jueves, 30 de diciembre de 2010

Torturas

Cuatro guardias civiles han sido condenados por torturas. Decir que por fin se ha hecho, quizás resulte insuficiente. Las denuncias de tortura a las personas detenidas acusadas de pertenecer a ETA son permanentes y existen organizaciones internacionales de derechos humanos que lo incluyen en sus informes anuales. Los casos no son ocasionales, sino sistemáticos. Los métodos son unas veces sibilinos, en otras ocasiones visibles y en todos los casos deleznables. El problema es que en España existe un tupido velo de silencio  sobre lo ocurre en el País Vasco en torno a la izquierda nacionalista, a la que se acusa en su totalidad como parte de ETA o de su entorno. La ilegalización de partidos, el encarcelamiento de sus dirigentes, la anulación de candidaturas electorales, el cierre de periódicos, la tortura de sospechosos, todo ello son componentes de una realidad donde se está violando derechos humanos y secuestrando la expresión política de una parte de la sociedad vasca.