martes, 29 de diciembre de 2015

Después del 20-D: 3, País Vasco y Navarra


Introducción

La situación vista de conjunto de las comunidades vasca y navarra, cuyos territorios se denominan en el argot de la izquierda vasca como Hego Euskal Herría (País de los Vascos del Sur), ha cambiado en los últimos años. Y más tras los resultados del pasado 20 de diciembre.

A lo largo de los distintos apartados pormenorizo los resultados por comunidad, analizándolos y haciendo una interpretación. Al final aporto los datos totales de las dos comunidades.


País Vasco

Partidos y coaliciones


El partido ganador en votos ha sido Podemos, con 316.000 votos (26%), no así en escaños, pues los 5 obtenidos lo sitúan en segundo lugar.


El PNV ha quedado segundo con sus 302.000 votos en votos (24,8%), pero sus 6 escaños lo sitúan en primer lugar de la representación institucional. Sobre 2011 ha perdido 22.000 votos y 2,6 puntos. 


Tercero ha quedado EH Bildu con 184.000 votos (15,1%), dejándose por el camino nada menos que 101.000 votos y 9 puntos.


El PSOE ha sido otro de los más damnificados, pues sus 161.000 votos (13,3%) suponen una pérdida de 93.000 y 8,2 puntos.


El PP también ha sufrido una bajada importante, obteniendo 142.000 votos (11,6%) y perdiendo 68.000 y 6,2.


Ciudadanos, por su parte, nuevo en este tipo de elecciones en este territorio, se ha hecho con unos modestos 50.000 votos (4,1).


UP-IU, por último, ha quedado reducida a 36.000 votos (2,9%), ocho mil menos que en 2011.


Bloques político-identitarios


El bloque nacionalista ha sido el vencedor con alrededor del 40% de los votos, pero con una pérdida considerable de 123.000 votos y 11,5 puntos. En el equilibrio interno, ha sido la izquierda vasca la más afectada, cuyas pérdidas pueden haberse ido en su mayor parte hacia Podemos y en menor medida hacia el PNV. Las de este último caso quizás del sector más moderado proveniente de la antigua EA.


Geográficamente ocupan la mayor parte del territorio, con el PNV como primera fuerza en casi todos los municipios de Vizcaya, incluida Bilbao, y EH Bildu sobre todo en los del este y sur de Guipúzcoa.  


El bloque del federalismo, representado por Podemos y UP-IU, ha sido el que más ha ganado. En conjunto ha sumado el 30% de los votos, correspondiendo el 26% a Podemos.  El éxito de esta candidatura ha derivado de la atracción de votantes de distintos sectores: en mayor medida, de anteriores abstencionistas, de jóvenes que han votado por primera vez, de Amaiur/EH Bildu y de PSE-EE; y menos, de IU o Equo.


Podemos ha sido la primera fuerza en el noreste de Guipúzcoa, incluida Donostia/san Sebastián, buena parte del área metropolitana de Bilbao y Gasteiz/Vitoria, además del condado de Treviño, enclavado en Álava, pero perteneciente a Castilla y León. 


En cuanto al españolismo unionista, representado por PP y C's, sin olvidar al PSE-EE o lo poco que ha quedado de UPyD, ha retrocedido en 125.000 votos y en 11,8 puntos, hasta situarse en el 29,3%. Lo más seguro es que los votos de C's se hayan nutrido en su mayoría de anteriores votantes del PP y UPyD, aunque puede que haya habido otros que se hayan desviado hacia el PSE-EE e incluso el PNV.


Bloques político-ideológicos


En el País Vasco, como en Cataluña, los grupos de izquierda han conseguido con claridad un número mayor de votos: 697.000 (57,3%) entre Podemos, EH-Bildu, PSE-EE y UP-IU. Sobre 2011 supone un gran avance, cuando obtuvo alrededor de 50%.


La derecha, representada por PNV, PP y C's, se ha quedado en medio millón de votos (40,8%), unos ocho puntos por debajo de hace cuatro años.  

