Fueron enterrados en el cementerio de San José de la capital al poco de haber sido asesinados y, gracias a los trabajos de exhumación llevados a cabo desde años atrás, se han rescatado los restos mortales. Posteriormente, a través de las pruebas de ADN confrontadas con algunos familiares, se ha logrado identificarlos.
Manuel ingresó en la prisión de Cádiz el 17 de septiembre y Juan Diego, el 2 de octubre de 1936. Los dos tenían que haber sido trasladados a la prisión de El Puerto de Santa María: a Manuel el día 27 de septiembre y a A Juan Diego, el 11 de octubre. Pero nunca llegaron a su destino, porque fueron fusilados impunemente. Era una práctica muy frecuente en esos meses. El cuerpo del primero apareció en los alrededores de la Plaza de Toros y el del segundo, en el foso de la Puerta de Tierra.
El acto, organizado por la Asociación Memoria Histórica de Cádiz, contó con la presencia de familiares. Aida Fernández dirigió unas palabras a las personas asistentes, no faltando la interpretación por clarinete de "El cant dels ocells" y el Himno de la Segunda República.
