El intento de golpe fascista que hace cuatro días nos amenazó, aún colea. Ya tendré tiempo, creo, de extenderme sobre el tema. Ahora sólo quiero trazar una serie de líneas que pueda servir, más que como conclusiones, de interrogantes. Los medios de comunicación, el estado y los partidos parlamentarios tratan de interpretarlo como un golpe a la democracia. Sin embargo, fue ese mismo estado, su gobierno y los partidos parlamentarios los que no hicieron nada para atajarlo. La "Operación Galaxia" o las razones que obligaron a dimitir a Suárez, conocedor del intento, nos muestran su interés por sofocar la sublevación contra la democracia o, en el caso de la "oposición", las presiones que hayan podido ejercer para denunciar públicamente las maniobras y exigir una depuración seria. A mi modo de ver el golpe en sí no va contra el concepto abstracto de democracia. No está exento de estar inmerso en la lucha de clases. De hecho, hoy se está utilizando para forzar a la "oposición" a apoyar una derechización del gobierno so pretexto de salvar la democracia. Yo me pregunto: ¿a quién le interesa el golpe fascista? ¿No se ha dicho que la "democracia" supone una forma de dominación más acorde a los nuevos tiempos y requisito indispensable para que para poder tener relaciones la burguesía española más dinámica con la europea? A mi modo de ver, el fascismo (de cualquier tipo: a los años 30, a los franco o a lo actual) es una forma de dominación del gran capital financiero que se utiliza cuando se necesite, cuando peligre su forma de dominación. Aquí en España la herencia de 40 años de franquismo ha dejado sus secuelas y se tienen que dejar sentir. Pero hay más: yo no me creo que las supuestas intervenciones de los golpistas de suspender ciertos artículos de la Constitución, acabar con el terrorismo de forma contundente y devolver el poder a los civiles con unas elecciones sean las únicas. En España, en la lucha contra el fascismo, ha surgido una generación de cuadros forjados en su lucha, que tienen suficiente capacidad como para potenciar, o al menos servir de embrión, futuras bases de lucha contra el sistema. Contra ésos iría dirigido el golpe. Conseguido eso, harían falta muchos años para volver a reconstruir lo perdido.
(27-02-1981)