viernes, 8 de marzo de 2019

Manifestándome el 8 de marzo

Hoy está siendo una nueva jornada histórica. Son millones las personas que se están movilizando por numerosos países en defensa de los derechos de las mujeres. Exigiendo la igualdad real con los varones, incluso donde existen más avances, y exigiendo el fin de la marginación y la esclavitud allí donde están relegadas a la peor de las opresiones. La ola feminista que estamos viviendo ha de ser el motor de una nueva época. El empuje de las mujeres por su empoderamiento debe llevar al derrocamiento del sistema patriarcal. El mismo que se resiste a fenecer y que de nuevo se está tiñendo de fascismo. El mismo que está asomándose en nuestro país para denigrar a las mujeres y negar la violencia que se ejerce sobre ellas. Es necesaria la movilización permanente y con ella la denuncia de cuantas situaciones vulneren la dignidad de las mujeres. Es necesaria la lucha solidaria que frene los intentos por dar marcha atrás a las conquistas conseguidas. Hoy he participado en Barbate en una manifestación llena de vida y de alegría. Con mucha gente joven, mujeres en su mayoría, que presagia que hay esperanza. Que, aun cuando queda mucho por conseguir, se puede alcanzar con la conciencia de que el cambio merece la pena.