Alumnos y alumnas de Ciencias Políticas leyeron una breve semblanza de cada uno:
Maximino Benito de San Guillermo, jornalero y de la FETE en Cabrillas;
José Celso Escanilla Simón, maestro y alcalde de Bogajo;Juan Laureano Hernández Hernández, lechero y concejal en Villavieja de Yeltes;Eliseo Martín Estévez, jornalero y secretario de la Casa del Pueblo de Bogajo;Cristino Bartolomé Martínez Muriel, jornalero y vicesecretario de la Casa del Pueblo de Retortillo;Aníbal Mateos López, cantero y concejal en Villavieja de Yeltes;Miguel Mellado de Castro, albañil y afiliado a la UGT en Salamanca;Celso Moro Hernández, obrero agrícola y presidente de la Casa del Pueblo de Retortillo;Máximo Muriel Blanco, jornalero agrícola y concejal en Retortillo;Francisco Pereña Melgar, zapatero y afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas en Villavieja de Yeltes;Francisco Regazas Zúñiga, cantero y de la Casa del Pueblo en Villavieja de Yeltes;Manuel Vaquero Rubio, jornalero y alcalde de Villavieja de Yeltes;Martín Vázquez Martín, herrero y vecino de Villavieja de Yeltes;Enrique Vicente Baldión, electricista en el aeródromo de San Fernando;Enrique Vicente Iza, electricista y de la Casa del Pueblo de Salamanca.
Fueron los primeros fusilados "legalmente" entre un total de 143 o quizás 177. De ellos, 11 en la madrugada del 1 de enero en Béjar, como nos contó en el acto Ana Vallejo, nieta de otro fusilado, Félix Vallejo. Cientos de desaparecidos están enterrados en fosas repartidas por toda la provincia.
Ese día 23 de octubre fue fusilado en Granada el profesor salmantino Salvador Vila Hernández, que era rector de su Universidad. Su cuerpo fue arrojado al Barranco de Víznar. Como el de Federico García Lorca dos meses antes. Los dos, desaparecidos.

