Algunos de lo datos que ofrecen el barómetro del CIS del mes de mayo dedicado a Andalucía resulta altamente de interés. Concretamente los relacionados con la pregunta sobre la alianza de gobierno preferida. La que se ha acabado conformando por el PSOE e IU globalmente es la preferida por el 36% de las personas encuestadas, siendo además la primera entre todas las opciones. La de un gobierno del PSOE con apoyo de IU tiene un 12% de apoyos. Entre las dos suman un 48%, unos cuatro puntos por debajo de los resultados electorales de marzo. Más llamativa resulta la preferencia por un gobierno del PP, que la ha escogido casi la cuarta parte de las personas encuestadas, pero lejos del 40,7% de los votos obtenidos en marzo.
Vistas así las cosas, resulta evidente que el actual gobierno, no teniendo un apoyo mayoritario, sí dispone de apoyos nada desdeñables. En todo caso refleja la existencia de un electorado que prefiere las fórmulas de gobierno entre los grupos de izquierda a la de un gobierno del PP en solitario.
El barómetro nos ofrece también datos sobre las preferencias de gobierno dentro del electorado de cada grupo. Así, la fórmula actual es la opción del 68% del electorado del PSOE y el 71% de IU. Incluso es escogida por una tercera parte del electorado del PA. Poco apoyo tiene en el PP (6%) y UPyD (9%), lo que no resulta extraño. La opción de un gobierno del PSOE con apoyo de IU es preferida por un 23% de electorado del PSOE, sólo un 16% de IU y el 19% del PA.
Considero que los datos son altamente significativos. Y no sólo por el carácter de los apoyos hacia la alianza entre el PSOE e IU. También por lo que supone dentro del electorado de cada grupo. Es algo que debe ser tenido en cuenta por el PSOE e IU. En este último caso para que quienes optaron en la organización por entrar en el gobierno andaluz sepan valorar el potencial que tiene su presencia. También para quienes se opusieron a la entrada y el peso que tiene socialmente su postura.
En IU se deben tener en cuenta estos datos, pero no sólo. También hay que sopesar el riesgo que corre si quienes tienen la responsabilidad en la organización y el gobierno no actúan con coherencia y diligencia. La acción de gobierno, tanto la ejercida directamente por IU -a través de las consejerías o los ámbitos donde tiene responsabilidad- como la indirecta -teniendo en cuenta que las decisiones de gobierno son colectivas-, debe ser clara y contundente. Y siempre dentro de los parámetros suscritos en el acuerdo de gobierno, que tiene un claro referente en el programa electoral de IU.
Me opuse en su día a los recortes salariales que el gobierno andaluz tomó. Es cierto que algunas de las medidas están suspendidas mientras se discute con los sindicatos y se tramita en el Parlamento. Pero no es suficiente. Falta, repito, desmarcarse de medidas de esa naturaleza. Y también falta la toma de otras que permitan ser percibidas por la población como novedosas y, por supuesto, de carácter social y progresista.
No voy a caer en el simplismo de retirar mi apoyo a la presencia de IU en el gobierno. Pero tampoco voy a callarme. Sí demando que actúe y cumpla lo que se pactó. Que no es poco para los tiempos que corren.