Una interpretación de lo ocurrido

La gran novedad de estas elecciones ha sido la irrupción de Podemos, que ha afectado sobre todo al campo de los partidos de izquierda, si bien de naturalezas diferentes: PSE-EE y EH Bildu. Eso ha hecho sean las fuerzas políticas más afectadas. Pese a sus diferencias políticas tienen, de partida, un común denominador: pertenecen a los grupos de edad jóvenes. Esto podría ser expresión de un cambio en el comportamiento político en el País Vasco, alejado de la dicotomía nacionalismo/antinacionalismo y, yendo más allá, a la que se daba en torno a la lucha armada de ETA. 


Precisamente esa polarización tuvo en sus extremos al PSE-EE y a la izquierda abertzale durante los años de gobierno del PSOE con Felipe González al frente (1982-1996). En el caso del trasvase de votos desde PSE-EE, desaparecida la lucha armada de ETA, se podría interpretar como el cambio hacia una perspectiva más propiamente de la izquierda; y en el caso de EH Bildu no estaría de más indagar en los motivos por los que en las distintas elecciones de 2011 y 2012 tuviera tanto éxito, o que en las pasadas elecciones municipales ya viera cómo sus apoyos descendieron. 


El cambio generacional también se está dando en el País Vasco y parece que está apuntando hacia opciones menos extremas en el campo de la izquierda. Parece que hay una tendencia, por ahora, a preferir un federalismo que reconozca explícitamente la realidad plurinacional del estado. En cuanto el derecho a decidir, aceptado ampliamente por la sociedad vasca y por casi todos los grupos políticos (PNV, EH Bildu, Podemos, UP-IU), dejaría de ser una prioridad en la medida que el País Vasco dispone de un elemento de gran valor: los conciertos económicos, que le permite tener autonomía fiscal.


En todo caso, en el campo de la izquierda con toda probabilidad el voto más joven y urbano se habría ido a Podemos, mientras que EH Bildu conservaría el del medio rural y de edades maduras.



Navarra

Partidos y coaliciones


UPN-PP, con el 28,9% de los votos, ha sido de nuevo la candidatura más votada, pero con un fuerte descenso de casi 10 puntos sobre 2011.

Podemos se ha erigido en la segunda fuerza con el 23%.

El PSOE ha descendido hasta el 15,5%, perdiendo 6,5 puntos.

El resto de grupos se ha quedado sin representación parlamentaria, siendo los casos de EH Bildu y Geroa Bai (donde está el PNV), precisamente los que representan el nacionalismo vasco, los más llamativos: el primero, con un 9,9% y la pérdida de 5 puntos; y el segundo, 8,7% y pérdida de 4,1 puntos.

Ciudadanos, como ya se ocurrió en las elecciones autonómicas de mayo, se ha quedado bastante por debajo de su media en el estado: 7,1%.

Y UP-EC, antes Izquierda-Ezquerra, se ha quedado en el 4,1%, perdiendo 1,4 puntos.

Bloques político-identitarios

En Navarra este aspecto tiene unos rasgos diferentes al País Vasco, pero también están presentes. Mientras que en el cuadrante noroccidental la presencia de lo vasco es relevante, en el resto del territorio se difumina en favor de la identidad navarro-española.

En nacionalismo vasco ha retrocedido en 9,1 puntos, quedándose en un 18,6%. Mantiene, sin embargo, su mayor presencia, sobre todo a través de EH Bildu, en el cuadrante noroeste, lindante con Guipúzcoa, y en algunos municipios aislados del norte y centro. En Pamplona/Iruña, donde estuvieron en torno al 30% en las elecciones autonómicas y municipales, llegando incluso a alcanzar la alcaldía EH Bildu, en esta ocasión no han llegado al 20%.   

El unionismo españolista también ha retrocedido. En el caso de UPN-PP, compensado en parte por C's, pasando del 40,3 (con UPyD y sin C's) de 2011 al 36,5% actual. Sumando al PSOE, la bajada ha sido mayor, pasando del 62,3% de hace cuatro años al 52% de ahora.

