Hace unas semanas
Pedro Sibello Rodríguez, antiguo alumno en el IES Trafalgar de Barbate y ahora estudiante
de Historia en la Universidad de Cádiz, me comunicó que formaba parte como
alumno de un equipo de investigación que está trabajando sobre las personas que
fueron asesinadas tras el golpe militar del 18 de julio de 1936 y posteriormente
enterradas en el antiguo Cementerio de San José en Cádiz. El citado equipo está
desarrollando el proyecto que lleva el título de “Localización e identificación
de las víctimas del golpe de estado y represión franquista en el Cementerio de
San José de Cádiz”, que tiene al frente a personas destacadas en ese campo de
investigación, entre las que se encuentra el arqueólogo municipal José Mª Gener
Basallote.
Mi antiguo alumno me
dijo, así mismo, que iba a prestar atención a los nombres de las personas represaliadas
tras el golpe militar de julio de 1936 que tenían alguna relación con Barbate,
para lo que tenía como referencia los nombres que aparecen en el libro que
publiqué a finales de 2021 sobre la represión en Barbate [1]. Al poco me envió un mensaje, en el que
me informó que había encontrado algunos datos sobre Francisco Domínguez
Benítez, una de las víctimas mortales de la represión habida en la localidad gaditana
que por entonces pertenecía al municipio de Vejer de la Frontera. Lo que
después me ha ido facilitando no está exento de importancia, pues aporta
cuestiones de interés sobre lo que ya conocíamos: la fecha y el lugar de
enterramiento, de lo que se desprende una aproximación a la fecha de su muerte;
y el lugar donde sucedió. Pero vayamos por partes.
Lo
que sabíamos
Buena parte de la
información que tenemos sobre Francisco Domínguez Benítez la sacó a la luz José
Luis Gutiérrez Molina, cuando en 2015 publicó un artículo en el que aparece el personaje que nos ocupa [2],
basándose para ello en el estudio del sumario judicial que se le abrió tras su
detención [3]. Conocido
también con el apodo de “Pepe el Sillero”, desconocemos cuál era su oficio,
pero sí sabemos que estaba afiliado a la CNT. Fue detenido el 1 de agosto de
1936, después de haber tenido durante la madrugada un incidente con la guardia
del cuartel de Falange en Barbate, que en ese tiempo estuvo ubicado en la sede
del Casino de Barbate, al que se conocía también en el pueblo como el “Casino
de los ricos”. Según se hizo constar en uno de los informes que componen el
sumario, un cabo de Falange lo acusó de haber increpado a los miembros de su
partido y de llamarlos “fascistas
canallas”.
También fue
calificado como “comunista”, algo que debe matizarse, si acaso, con el de comunista
libertario, dada su afiliación a la central anarcosindicalista. Y entre las
acusaciones que le imputaron, además de la que fue el motivo de su detención,
estuvo el haber participado en la huelga de almadraberos. Tampoco faltó que se
refirieran a que una hija suya, trabajadora en una de las fábricas de conservas
de la localidad, fuera considerada como una propagandista del anarquismo y que
había portado la bandera del sindicato en las manifestaciones.
Mientras en Barbate
el golpe contó desde el primer momento con el apoyo de los dos cuerpos de orden
público presentes, los Carabineros y la
Guardia Civil, en la localidad matriz de Vejer de la Frontera se mantuvo
durante tres días una resistencia en la que participaron una parte de la
población, las autoridades municipales y algunas sectores de las fuerzas del
orden [4]. Las detenciones,
asesinatos, distintas formas de represión y arbitrariedades de todo tipo
acabaron siendo algo cotidiano, todo ello incardinado en el contexto de terror que se implantó
tanto en la localidad de Barbate como en el conjunto del municipio de Vejer de
la Frontera, similar, en lo fundamental, al terror generalizado que se fue extendiendo
en las zonas donde triunfó el golpe militar del 18 de julio y en los
territorios que fueron conquistando a lo largo de los meses siguientes. Paralelamente
se fue conformando un nuevo poder local,
que en el caso de Barbate tuvo la particularidad de que a partir de 1938 supuso
la culminación del proceso de independencia, iniciado en la década de los años veinte,
en relación a Vejer de la Frontera [5].
