Estamos en el centenario del nacimiento en Salamanca de la escritora Carmen Martín Gaite (1925-2000). Por este motivo se han organizado diversos actos, entre los que se encuentran representaciones de pequeñas piezas teatrales por diversos rincones de la ciudad. He tenido la suerte de asistir a tres: Carmen Martín Gaite y vecinos (Las Troyanas); Carmen Martín Gaite (Calila); escritora y actriz (Komo Teatro); y Retahílas con Unamuno (Cultur-Arts).
En la primera de ellas se muestran, a través de un diálogo con Miguel de Unamuno, aspectos de sus vidas, con reflexiones y referencias a sus respectivas obras, recordando otros personajes relacionados con la ciudad. A la vez, tal como su título indica, paseamos y contemplamos algunos de los escenarios donde tuvieron lugar.
Es así como van apareciendo la plaza de los Bandos, donde nació la escritora y en la que se ubicó el mismo año de su muerte un busto suyo, obra de Narcisa Vicente Rodríguez; la plaza y el convento de Santa Teresa, cercana a su casa familiar, sobre cuyo personaje participó como guionista en una serie televisiva; la casa de Unamuno en la calle Bordadores, lugar donde se encuentra una conocida escultura de Pablo Serrano; la Plaza de Monterrey, con el palacio homónimo y la iglesia de las Agustinas; la calle Compañía y, en especial, el (des)encuentro (para la propia Martín Gaite) entre la Casa de las Conchas y la Clerecía jesuitina; la Plaza de Anaya, contemplando la Catedral Nueva y la parte trasera de la Universidad; en la misma plaza, el Palacio de Anaya, edificio donde cursó sus estudios universitarios; y finalmente, el Huerto de Calixto y Melibea.
La segunda de las piezas teatrales ha tenido como escenario el Patio Chico, con fondo entre una de las portadas laterales de la Catedral Nueva y la Torre del Gallo de la Catedral Vieja.
En esta ocasión han sido cinco los personajes que han acompañado a Carmen Martín Gaite: una estudiante de la Universidad que aspira a imitarla; los amigos Ignacio Aldecoa y Rafael Sánchez Ferlosio, escritores de la conocida Generación de los 50; "Alejandro", el personaje principal de su novela El cuarto de atrás; y su hija Marta.
Aquí aparecen, además de Salamanca, los recuerdos de otras ciudades: Coimbra, a donde viajó siendo estudiante con un gran atrevimiento; y, en mayor medida, Madrid, en la que desde 1948 acabó residiendo el resto de su vida. En los diálogos se van entrecruzando numerosos recuerdos de lo que fueron su vida y sus obras. El anhelo por la escritura, por encima de todo. Algunos amores de juventud o la fracasada relación matrimonial con Rafael Sánchez Ferlosio. Sus primeros logros literarios, como fueron los premios Café Gijón de 1953, por El balneario, y Nadal de 1957, por Entre visillos... Y no falta el dolor que sufrió con las muertes de su hijo Miguel, a los pocos meses de haber nacido, y de Marta, una talentosa filóloga en ciernes y estudiosa de la obra de su madre, que falleció prematuramente a finales de los 80.
Y ayer asistí a Retahílas con Unamuno. La obra parte de una ficción: un encuentro ocurrido a finales de 1936 entre la escritora, siendo una niña de once años, y Miguel de Unamuno, poco antes de morir. De ahí que la obra se haya representado frente a la portada del templo de las Úrsulas, contiguo a la casa del catedrático bilbaíno.
El título hace alusión a la novela Retahílas, de la que en su forma se ha hecho uso del diálogo entre un personaje plenamente maduro (Eulalia/Unamuno) y otro de menor edad (Germán/Carmen). De esa manera se dan rienda suelta a los recuerdos y los afectos, incluso entre generaciones aparentemente lejanas, y se reivindican cosas como la curiosidad por aprender, la creatividad o la necesidad de mantener la memoria.
Y para acabar, no está de más abundar sobre la figura de Carmen Martín Gaite. Fue una escritora que cultivó especialmente la Literatura a través de la novela o el cuento, pero con escapadas al mundo de la Historia. Varios son los libros que he podido leer de ella. Me vienen a la memoria Entre visillos, Caperucita en Manhattan, Lo raro es vivir o Retahílas, de lo primero; y Usos amorosos del dieciocho en España o Usos amorosos de la postguerra española, de lo segundo. También recuerdo el documental que presentó y protagonizó para la serie Esta es mi tierra. Salamanca, emitido en 1982 y al que podemos acceder a través de la red electrónica.
Una figura, en fin, que rompió moldes y superó los obstáculos que se le fueron presentando como mujer en una época más que oscura, a la vez que fue aportando a lo largo de su vida una más que meritoria obra como escritora.