lunes, 27 de mayo de 2024

Gonzalo Miranda Marín: un acercamiento a la figura de un represaliado nacido en Conil y residente en Barbate


Entre Conil y Barbate: indagando sobre un represaliado

Cómo empezó

El pasado 30 de septiembre, al final del acto de presentación en Conil de mi libro Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra, estuve hablando con Isabel González Ramírez, archivera del municipio, sobre Gonzalo Miranda Marín, un represaliado de origen conileño que había tenido relación con Barbate. A los pocos días recibí un mensaje suyo, en el que me aportaba algunos pormenores de su biografía. Entre otros, su estancia en el penal Fuerte de San Cristóbal de Pamplona.

Fue en 2018, con motivo del homenaje organizado por el Gobierno de Navarra a las personas que estuvieron confinadas en ese penal, cuando la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía se puso en contacto con el Archivo Municipal de Conil con el fin de que se le pudiera facilitar alguna información sobre Gonzalo. El Fuerte de San Cristóbal había conocido en mayo de 1938 un episodio inaudito, después que se hubiera producido la fuga masiva de casi 800 prisioneros. Desde Navarra se intentara recabar información sobre Gonzalo, por si hubiera participado en la fuga o fallecido en la prisión.

La información enviada, empero, fue escasa. Además de la fecha de su nacimiento, en 1912, a través de su hermana María se supo que se había casado en Barbate, que no tuvo descendencia y que residió en esta localidad, según su parecer, hasta su muerte, ocurrida en los años setenta. En la familia se tenía conocimiento de que había estado preso durante la guerra, pero desconocían más detalles.

Lo que vino después

Fue así como, de inmediato,  inicié una búsqueda por la red electrónica. Empecé por el portal Txinparta-Fuerte San Cristóbal Red de Memoria Colectiva, en la que ya en 2017 había localizado el caso del marinero barbateño José Prieto Gutiérrez (Montero, 2023, p. 271). Los datos que aparecen en dicho portal están basados en el libro Fuerte de San Cristóbal 1938. La gran fuga del cárceles franquistas, cuyos autores son Félix Sierra e Iñaki Alforja.

En el portal Todos (...) los Nombres también encontré nuevos datos, los cuales, tal como se indica, están basados en el libro de Sierra y Alforja. Básicamente se reducen a su localidad de nacimiento, la condena por un consejo de guerra a "Reclusión perpetua (30 años)" y su estancia en el Fuerte de San Cristóbal desde el 24-05-1939.

Magdalena González (2014, p. 154, n. 353), por su parte, en su libro dedicado a la represión en Conil de la Frontera hace una escueta referencia a Gonzalo, estando entre las, al menos, cuatro procedentes del municipio que fueron procesadas por tribunales militares de otras provincias que no fuera la de Cádiz. En el libro, además, se menciona a otro vecino de Conil, también represaliado, que podría tratarse de su hermano: Manuel Miranda Marín.

Teniendo en cuenta la relación de Gonzalo y su hermana María, que también acabó residiendo en Barbate, me puse en contacto con varios vecinos del municipio que llevan el apellido Miranda, con la esperanza de poder encontrar algún lazo familiar. Pero no obtuve el resultado esperado.

Un documento importante

Pero fue en otra página electrónica, Los presos del Penal de Ezcaba. Fuerte de San Cristóbal. Pamplona. Navarra, que está editada por Hedy Herrero, donde pude encontrar una información más detallada. Además, dado que desde la página se ofrece la posibilidad del envío de un documento sobre la estancia de Gonzalo en dicho centro de reclusión, no dudé en solicitarlo. Y de inmediato lo recibí. Más detallado que lo publicado en la red, pueden leerse diversos pormenores sobre su nacimiento y su profesión, los centros de reclusión donde estuvo confinado, y la fecha y la cuantía de la pena carcelaria que recibió.

Estamos ante una ficha personal, que, tal como se ha estampado,  empezó a cumplimentarse el 14-11-1938, esto es, seis días después de haber ingresado en la Prisión de Mérida. En la parte izquierda puede verse el sello de dicho centro. El contenido está inicialmente mecanografiado, pero también se han reflejado los datos que se fueron corrigiendo y/o añadido con posterioridad y sucesivamente hasta el 25-02-1940, si bien esta vez escritos a mano. No le falta tampoco a la ficha un segundo sello, sin fecha, en el que se menciona al Servicio Nacional de Prisiones y la sede de Vitoria. Aunque sea escuetamente, el documento da fe de datos relevantes del historial judicial y carcelario de Gonzalo Miranda Marín en el periodo que va de noviembre de 1938 a febrero de 1940.