Una vez detenido en
Barbate Francisco Domínguez Benítez, sabemos fue trasladado a Cádiz, en cuya cárcel
estuvo recluido entre los días 2 de agosto y 19 de octubre, siendo en esta
última fecha cuando fue entregado al Juzgado Permanente para ser conducido al
penal de El Puerto de Santa María [6]. En un
documento encontrado en el Archivo Municipal de Vejer de la Frontera, del que
sabemos que pertenece al mes de octubre de 1936, pero sin que se conozca la
fecha concreta, se refirieron a Francisco Domínguez Benítez a través de su
viuda, haciendo constar lo siguiente:
“Ella como su
difunto esposo, fallecido en el día de ayer, comunistas, desafectos al
movimiento” [7].
De ese mismo mes, y
en el mismo Archivo Municipal, hay constancia de otros cuatro escritos
referidos a su persona y fechados entre los días 12 y 21 [8], incluidos
dentro de una carpeta de 1936 cuya denominación era “Informes sobre condenados
y bienes de encartados por la Autoridad Militar”. En el primero, del 12 de octubre, se refleja una petición, hecha
por parte del teniente de Carabineros, a la sazón comandante militar de la
plaza, para que
“con la mayor
urgencia se sirva informarme sobre la conducta, politica, moral, pública y
privada observada por el vecino de esta aldea, FRANCISCO DOMINGUEZ BENITEZ (a) ‘PEPE
EL SILLERO’”.
Dos días después
fue el alcalde de Vejer de la Frontera, José Mera Salguero, quien trasladó esa
misma petición al alcalde pedáneo de Barbate, Agustín Varo Varo. En la
respuesta de este último, con fecha 17 de octubre, se reflejó lo siguiente:
“he de hacer
constar que se ha manifestado en diversas ocasiones en sentido izquierdista
siendo moralmente individuo de conducta deficiente”.
Finalmente, el
cuarto de los escritos, del día 21, fue enviado por el alcalde de Vejer de la
Frontera al teniente de Carabineros, mediante el cual le remitía la información
recabada desde alcaldía pedánea de Barbate.
Casi un año
después, el 8 de septiembre de 1937, la Auditoría Sevilla solicitó al Consejo
de Guerra de Cádiz que se le informara sobre su paradero [9]. La
respuesta vino a los tres días con una certificación en la que se reflejaba lo
siguiente:
“aunque en el
Negociado de Orden Público no existe antecedente alguno que tenga relación con
el individuo llamado Francisco Domínguez Benítez, según noticias adquiridas en
este centro le fue aplicado el Bando de Guerra”.
Para José Luis
Gutiérrez Molina la fecha de la ejecución de Francisco Domínguez Benítez pudo
haber sido el 20 de octubre [10]. Por mi
parte, en mi libro me atreví a indicar “que posiblemente lo fuera con
posterioridad, al menos después del 21 de octubre” [11]. Para
hacer tal apreciación me basé en el escrito que el alcalde de Vejer de la
Frontera envió el día 21 de octubre al teniente de Carabineros de la localidad,
teniendo en cuenta, además, que el
destino final debía ser la autoridad militar de Cádiz.
Ahora, por la
información recientemente obtenida, estamos en disposición de ajustar más esa
fecha, aunque sin hacerlo con exactitud. Pero, sobre todo, podemos ahondar un
poco más en las circunstancias que concurrieron esos días.
En lo que respecta
a su viuda y su hija, ignoramos sus nombres. Sobre esta última ya hemos
mencionado algunas de las actividades que llevaba a cabo relacionadas con la
CNT y de la viuda, que fue calificada de comunista y desafecta al régimen. Pero
sobre esta última podemos añadir algunas cosas más, que tienen que ver con una
institución de lejana raigambre en el municipio y muy apreciada por su
vecindad: las hazas de suerte [12].
