El título del libro, como lo que se lee en sus adentros, son un acto de provocación, como reconoció el autor. Porque se busca desentrañar las falsedades de una realidad que nos la presentan/venden de una manera diferente a lo que es. Por ejemplo: se dice lo de capitalismo y libre mercado, sí, cuando no es otra cosa que una falsedad, porque de libre no hay nada. ¿Libre competencia, con las grandes corporaciones económico-financieras mundiales absorbiendo todo lo que le rodea y limitando, cuando no impidiendo, la competencia? Otro ejemplo, a modo de recordatorio: el capitalismo, desde su origen, se fundó desde la expoliación de los recursos naturales ajenos y la explotación humana más extrema (esclavitud, trabajo infantil, trabajo asalariado agotador...). ¿Y en la actualidad? ¿Nos suena algo que todavía se siguen dando? ¿Nuestros productos de consumo baratos de dónde vienen? ¿Y esa búsqueda de recursos -llámense petróleo, gas, minerales raros...-, acaso no está en la base de esos saqueos, guerras o golpes de estado que vemos por los telediarios? Y Juan Ponte dio una advertencia: la ecuación capitalismo y democracia es un oxímoron. Y lo es porque, dependiendo de cada momento, sus ideólogos han defendido, ante todo, el interés particular de una minoría frente al interés general. Defienden la libertad, pero sólo para explotar, depredar, enriquecerse... ¿El voto? Cuando hay que restringirlo o eliminarlo, se hace. ¿La libertad de expresión? Cuando hay que conculcarla o, controlando los medios de comunicación, apropiársela, pues también se hace. ¿Los derechos sociales? Son demasiado costosos, lo que dificulta la acumulación de los beneficios. Ojo, por tanto, con el fascismo de nuevo cuño. El de los Trump, Bolsonaro, Milei, Meloni, Le Pen...
Fue un acto bonito en un ambiente agradable. Allí fui, desde Barbate, con Antonio, José y Diego. Adquirí el libro, que me firmó su autor. Hablé con mucha gente, conocida de tantas cosas y tantos años. Y no faltó hacerlo con el propio Antonio Maíllo, que estuvo acompañado de Agustín. Le recordé lo de un día del año 1996 (¿o fue en 1997?) en Sanlúcar de Barrameda, siendo él coordinador local de IU, cuando me acerqué con miembros de la comisión provincial de Educación. Tiempo ha. ¡Salud, Antonio!