Nuevos datos (después de un paréntesis)

Centrado en otras investigaciones y a la espera de aclarar algunas cuestiones, decidí hace unos días retomar la búsqueda de información sobre Gonzalo Miranda Marín. Y a ello no fue ajeno el hallazgo en un BOE, publicado en febrero de 1937, en el que puede verse su nombre, junto al de otros 28 vecinos de Barbate su nombre, junto al de otros 28 vecinos de Barbate, dentro de un edicto jurídico-militar firmado a finales de diciembre del año anterior.

A ese documento he podido añadir otro, esta vez de marzo de 1942 y publicado en el BOE, donde es mencionado por la apertura de un expediente de responsabilidades políticas por parte del Juzgado Provincial de Cádiz dedicado a esos menesteres.

Y ahora, después de haber llegado hasta aquí, voy a exponer de una forma más ordenada e integrada los diferentes aspectos de la vida del marinero nacido en Conil, que residió en Barbate durante muchos años y del que hemos acabado averiguando que falleció en el municipio malagueño de Fuengirola.


Un acercamiento a la figura de Gonzalo Miranda Marín

Gonzalo Miranda Marín nació en Conil de la Frontera el 11 de febrero de 1912. Era hijo de Antonio y Francisca, de quienes sabemos que entre su prole también estuvieron, al menos, María y Manuel.

Desconocemos la fecha concreta de la llegada a Barbate, pero, tal como se desprende del edicto de febrero de 1937, firmado el 25 de diciembre de 1936, ya residía en esa localidad antes del inicio de la contienda militar. El motivo de ese cambio de residencia no tuvo que ser ajeno a su trabajo como marinero. Un hecho frecuente entre los jóvenes conileños, que fueron encontrando en la pujante localidad vecina un foco de atracción para sobrevivir. Barbate se había convertido desde los años 20 en uno de los principales referentes del sur peninsular, dada su orientación a las actividades de extracción, manufacturación y comercialización de los productos que ofrecía el mar (Florido, 2002, p. 50 y ss.).

En el documento en cuestión se conminaba a 29 vecinos de la localidad a comparecer "en el término de cinco días ante el Teniente de Navío Juez Instructor de la causa sumarísima núm. 240", a lo que se añadía que en caso "de no hacerlo serán declarados en rebeldía con arreglo a la ley". De la mayoría de esas personas tenemos conocimiento que, de un modo y otro, también sufrieron las correspondientes represalias, a la vez que disponemos de información de diversos pormenores acerca de sus vidas (Montero, 2024). En algunos casos, incluso, se trataba de conileños, como los hermanos Juan y Francisco Jiménez Puente, o Francisco Gutiérrez Ramírez.

Por el documento carcelario abierto a finales de 1938 en Mérida sabemos que tuvo el domicilio en la carretera del Faro, una vía que era colindante con la barriada del Zapal. Ésta estaba formada por numerosas chabolas y era el principal lugar de residencia de las personas que iban llegando a la localidad dentro del importante flujo migratorio paralelo a su crecimiento económico (Aragón, sin fecha y 2024).

Desconocemos lo ocurrido en los primeros momentos de la guerra con Gonzalo. Pero, dado el contenido del edicto, con toda seguridad tuvo que haber huido hacia el territorio controlado por el gobierno republicano. Ignoramos cómo y desde dónde, pero podemos suponer, como hemos averiguado de varias de las personas incluidas en el edicto, que pudo haberlo hecho desde Tánger. Hacia dónde se dirigió en un primer momento también lo ignoramos, pero creemos que no resulta desatinado decir que, al menos en 1938, podría haber estado en el frente de Extremadura. Nos  basamos en el documento carcelario en el que se refleja, entre otras cosas, que había estado recluido hasta el 8 de noviembre en el campo de concentración de Mérida.

Fue entre junio y julio de 1938 cuando, por iniciativa del el ejército sublevado, tuvieron lugar entre el noroeste de la provincia de Córdoba y el noreste de la de Badajoz unas operaciones militares importantes (Puell y Huerta, 2007, pp. 197-199; e Hinojosa, 2018). Pero fue sobre todo la ofensiva iniciada sobre la comarca de La Serena los días 18 y 19 de julio lo que tuvo mayores repercusiones: a la vez que las tropas sublevadas se hicieron con el control de ese territorio, incluyendo los municipios de Don Benito, Villanueva de la Serena y Castuera, los  soldados republicanos hechos prisioneros se contaron por miles. Quizás Gonzalo Miranda Marín pudo estar entre ellos y lo que explique su internamiento en el cercano campo de concentración de Mérida. Por esas fechas, desde el verano de 1936,  estaba situado en el Cuartel de Artillería, pero, dado el elevado incremento de las personas reclusas, en 1939 sus instalaciones se extendieron a la Plaza de Toros y el Convento de San Andrés (Hernández, 2019, p. 35).