En diciembre de
1936 sufrió el castigo, a través de su marido ya fallecido, de la separación
del sorteo de las hazas de suerte. Francisco Domínguez Benítez fue una de las
once personas de Barbate incluidas en un listado de “Vecinos cabezas de familia
y menores reconocidos marxistas” por el que se disponía que quedaban separadas
del padrón destinado a dicho sorteo [13].
Cuando en 1944 se
confeccionó el primer padrón de hazas de la suerte de Barbate, en el que se
incluyó a las personas que en 1936 habían sido separadas del de Vejer de la
Frontera [14],
no aparece la viuda de Francisco Domínguez Benítez. No fue incluida como tal,
como se hizo con otras viudas, ni con su propio nombre. Por eso creemos que
pudo haber acabado trasladando su residencia a otro municipio.
La
información encontrada en el Cementerio de San José
Los trabajos que se
están llevando a cabo sobre los enterramientos habidos en lo que fue el
cementerio de la capital gaditana, relacionados con la represión en Cádiz, nos están
aportando nuevos datos. Es lo que se desprende, en un principio, de dos
documentos: uno, el Registro de enterramientos de 1936, en el que se sigue un
orden cronológico y se indican los cambios habidos con posterioridad en lo
referente a exhumaciones y/o desalojos de restos mortales; y el otro, el Índice
de enterramientos del mismo año, en este caso con los nombres ordenados
alfabéticamente.
Ahora, como se
desprende de los dos documentos, podemos asegurar que Francisco Domínguez
Benítez fue enterrado en una sepultura el día 21 de octubre de 1936. Si nos
atenemos a la información registrada en el Índice de enterramientos, se hizo de
la siguiente forma: sepultura 2, sitio 4, fila 1, patio 3, división San Lucas
2º. Y si lo hacemos a la del Registro cronológico: patio 3, nº 4, fila 1, lugar
2, línea o división San Lucas. A ello hay que añadir la anotación de que el
cuerpo procedía de los alrededores de la Plaza de Toros. Precisamente un lugar
donde fue frecuente que se llevaran a cabo ejecuciones extrajudiciales de
personas detenidas [15].
Cabe preguntarse,
por tanto, cuál fue la fecha de su ejecución. De entrada, pudo haber sido el
mismo día 21, pero existe la posibilidad de que se hubiera producido con
anterioridad: bien el día 19, cuando fue conducido desde la cárcel de Cádiz
hacia la de El Puerto de Santa María; o bien el día 20. Solía ocurrir en esos
días que los cadáveres de las personas asesinadas los dejaran expuestos durante
un tiempo a la vista de la gente, en una clara forma de amenazadora
advertencia.
Ya anotamos antes
que el motivo de su muerte tuvo que ver con que le “fue aplicado el Bando de
Guerra”, un eufemismo que aludía a una ejecución extrajudicial. Si en el
registro de los enterramientos del Cementerio de San José lo normal era
consignar la causa de la muerte, en el caso de Francisco Domínguez Benítez no
se hizo, como tampoco ocurrió con las otras personas que corrieron la misma
suerte. Tampoco sabemos lo que fue de sus restos mortales, de los que sólo
existe el registro de que fueron “desalojados” de la sepultura inicial en fecha
indeterminada. ¿Dónde? Quizás para ser depositados en el osario del cementerio,
como se ha hecho en otras ocasiones después de que pasara un tiempo y no se
hubiera hecho una reclamación [16].
Más datos
a tener en cuenta
Durante la
redacción de este artículo me he ido encontrando más información, lo que ha
dado lugar al planteamiento de varias cuestiones que considero que debo tener
en cuenta. Aun cuando no sean decisivas, nos ayudan a aproximarnos algo más a
lo ocurrido con Francisco Domínguez Benítez.
