martes, 24 de abril de 2018

Por ayer, que fue el Día del Libro

























Pasó el Día del Libro y no he dejado nada reflejado en este cuaderno. Algunos años lo he hecho, pero esta vez no. Y no porque no lo haya intentado. Tal vez me haya faltado tiempo. O no haya sido capaz de inspirarme. De hecho ahora sólo estoy improvisando. Sí hice a última hora una foto, con vistas a ilustrar una posible entrada. Por la tarde, en uno de los huecos entre clases, me invitaron a participar en una tertulia que un pequeño grupo de amantes de la lectura, dos de ellas compañeras, realiza cada mes en el instituto. Intercambié algunas impresiones. Habían estado hablando de la novela El niño 44, de Tom Rob Smith. La desconocía, así como a su autor. Quizás acabe leyéndola. Hace unos días acabé de leer de Gioconda Belli Rebeliones y revelaciones. Quizás por ello, dada su procedencia geográfica, me decidí a hacer lo propio con Sergio Ramírez y su novela Margarita, está linda la mar, que tiene de por medio a Rubén Darío, al patriarca de los Somoza y al patriota Rigoberto López. Por una simple coincidencia el escritor nicaragüense está de actualidad estos días. Ayer mismo recibió el Premio Cervantes. Y en su discurso lanzó un duro ataque contra el presidente de su país, Daniel Ortega, tras las muertes habidas en los disturbios por una medida tomado sobre el pago de cuotas a la seguridad social. Se refirió también al compromiso de quienes escriben, que deben ser notarios del momento en que viven. Ortega y Ramírez, presidente y vicepresidente en los tiempos de la revolución, convertidos en enemigos. Mientras corregía unas actividades otra compañera preguntó por el día en que nos encontrábamos. En parte sorprendido, raudo le contesté que a 23, añadiendo que también era el Día de Castilla y León, el Día del Libro, que coincide con la muerte de Cervantes, la fiesta de Sant Jordi... Y aunque lo pensé, no aludí a otra fecha: el aniversario del entierro de mi madre. Los noticiarios no dejaron de hablar de la fiesta del libro en Catalunya, que coincide con la de Sant Jordi, y de esa bella costumbre de regalar flores y libros. Un poco para descargarme de culpa ante mi inoperancia por dedicar una entrada a un día tan relevante estuve pensando en mi permanente dedicación a la lectura. Literaria, histórica, política... Llevo leídos por ahora en este año varias obras de literatura, hasta 16. Mis ojos han ido visionando las palabras en forma de poesía de Boris Pasternak, Violeta Parra, Attila Jozsef, 
Olvido Garcia Valdés, Reina María Hernández o Claribel Alegría; los cuentos o relatos breves de Konstantin Giorgievich Pautovski, J. K. Rowling, Héctor Urién o Héctor Andreani; las novelas de José Javier Abasolo o la referida de Sergio Ramírez; el teatro de Eurípides; las memorias de John Sommerfield; y una mezcla de testimonios, cuentos y poemas de Gioconda Belli.  Es lo que me ha ido saliendo hoy por ayer.