El artículo de Atilio Borón, publicado en Rebelión, no tiene desperdicio. Lo titula "Washington: de fracaso en fracaso", donde, más que centrarse, ilustra lo que está ocurriendo en Venezuela a través de lo que se organizó el pasado 23 de febrero en la frontera entre Colombia y Venezuela. Bueno, de lo que organizó el gobierno de EEUU: de un lado, el concierto "solidario" con la participación de artistas famosos; y de otro, la llegada de camiones cargados con "ayuda humanitaria".
Lo primero, financiado por "el magnate británico Richard Branson, un conocido evasor de impuestos y
acosador sexual". Para ello contrató a cantantes "solidarios", que recibieron cuantiosos emolumentos, tales como, entre otros, "El Puma" Rodríguez, Miguel Bosé, Maluma, Juan Luis Guerra, Juanes, Maná o Alejandro Sanz. Al parecer, compitiendo a ve quién era más "solidario". No faltaron las palabras de Bosé, que animó a Michelle Bachelet a "mover las nalgas", pues, según él, se está mostrando pasiva desde su puesto en el ONU.
Lo segundo, lo de la "ayuda humanitaria", era lo que interesaba más. Bajo el pretexto de la introducción en Venezuela de camiones con alimentos y medicinas se buscaba camuflar que entrara personal con otras intenciones. Desde la propia ONU, a través de la persona de su Secretario General, Fernando Cardoso, se advirtió que la ayuda humanitaria se recibe cuando el gobierno de un país la solicita. Pero eso, como tantas otras cosas, no importaba. La CIA, que sabe de ello mucho, introduciría "espías, agentes encubiertos disfrazados de médicos y asistentes sociales
y para-militares".
El montaje mediático, como en tantas otras ocasiones, está surtiendo sus efectos fuera de Venezuela. Tal es el cúmulo de mentiras y falsificaciones, que el plan organizado ha sido ampliamente aceptado por la opinión pública. Como lo referente a la multitud asistente al concierto, que apenas llegaron a los 25.000. O a los disturbios, que partieron desde Colombia, pues la guardia bolivariana tenía impedido el acceso de cualquier vehículo. O a la destrucción de camiones, que lo hicieron hampones colombianos y venezolanos.
Es lo que tenemos. ¿Resistirá Venezuela?