martes, 3 de enero de 2017

Trillo y la responsabilidad del accidente del Yak 42

Ocurrió hace casi diecisiete años, en 2003. Puede parecer mucho tiempo. Así lo ha dicho el señor Mariano Rajoy. Fue un accidente de avión, un Yak 42, donde perecieron 75 personas, en su mayoría militares españoles. Regresaban de Afganistán, tierra de guerra, pero una montaña en Turquía acabó siendo su primera tumba. Al principio, como siempre, el dolor de los familiares y las muestras de dolor del gobierno y los jefes militares. Por aquel entonces, con José Mª Aznar al frente y con Federico Trillo, como ministro de Defensa. Luego se fueron sabiendo más cosas. Nada buenas. Porque se trataba de un avión contratado a una empresa ucraniana y sus condiciones no eran buenas. Porque las denuncias de los familiares llevaron a descubrir verdaderas chapuzas en la identificación de las víctimas. Porque las primeras investigaciones judiciales que apuntaron a una imprudencia en la contratación del avión y otros tantos. Porque el ministro Trillo empezó a lanzar balones fuera, como si todo hubiera sido un error humano y buscando tapar las miserias. Como hizo ese mismo gobierno un año antes en el naufragio de un petrolero frente a las costas gallegas y un año después con motivo del atentado yihadista en Madrid. Después de tres largos procesos judiciales, con muchos ángulos y recovecos, la cosa quedó en el archivo del caso principal, el que afectaba a los mandos militares y de Defensa. Fue después ratificado por el Tribunal Constitucional. Hoy, sin embargo, se ha hecho público que el Consejo de Estado responsabiliza al ministerio de Defensa por lo ocurrido. Se dice que conocía indicios de riesgo en los vuelos, pero no actuó debidamente. Hoy también los grupos de la oposición y los familiares han pedido la destitución de Trillo como embajador en Londres. Para Rajoy, que por entonces formaba parte del gobierno, lo ocurrido pasó hace mucho tiempo.