La primera de esas
cuestiones deriva del hecho de haber reparado en un detalle que había pasado
desapercibido y que guarda relación con el tercero de los escritos “sobre
condenados” del Archivo Municipal de Vejer de la Frontera. Se trata del informe
que fue remitido el día 17 de octubre desde la alcaldía pedánea de Barbate al
alcalde del municipio, en cuya hoja hay escrita a mano una anotación, firmada
por “El Secretario” del Ayuntamiento, que tiene la fecha del 19. Es decir, que
dicho informe pasó por las manos de tres cargos oficiales. A eso hay que añadir
que no fue hasta el 21 cuando el alcalde de Vejer envió la información recogida
al teniente de Carabineros, que era la máxima autoridad militar del municipio
y, por consiguiente, el enlace con la autoridad militar provincial.
A modo de
recapitulación, el tiempo transcurrido entre el primero y el último de los
informes fue, pues, de nueve días. Y durante los últimos cuatro días tuvieron
lugar los siguientes hechos: el 19
traslado de Francisco Domínguez Benítez desde Cádiz al penal de El
Puerto de Santa María; entre ese día y el siguiente pudo haber tenido lugar su
ejecución; y el 21, al menos, el enterramiento en el Cementerio de San José.
Quienes tomaron la decisión de ejecutarlo no esperaron a que llegara la
información requerida por la autoridad militar, en la que se había reflejado
eso de que “se ha manifestado en diversas ocasiones en sentido izquierdista
siendo moralmente individuo de conducta deficiente”. Cuando se procedió a su
ejecución, por tanto, no había llegado el informe procedente del Ayuntamiento
de Vejer de la Frontera, previamente remitido desde Barbate. Corrió la misma
suerte que otras tantas personas que vieron cómo los alrededores de la Plaza de
Toros se convirtieron en “uno de los habituales mataderos gaditanos” [17].
La segunda cuestión
tiene que ver con una entrada que se publicó en mayo de 2021 en el portal
digital Casa de la Memoria La Sauceda,
con sede en Jimena de la Frontera,
después del ataque que sufrió la placa conmemorativa ubicada en la plaza de
Asdrúbal de Cádiz y dedicada a las personas represaliadas en Cádiz. En dicha
entrada aparece el listado de las personas que fueron fusiladas en los
alrededores de la Plaza de Toros de Cádiz, cuya autoría es de José Luis
Gutiérrez Molina [18].
Cada nombre está acompañado de una breve referencia biográfica, una de las
cuales es la de Francisco Domínguez Benítez. Además de lo que ya apuntó en el
artículo suyo ya referido de 2016, esto lo que puede leerse acerca de su
persona:
“Enterrado el
21/10/1936 en sepultura sin causa de fallecimiento. Ingresó en PP [Prisión
Provincial] el 2 de agosto de donde fue sacado, para supuestamente ser
trasladado a la prisión de El Puerto, el 19 de octubre ordenado por el Juzgado
Permanente. Vivía en Barbate, en la calle Barberán y Collar, 15, estaba casado,
tenía una hija y le llamaban “Pepe el Sillero”. Lo consideraban de la CNT y que
su hija llevaba la bandera del sindicato en las manifestaciones. La Guardia
Civil dice que era elemento de acción peligroso. Fue detenido el 1º de agosto
por un cabo de Falange que decía haberlo oído hablar mal de ella (“fascistas
canallas”) el día anterior ante el casino, utilizado como cuartel de Falange, y
le abofeteó. También le acusaron de participar en resistencia en julio.
Trasladado a Cádiz le abrieron la Causa 268/1936 cuya última diligencia se
realizó a mediados de agosto de 1936. En septiembre de 1937, a instancias de la
Auditoría de Sevilla, se confirma que le había sido ABG [aplicado el bando de
Guerra]”.
Y hay una tercera
cuestión que tiene que ver con los diversos trabajos de investigación y exhumación de personas fusiladas que se
vienen desarrollando durante los últimos años en el Cementerio de San José [19]. En uno
de ellos se alude a las “medias sepulturas”, llamadas así porque su precio era
más barato, la mitad, que las individuales. Estamos, por tanto, ante un tipo de
enterramiento colectivo, en cuyo interior “se iban superponiendo los féretros,
colocados cronológicamente según la fecha del sepelio, ubicándose el más
antiguo al fondo de la fosa y el más reciente en la cota más superior” [20].
