martes, 8 de diciembre de 2009

Felicidades, Bolivia

El indio Evo Morales, con su partido el MAS, ha vuelto a triunfar. Ha ganado las elecciones presidenciales y legislativas otra vez, aumentando aún más el apoyo popular del que ya gozaban, que está ahora por encima del 62%. Lo he calificado de indio, porque así le dicen despectivamente quienes le odian. Y lo digo para que se chinchen, porque Evo Morales hace gala de serlo. Esto me recuerdan las palabras que hace más de 70 años Dolores Ibárruri pronunció: "decían -queriéndoos insultar a vosotros y queriéndome insultar a mí- que los trabajadores que en todos los frentes dan la vida y la sangre por la causa de la libertad, eran hijos de Pasionaria. Pensaban hacerme una ofensa y no pudieron hacerme mayor honor que considerarme vuestra madre".

En los medios de comunicación occidentales hasta lo llaman cocalero. Y no porque serlo sea diferente a ser productor de café, cacao o té. Pero, claro, mientras la coca es el estimulante de las regiones andinas, en nuestros países se consume la cocaína, que no es lo mismo. Así, resulta fácil manipular a la opinión pública, ignorante de que la coca cumpla el mismo papel que el café, el cacao o el té.

Me alegro de la victoria de Evo Morales y el MAS, porque es una victoria más de la gente humilde y de quienes defienden su dignidad frente a los países y los grupos empresariales poderosos. Son denostados, porque no dejan de poner límites al poder político y económico de la oligarquía boliviana o de los grupos de poder internacional. Digo esto último de esta manera, porque es cierto que EEUU lleva varias décadas actuando como primera potencia, pero es que las grandes empresas españolas de la energía, el agua, las telecomunicaciones y la banca se han incrustado en los últimos años de tal manera en ese continente, que se han convertido en la segunda potencia imperial. ¡Quién lo iba a decir, después de 1824 y 1898

Recomiendo leer el artículo del sociólogo argentino Atilio A. Boron “¿Por qué ganó Evo?”, publicado en Página / 12Rebelión (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=96632), donde se hace un repaso de los logros conseguidos en Bolivia desde que Evo Morales alcanzó la presidencia de su país en 2005. Han sido cinco años de continuos éxitos electorales, políticos y económicos, en Bolivia, en América y el mundo, pese a la dura presión interior y exterior. Así se expresa el propio Atilio A. Boron:

“Lo que hay es un gobierno que cumplió con sus promesas electorales y que, por eso mismo, desarrolló una activa política social que le ganó la indeleble gratitud de su pueblo: Bono Juancito Pinto, que llega a más de un millón de niños, Renta Dignidad, un programa universal para todos los bolivianos mayores de 60 años que carezcan de otra fuente de ingresos; Bono Juana Azurduy para las mujeres embarazadas. Un gobierno que erradicó el analfabetismo aplicando la metodología cubana del programa “Yo Sí Puedo”, lo que permitió alfabetizar a más de un millón y medio de personas en unos dos años, razón por la cual el 20 de diciembre de 2008 la UNESCO (no los partidarios de Evo) declaró a Bolivia territorio libre de analfabetismo. Se trata de un logro extraordinario para un país que padeció una secular historia de opresión y explotación, sumido en una desgarradora pobreza por sus clases dominantes y sus amos imperiales pese a la enorme riqueza que guarda en sus entrañas y que recién ahora, con el gobierno de Evo, es recuperada y puesta al servicio del pueblo. Por otra parte, el solidario internacionalismo de Cuba y Venezuela también permitió la construcción de numerosos hospitales y centros médicos, a la vez que miles de personas recuperaron la vista gracias a la Operación Milagro. Importantes avances se registraron también en materia de reforma agraria: cerca de medio millón de hectáreas fueron transferidas a manos de los campesinos y en la anunciada recuperación de las riquezas básicas (petróleo y gas), lo que en su momento provocó el nerviosismo de sus vecinos, especialmente Brasil, más preocupado por garantizar la rentabilidad de Petrobrás que por cooperar con el proyecto político de Evo. Por último, el cuidadoso manejo de la macroeconomía le ha permitido a Bolivia, por primera vez en su historia, contar con importantes reservas estimadas en 10.000 millones de dólares y una situación de bonanza fiscal que, unida a la colaboración de Venezuela en el marco del ALBA, le permitió a Morales realizar numerosas obras de infraestructura en los municipios y financiar su ambiciosa agenda social”.

Repito, sólo en cinco años.