jueves, 24 de mayo de 2012

Quien hace la ley, hace la trampa

Lo digo porque hace unos días el presidente, a la vez, del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial se refirió  como "miseria"  a los 12.296 euros que se gastó en sus 20 viajes a Marbella. Carlos Jiménez Villarejo, que fue fiscal anticorrupción en los años 90, ha calificado lo ocurrido como "impunidad". Aunque soy profano en la materia jurídica, he consultado el Código Penal para informarme acerca del  hurto. Y en el artículo 234 se especifica cuándo se considera falta y cuándo delito, siendo esto último si excede la cantidad de 400 euros. La pena que se impone por ello, reflejado en el artículo 235, es de de privación de libertad entre uno y tres años. No es el caso, evidentemente, de la persona en cuestión, pero sí muestra cómo se establecen los parámetros de determinados actos. El hurto es cosa, por lo general, de pringadillos. Lo otro, de gente que se encuentra en otros niveles. No pagar la hipoteca de una vivienda conlleva perder ésta, si es que no tienes después que seguir pagando parte de lo prestado. Gestionar un banco hasta llevarlo a la ruina, como vemos que se lleva haciendo desde hace años, te permite salir con indemnizaciones personales y, por supuesto, que el banco reciba ayuda del estado para enjugar las pérdidas. Vamos, lo que reza el dicho que titula este escrito.