Fue entre los últimos momentos del día 2 y las primeras horas del día 3 cuando se procedió a iniciar la exhumación y el traslado de los restos mortales del general Gonzalo Queipo de Llano desde la basílica sevillana de la Macarena, donde estaba enterrado junto a su esposa. Se hizo con nocturnidad y contó con la presencia de familiares y algunas personas allegadas, además de periodistas y cámaras de medios de comunicación. Al final, cuando se alejaba el coche que trasladaba los restos, se soltaron aplausos y no dejó de faltar un grito aislado de "¡Viva Queipo!". Pero alguien más se había acercado allí, con urgencia, pero con decisión, después que alguien la levantara de la cama para informarle de la operación que se estaba llevando a cabo. Fue Paqui Maqueda, hija y nieta de víctimas mortales de Queipo de Llano, también de personas represaliadas, y una incombustible de la lucha por la memoria de las víctimas del fascismo. Y con valentía, en medio del silencio, después de haber oído el grito que vitoreaba al general genocida, dio rienda suelta a sus emociones: "¡Honor y gloria a las víctimas del franquismo! ¡Juan Rodríguez Tirado, Enrique Rodríguez Rodríguez, Juan Rodríguez Rodríguez, Pascual Rodríguez Rodríguez, Francisca Rodríguez Rodríguez...! ¡Honor y gloria a las víctimas del franquismo! ¡Ayer, hoy, siempre!". No faltó que alguien soltara un "¡Cállate puta!". Lógico entre esa jauría de fascistas, machistas, misóginos y homófobos. A quien estaban acompañando no era otro que, en un 23 de julio de 1936, soltó estas palabras: "Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a sus mujeres. Después de todo estas comunistas y anarquistas se lo merecen. ¿No han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen". Más que nunca, pues, con Paqui, "¡Honor y gloria a las víctimas del franquismo! ¡Ayer, hoy, siempre!".
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viernes, 4 de noviembre de 2022
La valentía de Paqui Maqueda defendiendo la dignidad de las víctimas de Queipo de Llano
Fue entre los últimos momentos del día 2 y las primeras horas del día 3 cuando se procedió a iniciar la exhumación y el traslado de los restos mortales del general Gonzalo Queipo de Llano desde la basílica sevillana de la Macarena, donde estaba enterrado junto a su esposa. Se hizo con nocturnidad y contó con la presencia de familiares y algunas personas allegadas, además de periodistas y cámaras de medios de comunicación. Al final, cuando se alejaba el coche que trasladaba los restos, se soltaron aplausos y no dejó de faltar un grito aislado de "¡Viva Queipo!". Pero alguien más se había acercado allí, con urgencia, pero con decisión, después que alguien la levantara de la cama para informarle de la operación que se estaba llevando a cabo. Fue Paqui Maqueda, hija y nieta de víctimas mortales de Queipo de Llano, también de personas represaliadas, y una incombustible de la lucha por la memoria de las víctimas del fascismo. Y con valentía, en medio del silencio, después de haber oído el grito que vitoreaba al general genocida, dio rienda suelta a sus emociones: "¡Honor y gloria a las víctimas del franquismo! ¡Juan Rodríguez Tirado, Enrique Rodríguez Rodríguez, Juan Rodríguez Rodríguez, Pascual Rodríguez Rodríguez, Francisca Rodríguez Rodríguez...! ¡Honor y gloria a las víctimas del franquismo! ¡Ayer, hoy, siempre!". No faltó que alguien soltara un "¡Cállate puta!". Lógico entre esa jauría de fascistas, machistas, misóginos y homófobos. A quien estaban acompañando no era otro que, en un 23 de julio de 1936, soltó estas palabras: "Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a sus mujeres. Después de todo estas comunistas y anarquistas se lo merecen. ¿No han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen". Más que nunca, pues, con Paqui, "¡Honor y gloria a las víctimas del franquismo! ¡Ayer, hoy, siempre!".