sábado, 24 de octubre de 2015

Proteger el cabo de Trafalgar


Hace unos meses se hizo público un proyecto para construir un hotel en el faro de Trafalgar. Contaba con el apoyo del gobierno, que estaba utilizando la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) como medio para hacerlo realidad. Y hace dos días la propia APBC y la empresa Floatel presentaron el proyecto, en el que cuentan con la ventaja de estar situado en un espacio único desde el punto de vista natural y la excusa de su carácter histórico, pero que estaría destinado a un público exclusivo, dado el elevado precio que costarían las habitaciones.

Desde el primer momento Ecologistas en Acción y WWF han mostrado su oposición alegando varios motivos, basados en el respeto al uso público de un espacio natural y su catalogación como monumento natural, sin menoscabo de que pueda reconvertirse su uso en actividades culturales, donde entren tanto lo medioambiental como lo histórico.  

El cabo de Trafalgar es un espacio de elevado valor medioambiental e histórico, que ha sido catalogado por la Junta de Andalucía como monumento natural. Conforma un reducido, pero valiosísimo, espacio costero donde se alternan las rocas areniscas, las arenas finas, la vegetación herbácea y arbustiva de litoral, un fauna variada y algunas construcciones humanas de distintas épocas. Existe una combinación de varias formas de accidentes geográficos, como el tómbolo que une la línea de costa con lo que fue un pequeño islote, dunas, pequeñas lagunas interdunares y hasta una rasa marina que aflora cuando la marea se hace muy baja. 

También pueden verse las huellas que a lo largo del tiempo ha ido dejando la acción humana, desde la más reciente del faro, construido a finales del siglo XIX, hasta las de tiempos más pretéritos, como la torre de vigilancia datada en el siglo XVI, restos de un asentamiento de la época de Al Ándalus y restos romanos de lo que fue una factoría de salazón. No falta el valor histórico que le confiere el en sus proximidades tuviera lugar hace 210 años la batalla naval que enfrentó a las flotas británica, por un lado, franco-española, por otra. E incluso, relacionado con esto último, el hueco que el mundo de la literatura le ha dejado.

Con lo que está proyectado estamos asistiendo, una vez más, al proceso de privatización de los espacios públicos, que en este caso, dado su valor natural e histórico, se pretende que se vaya restringiendo a una minoría. Así mismo, dado el carácter que tiene el proyecto, conllevaría el deterioro medioambiental de un espacio que, estando protegido legalmente, no debería permitirse que ocurriera.