ya hiciera en 1939 con la firma del Pacto Germano-Soviético. ¿Estará, así, sentando las bases de su triunfo en una hipotética tercera guerra mundial?