miércoles, 2 de agosto de 2017

Se cierra por fin la central nuclear de Garoña






















Después de varios años de indecisiones sobre la que fue la primera central del país que utilizaba la energía nuclear, el gobierno ha tomado la decisión de cerrarla definitivamente. Ubicada en el noreste de la provincia de Burgos y próxima a la de Álava, ha estado funcionando durante algo más de cuatro décadas, entre 1970, siendo la segunda central construida en el país, y 2013. Pese a ello, en los cuatro años siguientes no han parado las presiones para que pudiera mantener su actividad.   


Se trata de una buena noticia, porque desaparece uno de los elementos que conforman un modelo energético contrario al equilibrio medioambiental. Aun con ello, no deben desatenderse tres aspectos: la gestión del desmantelamiento de la central, la apuesta por otras energías, en ningún caso contaminantes, y la necesidad de atender a las personas afectadas por el fin de una actividad económica que suponía su medio de sustento. Y siempre, desde un modelo energético sostenible, no agresivo con la naturaleza y que evite riesgos innecesarios a la salud de la gente.