miércoles, 7 de octubre de 2009

Hay muchos casos Gürtel


Caso Gürtel. Caso PP. Como el caso FILESA y demás. Casos del PP y del PSOE. También de CiU, CC… Es el método principal de financiación de esos partidos para mantener una maquinaria burocrática y clientear pesada, pero necesaria para competir en las numerosas contiendas electorales que se suceden en todos los ámbitos de la administración y poder llegar así al control político de los espacios donde resultan vencedores. Una maquinaria necesaria para pagar esas campañas electorales y las de promoción de líderes, para satisfacer favores prestados (por ejemplo, a los medios de comunicación) o para aprovisionar la propia maquinaria. Y, por supuesto, para obtener los beneficios particulares de los cerebros que diseñan, aplican y controlan el entramado. Llegados esos partidos al poder en los espacios políticos correspondientes, todo resulta más fácil, porque las concesiones administrativas a las empresas permiten aumentar, a su vez, los ingresos para repartirlos después entre el partido, las prebendas diversas y los beneficios particulares, mientras la maquinaria se sigue engrosando y pide más recursos (“¡más leña!”, como gritaban los hermanos Marx para que la locomotora corriera más deprisa a costa del propio tren).

He estado ocho años como concejal de IU en el ayuntamiento de Barbate. He sido testigo de la forma de proceder, a escala pequeña, de quienes han ostentado el gobierno municipal (el PP los ocho años; éste con el PA, en los últimos cuatro; y el mismo con algún que otro personajillo “localista”, ocasionalmente), que en poco o nada difiere sustancialmente de lo antes dicho.

Pero pasemos a un examen breve de mis ocho años de concejal. Bastaría con mirar, en algunos casos y especialmente quien fue el alcalde, cómo entraron y cómo salieron del ayuntamiento. Una simple investigación bastaría para evaluar la cuantía y poder proceder a descubrir de dónde ha salido el dinero para tener empresas y/o participar en ellas, para hacerse con un coche de más de sesenta mil euros (he oído que de noventa mil; vamos, entre diez y doce millones de pesetas), para pagar estudios a un hijo en una escuela privada de aviación… En todos los casos recibían su sueldo a cargo de las arcas municipales, variable según los casos, pero que, comparado con otros ayuntamientos y teniendo en cuenta que el de Barbate tiene un endeudamiento elevadísimo y crónico, resultaba excesivo e innecesario. Con esos sueldos la mayoría ha encontrado el trabajo que no tenía. Además se ha colocado a mucha gente como cargos de confianza, personal municipal o mediante políticas activas de empleo o cualquiera otra monserga, casi siempre bajo la forma del enchufismo más descarado y, por supuesto, a cargo de las arcas cada vez más endeudadas del ayuntamiento.

En urbanismo, en un municipio donde el boom no llegó a los extremos de otros (por suerte, pero, hay que decirlo, hasta en eso fueron unos mantas), se han hecho verdaderas fechorías. Se ha incumplido la cesión para el patrimonio municipal de lo correspondiente por la construcción en solares (mal)permutados con anterioridad en pleno centro urbano; se han vendido los aprovechamientos que le correspondían al municipio, en vez de dedicarlos a equipamientos; se ha permitido especular en un solar en primera línea de playa, vendido inicialmente por cuatro perras para construir un hotel, para construir finalmente apartamentos turísticos; se ha regalado otro solar, también en primera línea de playa, para construir apartamentos a cambio de los bajos; se han dado licencias de obras contraviniendo lo que establecía el PGOU; han desaparecido centenares de metros cúbicos de arena de terrenos municipales, incluso donde se construían obras públicas; se ha hecho la vista gorda en la disciplina urbanística sobre alturas, edificabilidad, cesión de aprovechamientos… ¿Para qué seguir? ¿Alguien se ha llevado algo? ¿Es que el aumento considerable del patrimonio de, al menos, una parte de quienes nos gobernaron salió de sus sueldos? ¿Acaso les tocó la lotería?

Siguiendo con otros ejemplos, se ha llegado a contratar a la mujer de un concejal de IU rompiendo todas las reglas establecidas (¿por qué sería?), lo que obligó a IU a pedir al entonces compañero que dejara su acta, cosa que, por supuesto, no hizo. No volvió a acudir por el pleno, pero siguió cobrando, quizás no todo, pero sí algo (¿por qué sería?). Se llegó a contratar a la hija de un concejal, se denunció por IU mediante un contencioso administrativo y el fiscal correspondiente se salió por la tangente diciendo que era un cargo de confianza.

Mientras tanto, todo lo que el grupo municipal de IU y sus miembros recibimos durante esos ocho años para poder realizar nuestra labor, según los presupuestos municipales, iba para la organización. La mitad para la provincial y la otra para la local. Con esos recursos hemos ido tirando un año tras otro, a los que había que añadir los que generábamos de las cuotas, de diversas actividades (ferias, lotería de navidad, sorteos, cenas… lo que se nos ocurría). Siempre buscando un equilibrio entre los gastos y los ingresos, procurando ahorrar para poder realizar las campañas electorales, que siempre son costosas, pero, para nuestro caso, ridículas en relación a otros partidos. Ante todo primaba la austeridad y el trabajo militante, la aportación desinteresada de simpatizantes y la generosidad de quienes aceptaban cobrar poco por lo que le encargábamos.

Basta mirar lo que, en nuestro caso, teníamos cuando iniciábamos la legislatura y cuando la concluíamos. Si tuviera que evaluar el coste personal, del que no me arrepiento, hasta me ha salido caro, porque, sin contar las horas de dedicación, cuántos gastos corrieron por mi cuenta propia (viajes, llamadas…). Para asistir a los plenos un compañero tuvo que inventarse en ocasiones excusas para no ir al trabajo, porque, aunque se tiene derecho a asistir, su jefe no podía enterarse de que pertenecía a IU. Lo hubiera despedido de inmediato. Sería largo contar muchas más anécdotas.

Y encima, la deuda que tenía el ayuntamiento con nuestro grupo, por la gestión tan admirable de sus gobernantes, fue de varias decenas de miles de euros (varios millones de las antiguas pesetas). No lo sé exactamente, porque ahora estoy fuera, pero son números que ilustran lo que pretendo denunciar.

He mostrado dos formas distintas de actuar. La de servirse del dinero público y la de servir al público. Por eso, cuando leo las noticias del caso Gürtel, no es que me ría, sino que siento, además de rabia, una gran pena que haya gente que vote al partido que está detrás y a los otros que tienen sus Gürtel a la espalda.