viernes, 17 de junio de 2011

La paradoja de un instante (contra Cercas)

En 1979 se publicó el libro Adolfo Suárez: historia de una ambición, obra del periodista Gregorio Morán. En su atrevimiento, como reza el título de libro, trazó la metódica, rápida y, en cierta medida, azarosa ascensión política de un personaje salido de las entrañas del régimen franquista que, por su formación mediocre, no hubiera alcanzado la cúspide del poder en vida de Franco, amigo éste de personas con mayor lustre académico, profesional o de rango militar (Miguel, 1975). Fue ése quizás el momento de apogeo de su éxito, después de haber mostrado una gran habilidad como timonel de lo que acabó siendo una improvisada reforma pactada, sentirse airoso por el éxito de la nueva Constitución y haber ganado dos elecciones generales.

Para quienes éramos reacios a admitir la nueva criatura política surgida del pacto entre franquistas y la mayor parte de la oposición al régimen, considerábamos a Suárez un claro heredero del franquismo y poco nos importaba la calidad de sus laureles. Pero lo cierto es que año y medio después de ese apogeo, Suárez acabó siendo víctima de su entorno, de su partido, de los generales franquistas, de las maniobras del imperio, de la prensa reaccionaria o de la dura oposición ejercida por el PSOE, que en general sólo veían debilidad en el gobierno ante la intensificación de la lucha armada a manos de ETA sobre todo, las luchas sociales de sindicatos y estudiantes, o los avatares del naciente proceso autonómico. El 29 de enero Suárez hizo pública su dimisión como jefe de gobierno, reconociendo en su mensaje que la  “lealtad exige hoy también que se produzcan hechos que, como el que asumo, actúen de revulsivo moral que ayude a restablecer la credibilidad en las personas y en las instituciones” (Cid y otros, 1981: 124-125).

Un mes después, 23 de febrero, en plena investidura de su sustituto en la jefatura del gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, tuvo lugar el asalto a la sede del Congreso y la sucesión de acciones militares en distintos lugares del país. Y es aquí donde entra el contenido del libro de Javier Cercas Anatomía de un instante, donde su autor hace una lectura introspectiva y detallada, en una consciente mezcla confusa de realidad y ficción, de lo que ocurrido ese día a través de algunos de sus protagonistas principales, especialmente Manuel Gutiérrez Mellado, Santiago Carrillo y, sobre todo, Adolfo Suárez. Como no voy a hacer un análisis de sus elucubraciones, entre históricas y literarias, del libro me quedo con su cambio de percepción sobre Suárez desde cuando, como joven estudiante, sentía poca simpatía por él hasta su actual posición, panegírica, coincidente con la que su padre tenía por esos años.

En 2009, coincidiendo con el libro de Cercas, Gregorio Morán sacó otro, Adolfo Suárez. Ambición y destino, donde completó la biografía con los años que le siguieron como exgobernante, zigzagueando en su definición política, entre democristiano y  socialdemócrata, o entre centro y centro-izquierda; en su aventuras de partido, primero con el CDS, de fachada reformista y base conservadora, y luego dejándose querer y financiar por Mario Conde; y en su final acercamiento al PP desde 1996, como un hecho consumado de lo que hizo su gente cuando se fue al regazo natural de la derecha, incluido su propio hijo, que llegó a ser candidato a la presidencia de Castilla-La Mancha en 2003.

Morán se ha referido a él en términos muy duros, lo que no tiene por qué estar reñido con que se ajusten a la realidad. En su último libro ha escrito que “de todas las manipulaciones a las que se ha sometido la transición, el proceso de beatificación de Suárez es quizá de las más logradas” (González Férriz, 2009). Cercas, indulgente, se ha apoyado en la imagen paradójica de un Suárez elevado a la categoría de héroe, sentado, no tumbado, en su butaca del Congreso en medio de tricornios y metralletas, para acabar admitiendo lo que fue para su padre la clave de que en su día le apoyara políticamente como millones de votantes: “era como nosotros (…). Era de pueblo, había sido de Falange, había sido de Acción Católica, no iba a hacer nada malo” (2009: 436-437). Todo un retrato de esa parte de la sociedad española que sirvió de base social para que la dictadura durara cuatro décadas. Lo malo es que su eco sigue resonando. 

 

 

Bibliografía de referencia

Cercas, Javier (2009). Anatomía de un instante. Barcelona, Mondadori.
Cid, Ricardo y otros (1981). La caída de Suárez. Madrid, Emiliano Escolar Editor.
González Férriz, Ramón (2009). “Adolfo Suárez. Ambición y destino, de Gregorio Morán”, en Letras Libres, julio, http://www.letraslibres.com/index.php?art=13961
Morán, Gregorio (1979). Adolfo Suárez: historia de una ambición. Barcelona, Planeta.