Si relacionamos esa
información con la que tenemos disponible de Francisco Domínguez Benítez sobre
su enterramiento, podemos inferir que el orden de su ubicación en la sepultura
era el segundo. Por debajo, esto es, en el fondo, se encontraba el Sebastián
Soriano Sánchez; y por encima, el Nicolás Guerrero Marín. En los tres casos
coinciden dos cosas: la procedencia de sus cuerpos, en los alrededores de la
Plaza de Toros; y la ausencia de indicación de la causa de la muerte. Y
siguiendo con el Registro cronológico de enterramientos, el mismo día 21 de
octubre fueron enterradas otras cinco personas también con el denominador común
de que sus cuerpos procedían del mismo lugar y no se indicaba la causa del
fallecimiento: Antonia Cabaña Casaña, Manuel Chirino Sánchez, Amparo García Caño, José Luis Hoys Pérez y
Manuel Raya Sánchez. Incluso puede añadirse otro detalle: en los ocho casos se
ha añadido junto a los nombres, por la izquierda, un punto negro, del mismo
color que las letras. ¿Una forma de señalar la naturaleza que tuvieron sus
muertes, teniendo en cuenta que no se consignó en el aparatado correspondiente?
Cotejando estos
datos con los aportados por Gutiérrez
Molina [21],
estaríamos, en el caso de Sebastián Soriano Sánchez, ante lo siguiente:
“Enterrado el
21/10/1936 en una sepultura sin indicación de causa. Era un jornalero que vivía
en la calle San Leandro. Ingresó en la prisión provincial el 10 de octubre a
disposición del gobernador civil y fue sacado el 19 para, en teoría, ser
trasladado a la prisión de El Puerto. Su detención apareció, el 8 de octubre,
en el Diario de Cádiz”.
Y en el de Nicolás
Guerrero Marín:
“Enterrado el
21/10/1936 en una sepultura sin causa de fallecimiento. Ingresó en la prisión
provincial el 20 de julio de 1936 a disposición del gobernador militar tras ser
detenido en su domicilio. Este mismo ordenó su traslado, en teoría, para la
prisión de El Puerto el 19 de octubre”.
En los tres casos
existe otro lazo común y es que salieron el mismo día, el 19, desde la prisión
de la capital para su traslado a la vecina portuense. Ninguno de los tres llegó a su destino, pues les alcanzó la muerte.
¿Fue el 19, quizás lo más probable? ¿Fue el 20 o el 21? Por ahora no lo
sabemos.
Y en relación a las
otras cinco personas enterradas el mismo día 21 de octubre, sabemos que dos,
Antonia Cabaña Casaña [22] y
Amparo García Caño [23],
eran cigarreras y estaban afiliadas a la
CNT; otros dos, Manuel Chirino Sánchez [24] y
Manuel Raya Sánchez [25], eran
suboficiales retirados, siendo el segundo tildado de “extremista” y
“comunista”; y el quinto, José Luis Hoys Pérez, el masón [26].
Algunas
conclusiones
Varias son las
conclusiones que pueden extraerse de lo expuesto en las líneas precedentes.
Una, la certeza del día y el lugar donde fue enterrado Francisco Domínguez
Benítez: el 21 de octubre, en el Cementerio de San José de Cádiz. Lo acompañaron otras siete
personas en el infortunio de ser ejecutadas. Fue enterrado en la misma tumba
junto a dos de ellas: Sebastián Soriano Sánchez y Nicolás Guerrero Marín.
Precisamente con quienes dos días antes había salido de la cárcel de Cádiz para
su traslado a la de El Puerto de Santa María.
Pese a que en el
Registro del Cementerio no se indica la
causa de la muerte, resulta dramáticamente obvio que fue una ejecución y además
de carácter extrajudicial. Eso se expresó en el sumario, todavía abierto once
meses después de su muerte, cuando se utilizó el eufemismo “se le aplicó el
Bando de Guerra”. Como ocurrió con el resto de las otras siete personas, el
cadáver fue recogido en los alrededores de la Plaza de Toros, un lugar más con
el mismo sino, como lo fueron, entre otros, las distintas playas de la ciudad,
el foso de la Puerta de Tierra,
etc.