La estancia en un recinto de esas características era el procedimiento que se empleaba por entonces con la finalidad de llevar a cabo la clasificación de los prisioneros, antes de tomar una decisión sobre su destino. La comisiones correspondientes distinguían, grosso modo, tres grupos de personas: el de las consideradas irrecuperables, cuya condición podía conllevar el fusilamiento o fuertes condenas; el de quienes se consideraba que podían ser reeducadas, lo que conllevaba que podían ser objeto, entre otras cosas, de ser utilizadas como mano de obra en la construcción de diferentes tipos de infraestructuras, fueran militares o civiles; y el de las personas que, calificadas en diferente grado de “afectas al Movimiento”, podían ser movilizadas militarmente, estando, en todo caso, sometidas a vigilancia (Hernández, 2019, p. 74).

A partir de ese 8 de noviembre, por tanto, Gonzalo estuvo recluido en la prisión de Mérida. El 16 de diciembre se dispuso la situación de reclusión preventiva, teniendo en cuenta que estaba acusado de un delito muy grave, que era el de rebelión. Formó parte, junto a otras 7 personas, del Sumario n. 422, instruido por el Consejo de Guerra Permanente de Badajoz (AGHD). A la espera de poder conocer los detalles de dicho documento, sí conocemos los nombres de los compañeros de infortunio: Rafael Ayuso Rico, Lucio Cabezas Cabanillas, Patricio Carroza Romero, José Naranjo García, Anastasio Rubio Mayordomo, Saturnino Ruiz Camacho y Manuel Sanabuja Ribe.

El 18 de enero de 1939 fue trasladado a la Prisión Provincial de Badajoz y el 22 de marzo recibió por parte del órgano de justicia militar la condena definitiva, que ascendió a 30 años de reclusión por el delito de rebelión. Una pena muy severa, que seguramente estuvo motivada  por una circunstancias agravante: no haber comparecido a principios de 1937 a la requisitoria que se le hizo para comparecer ante el juez instructor y que conllevaba la amenaza del delito de rebeldía.

La prisión de la capital de Badajoz se convirtió en una estación de paso, ya que a finales de mayo fue trasladado al penal del Fuerte de San Cristóbal, en Pamplona. Ingresó el día 22 y permaneció hasta finales de febrero del año siguiente. Se trataba de un presidio que había conocido un año antes, en mayo de, un acontecimiento inaudito, después que se hubiera producido la fuga masiva de casi 800 prisioneros (Sierra y Alforja, 2006). Fue el mismo lugar donde otro marinero barbateño, José Prieto Gutiérrez, estuvo recluido entre enero y mayo de 1938 (Montero, 2023, p. 271). En su caso fue un tribunal militar en San Sebastián el que lo condenó a 12 años por el delito de auxilio a la rebelión.

De vuelta a Andalucía, el día 25 de febrero de 1940 Gonzalo llegó al Penal Naval Militar de la Casería de Ossio, en San Fernando. Situado en la costa de la Bahía de Cádiz, posiblemente fuera el último centro donde estuvo recluido.

Peo el calvario judicial no acabó ahí. En enero de 1942 se vio de nuevo sometido a un procedimiento judicial, en este caso dentro de la Ley de Responsabilidades Políticas, que estaba en vigor desde febrero de 1939. El Juzgado Provincial de de Responsabilidades Políticas de Cádiz le incoó el correspondiente expediente, que fue publicado el 21 de marzo en el BOE. En el mismo se hizo constar que era natural de Conil y, anecdóticamente, vecino de “Laroate”, lo que no era otra cosa que un error tipográfico. Desconocemos cuál fue el resultado de ese procedimiento, pero, dado que ya había sido condenado con anterioridad, su caso habría sido archivado.

En cuanto a la condena por rebelión, su caso estuvo entre otros tantos que trató la Comisión Central de Exámenes de Penas, relativas a las de carácter ordinario, que actuó a partir de 1942 (AGMG). El resultado final, a instancias de la Comisión Provincial de de Badajoz,  fue la conmutación de la pena, si bien, por ahora, ignoramos los aspectos concretos de la resolución, incluida la fecha en la que se hizo efectiva.

De regreso a Barbate, tal como ha manifestado un familiar, sabemos que Gonzalo contrajo matrimonio, pero ignoramos con quién, y que siguió trabajando como marinero. Finalmente, según consta en el registro del Juzgado de Conil de la Frontera, su fallecimiento tuvo lugar en Fuengirola el 21 de agosto de 1974, enfermo de cáncer.