Resulta evidente que el federalismo de Podemos ha conocido el mayor avance, pasando del 5,5% que obtuvo en 2011 Izquierda/Ezquerra al 27,1% que sale de la suma de Podemos (23%) y UP-EC (4,1%). 

Bloques político-ideológicos

La distinción entre izquierda y derecha en Navarra puede resultar algo más difícil, como consecuencia del lugar donde se pueda ubicar a GB, teniendo en cuenta que es una coalición que engloba al PNV y a varios grupos vasquistas de carácter progresista. De hecho, el actual gobierno navarro, que cuenta con Uxue Barkos, de GB, como presidenta, está apoyado por cuatro partidos: GB, Podemos, EH Bildu e Izquierda/Ezquerra. 


La suma de estos cuatro grupos es del 45,7%, dos puntos menos que en las autonómicas de mayo. Si se une al PSOE, el conjunto de los grupos de izquierda llegarían al 61,2%. 


En el campo de la derecha, el retroceso ha sido de casi cuatro puntos, habiendo obtenido UPN-PP, C's y una casi inexistente UPyD el 36,5%.


Una interpretación de lo ocurrido 


Como ha ocurrido en tantos otros lugares del estado, Podemos se ha nutrido de votantes de distintas procedencia. El elemento común se encuentra en quienes anteriormente han sido abstencionistas y en jóvenes que han votado por primera vez, y en votantes del PSOE, en mayor medida, y de IU. En Navarra habría que unir a votantes de GB y EH Bildu: en el primer caso, como especificidad de esta comunidad sobre la vasca, donde el voto al PNV es más conservador y/o nacionalista; en el segundo, similar al caso de la comunidad vasca; y siempre con la pérdida del elemento más joven y urbano en favor de Podemos. Una muestra de esto último lo representa la capital.

La caída de 24.000 votos y 9,3 puntos de UPN-PP sobre 2011 ya tuvo en las elecciones autonómicas un avance: 104.000 votos, yendo cada partido por separado. Los 102.000 de ahora no hacen sino corroborar un hecho trascendental: los escándalos de corrupción en los que la administración autonómica conservadora, en mayor medida de UPN, se ha visto involucrada.
   

País Vasco y Navarra (Hego Euskal Herría)

Sin entrar en los porcentajes y los escaños, los números brutos dicen mucho acerca de su singularidad y la complejidad existente.  

Partidos y coaliciones

El grupo más votado ha sido Podemos con 397.000 votos y le sigue el PNV con 332.000. Luego, a más distancia, se encuentran PP-UPN con 244.000; EH Bildu, 219.000; y PSOE, 216.000. UP-IU queda bastante lejos con 50.000.

Hace cuatro años la situación estuvo más igualada: el partido ganador fue el PNV con 366.000 votos, seguido a poca distancia de PP-UPN (336.000), Amaiur/EH Bildu (334.000) y PSOE (327.000); sólo Izquierda-Ezquerra/UP-IU quedó alejada (62.000).

Bloques político-identitarios

En general se puede decir que ha habido una gran equiparación entre los tres bloques: el más votado ha sido el del nacionalismo vasco, que ha conseguido 552.000 votos; no muy lejos se encuentra el unionista-españolista, con 535.000; y la gran novedad ha sido el ascenso espectacular del federalista, que, gracias a Podemos, ha alcanzado 447.000. 

Hace cuatro años las diferencias entre los dos primeros bloques también eran pequeñas (700.000 y 684.000 votos, respectivamente), polarizando la situación; el campo del federalismo, por su parte, era minoritario (62.000). 

Bloques político-ideológicos

Aquí las diferencias son mayores, con variaciones en favor de la izquierda: 882.000 frente a 651.000 de la derecha, en este último caso incluyendo a Geroa Bai, con todas las limitaciones que se quieran poner. Una gran diferencia sobre 2011, cuando hubo un empate a 723.000 votos.