La decisión de aceptar el tercer rescate y las condiciones que conlleva está provocando la ruptura de Syriza y la rebelión social. Dos errores muy graves, porque puede suponer el fin de una vía alternativa al actual modelo europeo y algo más. El prestigio de Tsipras se está dilapidando, si es que no lo ha sido ya. Ahora mismo está apoyado por los partidos que llevaron al desastre a Grecia (fundamentalmente, Nueva Democracia y el PASOK) y sospecho que entre los apoyos de su partido está pudiendo más la disciplina del grupo que lo que el corazón y el cerebro puede pedir.
Y encima, hoy conocemos que el ministro de Finanzas alemán, el señor Schäuble, sigue insistiendo en la salida de Grecia del euro. Más todavía, que deja aún más en evidencia a Tsipras. Su miedo a no ser señalado como el político que sacó a su país del euro, con la consiguiente humillación por aceptarlo, se podría ver superado como el que no supo mantener la valentía necesaria de rechazarla.
¡Qué error! ¡Qué inmenso error!