Nos falta por saber
el día exacto de su muerte. Teniendo en cuenta que el 19 de octubre salió de la
prisión de Cádiz para ingresar en la de
El Puerto de Santa María, donde nunca llegó, sucedió entre ese día, como fecha
más probable, y el 21.
Y ya sobre el
paradero posterior de sus restos mortales, sólo conocemos que fueron
desalojadas de la sepultura inicial, no así cuándo y a dónde fueron llevados. De sus familiares conocidos en esos años, su
viuda y su hija, nada sabemos.
Francisco Domínguez
Benítez es una más de las tantas
personas que fueron víctimas de la violencia fascista y permanecen todavía
desaparecidas. Puede que no consigamos encontrarlo. Nos queda, en todo caso, el
compromiso de mantener su memoria. Y limpiarla de esas calificaciones malintencionadas
hechas por quienes hicieron del horror y de la muerte estandartes de un régimen
sanguinario. Hacer todo eso no es otra cosa que un acto de justicia.
Notas
[1] Fascismo
y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra, editado por la
Mancomunidad de Municipios La Janda y la Diputación de Cádiz.
[2] Gutiérrez Molina (2015).
[3] Archivo del
Tribunal Militar Territorial número 2 de Sevilla (causa 1737/1936, legajo
131-4590).
[4] Núñez Calvo (2003: pp. 5-11), Gil Honduvilla
(2010: pp. 705-709), Núñez Calvo (2015) y Montero Barrado (2021: pp. 40-41 y 75
y ss.).
[5] Montero Barrado (2022.)
[6] Domínguez Pérez
(2004, v. 2 y CD complementario).
[7] El documento lleva por título
“Relación de los vecinos de Barbate que por sus pasadas actuaciones
revolucionarias y actual rebeldía al Movimiento Salvador de España merecen ser
eliminados del sorteo de las Hazas del Ayuntamiento de Vejer de la Frontera”;
Archivo Municipal de Vejer de la Frontera-Hazas de Suerte (caja 787, octubre de
1936).
[8] Archivo Municipal de Vejer de la
Frontera–Informes sobre Condenados (caja 1265, 17-10-1936).
[9]Gutiérrez Molina
(2015); y Archivo del Tribunal Militar Territorial número 2 de Sevilla (causa
1737/1936, legajo 131-4590).
[10] Gutiérrez Molina (2015).
[11] Montero Barrado (2021).
[12] Constituían un bien común
patrimonial, cuyo origen data del siglo XIII, “momento desde el cual
periódicamente se hacía un sorteo de tierras comunales entre la vecindad. Su
principal atracción derivaba de los beneficios económicos que reportaban, pues
el usufructo de los lotes de tierra obtenidos servía de complemento a los
ingresos familiares. Pero no le faltaba tampoco un valor simbólico, pues
aportaba un importante sentimiento identitario colectivo y de pertenencia al
municipio” (Montero Barrado, 2021, p. 106).
[13] El documento lleva por título
“Relación de individuos que se eliminan del Padrón de Hazas de suerte en la
rectificación del próximo sorteo, que han perdido el derecho que tenían a
figurar en dicho Padrón, por los motivos que a continuación se expresan”
(Archivo Municipal del Ayuntamiento de Vejer de la Frontera-Hazas de Suerte, caja
787, 10-12-1936).
[14] Archivo Municipal de Barbate-Hazas
de Suerte (signatura 614, 9-12-1944).
[15] Román Román y Guijo Mauri (2016).
[16] Esa apreciación me la hizo en
diciembre de 2021 José Luis Gutiérrez Molina, durante una conversación que
mantuvimos en la capital gaditana.
[17] Román Román y Guijo Mauri (2016).
[18] Gutiérrez Molina (2021).
