Muchas mujeres iraníes están saliendo a la calle y desafiando al régimen islamista impuesto en 1979. Un régimen al que la politóloga Nazanín Armaniam, iraní exiliada en España desde 1983, no duda en calificar de fascismo islamista. Buena analista internacional, leer sus artículos en el diario Público resulta interesante, como ocurre con el último que acaba de publicarse: "Irán: cuando las infrahumanas ponen en jaque a los mismísimos enviados de Dios".
El artículo está dedicado a poner en valor las movilizaciones que desde hace unos días se están sucediendo en las ciudades del país tras el asesinato de Mahsa Amini, una mujer de origen kurdo que se encontraba de viaje turístico en Teherán, a manos de la Ershad, esto es, la Policía de la Moral, cuyas patrullas campan impunemente por las calles. ¿Su delito? Llevar el velo -obligatorio para todas mujeres- incorrectamente. Torturada durante varias horas en una comisaría, acabó sucumbiendo a la violencia desatada contra ella y a los dos días, el 16 de septiembre, falleció.
Irán está viviendo una ola de movilizaciones sin precedentes. Son muchos y diversos los sectores del país que se están uniendo: sindicalistas, estudiantes, minorías étnicas, intelectuales, etc., con especial protagonismo de las mujeres. Y está ocurriendo hasta tal punto, que Nazanín Armaniam no duda en equipararlas a las habidas en la primavera de 1979, cuando 200.000 mujeres desafiaron la orden impuesta por el imán Jomeini sobre la obligatoriedad de llevar el velo.
Ha pasado mucho desde entonces, cuando desde EEUU y sus aliados se encontró en Jomeini y su séquito de clérigos fundamentalistas como respuesta a la revolución desatada en Irán contra el sha Reza Paevi. Se propició para ello su regreso desde Francia, donde estaba exiliado, y se facilitó su acceso al poder. De esa manera se cortó el peligro de que la revolución derivara hacia un régimen socialista, teniendo en cuenta el protagonismo que estaba jugando por el Tudeh, el Partido Comunista del país. Fueron los años -recuérdese- de la financiación de los grupos fundamentalistas armados afganos por parte de EEUU y sus aliados occidentales y árabes... Y, como ya se sabe, "de aquellos polvos, los lodos"... que aún perviven en tantos países.
Dentro de ese fascismo islamista a las mujeres les corresponde el papel más dramático, al ser tratadas como "infrahumanas". Supeditadas en todo a los hombres, desplazadas de buena parte de los empleos, humilladas en público, pudiendo ser desposadas a partir de los 8 años de edad, castigadas con dureza por el incumplimiento de las leyes islámicas...
No sé si Nazanín Armaniam se muestra demasiado optimista cuando concluye que en su país se ha iniciado "la cuenta atrás" para la teocracia fascista e islamista. De lo que no cabe la menor duda es que la resistencia contra ella aumenta y que son las mujeres, las más perjudicadas, las que están llevando la voz cantante para hacerlo posible.
(Imagen: publicada en BBC News, cortesía de la familia de Mahsa Amini).