Procedencia de la documentación

Archivos y base de datos de archivos

AGHD / Archivo General e Histórico de Defensa. Justicia Militar. Tribunal Militar Territorial número 1. Sumario 422 (https://buscar.combatientes.es/resultados/Gonzalo/Miranda/Mar%C3%ADn).
AGMG / Archivo General Militar de Guadalajara. Comisión Central de Examen de Penas. Penas ordinarias conmutadas, Comisión de Badajoz; 1942.1977; p. 1.511  (https://patrimoniocultural.defensa.gob.es/sites/default/files/2023-04/08_3_1_1_expedientes_personales_de_soldados_trabajadores_a-f.pdf).

Normativa legal

Boletín Oficial del Estado. Administración de Justicia. Edictos y requisitorias. Cédula de notificación. Burgos, n. 113, 10-02-1937, p. ilegible [¿376?]. (https://www.boe.es/gazeta/dias/1937/02/10/pdfs/BOE-1937-113.pdf)).
Boletín Oficial del Estado. Anuncio de incoación de expedientes de responsabilidades políticas. N. 80, Anexo Único, 21-03-1942, p. 1.489 (https://www.boe.es/gazeta/dias/1937/02/10/pdfs/BOE-1937-113.pdf).

Bibliografía

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Aragón Fernández, Antonio (2024). "El Zapal: 50 aniversario de su desaparición (1974-2024)", en Viva Barbate, 27 de marzo (https://vivabarbate.es/barbate-cultura/1613654/el-zapal-50-aniversario-de-su-desaparicion-1974-2024/).
Domínguez Pérez, Alicia (2004). El verano que trajo un largo invierno. La represión político-social durante el primer franquismo en Cádiz (1936-1945), 2 vv. y CD-rom. Cádiz, Quorum.
Florido del Corral, David (2002). Un siglo de política e instituciones pesqueras en Andalucía. Sevilla, Fundación Blas Infante.
Gómez Oliver, Miguel, Martínez López, Fernando y Barragán Moriana, Antonio (Coords.) (2015). El "botín de guerra" en Andalucía. Cultura represiva y víctimas de la Ley de Responsabilidades Políticas, 1936-1945, y CD-rom. Madrid, Biblioteca Nueva.
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Hernández de Miguel, Carlos (2019). Los campos de concentración de Franco. Sometimiento, torturas y muerte tras las alambradas. Barcelona, Penguin Random House.
Hinojosa Durán, José (2018). “80 aniversario de la batalla de La Serena. Una batalla doblemente olvidada”, en elDiario.es, 15 de julio (https://www.eldiario.es/extremadura/sociedad/aniversario-batalla-serena-doblemente-olvidada_129_2029870.html).
Montero Barrado, Jesús María (2023). Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra. Cádiz, Mancomunidad de La Janda/Diputación de Cádiz.Montero Barrado, Jesús María 
(2024). “En busca de rojos: el edicto de finales de 1936 dirigido a 29 vecinos de Barbate”, en el blog Entre el mar y la meseta, 20 de mayo (https://marymeseta.blogspot.com/2024/05/en-busca-de-rojos-el-edicto-de-finales.html).
Puell de la Villa, Fernando y Huerta Barajas, Justo A. (2007). Atlas de la Guerra Civil española. Antecedentes, operaciones y secuelas militares (1931-1945). Madrid, Síntesis.
Sierra, Félix y Alforja, Iñaki (2006). Fuerte de San Cristóbal 1938. La gran fuga de las cárceles franquistas. Arre, Navarra, Pamiela.

Otras fuentes de información

Extremadura 7 Días. “El ‘campo de concentración’ de Mérida del que pocos se acuerdan”; 24-04-2023 (https://www.extremadura7dias.com/noticia/convento-merida-campo-de-concentracion-memoria-historica).
González Ramírez, Isabel. Información sobre Gonzalo Miranda Marín, facilitada mediante WatsApp; 14-11-2023 y 20-05-2024.
Herrero, HedyLos presos del Penal de Ezcaba. Fuerte de San Cristóbal, Pamplona, Navarra (https://ergastulapenalfuertesancristobal.blogspot.com/2019/05/miranda-marin-gonzalo.html).
Todos (...) los Nombres. Base de datos de víctimas del franquismo en Andalucía, Extremadura y Norte de África (https://todoslosnombres.org/personas/gonzalo-miranda-marin/).
Txinparta-Fuerte San Cristóbal. Red de Memoria Colectiva ((https://txinpartafuertesancristobal.blogspot.com/).