[19] Román Román y Guijo Mauri (2016);
Autoría Colectiva (2021a); y Autoría Colectiva (2021b).
[20] Autoría Colectiva (2021a).
[21] Gutiérrez Molina (2021).
[22] “Enterrada
el 21/10/1936 en un nicho sin causa de fallecimiento. Tenía 32 años y tres
hijos. Cigarrera, una de las cuatro asesinadas. Ella el mismo día que su
compañera Amparo García Cano. Militaba en la Federación Tabaquera y en la CNT.
Tenía un hermano, José, masón, de la logia Hermano Vigor, auxiliar de
maquinista y militante de IR”.
[23] “Enterrada el 21/10/1936 en un nicho sin indicación de
causa de muerte. Era una cigarrera de 25 años y vivía en la calle Santiago 2.
Fue detenida el 24 de julio por orden del alcalde, Eduardo Aranda Asquerino.
Tras pasar por la Comisaría de Vigilancia fue ingresada en prisión. Estaba
afiliada a CNT”.
[24]“Enterrado el 21/10/1936 en nicho sin causa de
fallecimiento. Era un suboficial retirado que vivía en la calle Alcalá Zamora
55 según la Guía de Cádiz de 1936. Perteneció al arma de caballería y sirvió en
el Sahara en los años 20. Estuvo en el desastre de Annual dentro del Grupo de
Regulares en Campaña. Ingresó en la PP el 11 de septiembre entregado por la
Comisaría de Vigilancia y fue sacado el día 13 para ser entregado al Gobierno
Militar para su traslado al castillo de Santa Catalina. El gobierno militar
comunica su muerte por arma de fuego”.
[25] “Enterrado el 21/10/1936 en nicho son causa de
fallecimiento. Era un sargento retirado de 29 años que vivía en la calle José
de Dios 7. Muerto por sus ideales extremistas, al parecer comunista. En abril
de 1941 le abrieron expediente de responsabilidades políticas. No figura
ingreso en la prisión provincial. Su detención fue publicada en Diario de Cádiz
el 25 de septiembre”.
[26] “Enterrado en nicho el 21/10/1936 sin indicación de
causa de fallecimiento. Tenía 30 años, vivía en la calle Sopranis 7. Masón
perteneciente a la logia Hermano Vigor. Ingresó en la prisión provincial el 18
de octubre y fue sacado, para en teoría ser trasladado a la prisión de El
Puerto, el 19 de octubre. Su detención aparece publicada en Diario de Cádiz el
19 de octubre. En 1945 le fue abierto sumario por el Tribunal por la Represión
del Comunismo y la Masonería”.
DOCUMENTACIÓN
UTILIZADA
Fuentes
primarias
Archivo Municipal
de Barbate.
Archivo Municipal
de Vejer de la Frontera.
Archivo del
Tribunal Militar Territorial número 2 de Sevilla.
Antiguo Cementerio
de San José de Cádiz.
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Guardia Civil en Cádiz dentro de la Guerra Civil de España (1936-1939).
Tesis doctoral del autor, UNED;
http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/tesisuned:GeoHis-Jnnunez/NUNEZ_CALVO_Jesus_Narciso_Tesis.pdf
(consultado el 1-08-2019).
ROMÁN ROMÁN,
Jesús y GUIJO MAURI, Juan Manuel (2016).
“Delimitación y exhumación de represaliados por el franquismo en el antiguo
cementerio de San José de Cádiz. Informe preliminar”. Junta de
Andalucía/Ayuntamiento de Cádiz/Cementerio Mancomunado Bahía de Cádiz; https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/delimitacion_exhumacion_represaliados_antiguo_cementerio_San_Jose.pdf (consultado el
10-12-2022).
(El artículo ha sido publicado en el portal electrónico Todos (... los Nombres, con fecha 13-12-2022: https://todoslosnombres.org/barbate-cadiz-profundizando-en-las-circunstancias-del-asesinato-de-francisco-dominguez-benitez-desde-la-documentacion-del-cementerio-de-san-jose-de-cadiz/).
