martes, 23 de abril de 2019

Elecciones 28-A: tras el primer debate electoral, a la espera del segundo

Ayer tuvo lugar el primer debate. ¿Quién ganó? Mirando los distintos medios de comunicación, las encuestas digitales que han hecho entre quienes los leen reflejan claramente su orientación. El País ha optado también por las opiniones de ocho politólogos y politólogas. Y, ojo, cuatro han dado como vencedor a  Pablo Iglesias, tres han apuntado a Albert Rivera y sólo uno se ha quedado con Pedro Sánchez. Por contra, cuatro han dado por perdedor a Pablo Casado, dos lo han hecho por Rivera y otros dos, por Sánchez. Conviene tenerlo en cuenta.

Por mi parte, estas son unas consideraciones hechas a modo vuelapluma: 

Pablo Casado (PP): estuvo moderado en las formas; sacó pecho del gobierno de Mariano Rajoy; no quiso contestar a las reiteradas ofertas de gobierno que hizo Rivera; no le faltaron alusiones a la izquierda, los batasunos, los independentistas; tiró de la pregunta a Sánchez sobre un indulto a los líderes catalanes procesados; se quedó frío, en lo que fue su peor momento, cuando Sánchez le lanzó, recordando a su compañera Cayetana, las palabras lo del "no es no", el silencio no es un sí o que las mujeres no son ni taxis ni vientres de alquiler; buscó recuperar votos moderados del centro-derecha; hizo valer lo del voto útil ante el peligro de que gane la izquierda; se mostró como un partido de gobierno, evitando estridencias y poniendo como ejemplo al gobierno de Rajoy...

Albert Rivera (Cs): fue el más agresivo, porque lo necesitaba; se le notó airado, interrumpiendo con frecuencia a los otros oponentes, más con Sánchez ("no se ponga nervioso", "no sea carca");  quiso realzar su imagen de lo nuevo frente al viejo bipartidismo; actuó con imágenes que pretendía impactantes, como la foto de Sánchez con Torra, la tarjeta sanitaria única o la detención de Rodrigo Rato; lanzó términos duros como comunistas, por la izquierda, o golpistas, por el nacionalismo catalán; acusó a Sánchez de complicidad con el independentismo, basándose en los apoyos a la moción de censura y la conversación con Quim Torra; coincidió con Casado en lo del 
indulto a los líderes catalanes; se mostró el más centralista en lo territorial, hasta el punto de criticar al PP por su relación con el PNV; se apropió de la frase "el milagro económico del PP está en la cárcel", de Mª Jesús Montero, referida al PP; buscó ganarse el centro, compitiendo con el PSOE desde su apelación al reformismo y los gobiernos de Felipe González; y buscó evitar fugas hacia el PP y, menos, Vox con su apelación constante al nacionalismo español frente al independentismo... 

Pedro Sánchez (PSOE): estuvo a la defensiva, como era de esperar; enumeró por ello una por una las medidas de su gobierno; supo neutralizar el apoyo de los nacionalistas catalanes en la moción de censura ante el hecho de la corrupción del PP; echó en cara a PP y Cs la falta de apoyo en algunas de las medidas; agradeció el de Unidos Podemos en las medidas sociales; en alguna ocasión contraatacó por la derecha, como hizo con lo de los vientres de alquiler; fue rotundo cuando extendió su frase preferida "no es no", además de lo referente a la violencia contra las mujeres, a aceptar un referéndum en Cataluña; no contestó a Iglesias sobre un acuerdo con Cs; pero al final dejó claro que su objetivo es un gobierno de socialistas con independientes, como el de ahora. 

Pablo Iglesias (Unidos Podemos): además de su moderación, resultó sorprendente, quizás más, su continua apelación a la Constitución; más concretamente, a su parte más progresista, esto es, los artículos que se refieren a los derechos sociales; vinculó el patriotismo de la derecha a los privilegios de la gente rica y una visión intolerante de la realidad plurinacional de España; aprovechó lo de las cloacas del estado para criticar a PSOE y PP por haber hecho uso de ellas cuando han gobernado; se ofreció como acompañante en un gobierno con el PSOE; intentó que Sánchez aclarase un posible acuerdo con Cs...

Hoy toca la segunda parte. Intuyo cuatro cosas: 

a) Casado mostrará una cara más agresiva, pero sin pasarse; en un equilibrio por apostar por el voto útil, pero evitando fugas por su derecha.

b) Rivera insistirá en su agresividad, si bien imprimiendo una mayor intensidad; es el que más lo necesita, porque es el que durante las últimas semanas ha perdido más; por ello insistirá en lo territorial y el anticatalanismo.

c) Sánchez seguirá en el mismo tono de moderación, buscando la ocasión, cuando pueda, de lanzar algún contragolpe; se siente seguro en su papel y confía en conseguir votos por su flanco izquierdo.

d) Iglesias quizás sea el que tenga guardada una carta en la manga, buscando atraer el voto que se pueda quedar o ir a la abstención; insistir en demasía en lo de la Constitución puede detraer a la gente más joven; quizás se muestre más agresivo en advertir el peligro de un gobierno de la derecha y el riesgo que un gobierno del PSOE acabe siendo la versión 2 del de Zapatero.