jueves, 15 de junio de 2017

15 de junio de 1977

Este artículo fue escrito en 1997, a los 20 años de la celebración de las elecciones de 1977. Fue publicado en Debate Ciudadano de Barbate, en su número 19, dentro de una columna a la que había puesto el nombre "Desde la Torre del Tajo". Lo he mantenido tal cual, pese a que ya han pasado 40 años, esto es, el doble. Al final aludo a los GAL, que por entonces ya no actuaban, pero estaban en plena actualidad por el procesamiento y condena de sus dirigentes políticos. Eso sí, la X no lo estuvo.  

Han transcurrido 20 años desde las elecciones del 15 de junio de 1977. Con frecuencia se habla de las primeras elecciones libres  después del largo paréntesis de la dictadura de Franco. No pretendo ser un agorero, pero habría que matizar algunas cosas. Veamos algunos ejemplos. Ese 15 de junio hubo varios partidos que no estaban todavía legalizados y hubieron de presentarse bajo otras siglas, como fue el caso de los comunistas PTE, ORT, MC y LCR, o el Partido Carlista. El propio PCE fue declarado legal en abril, sólo dos meses antes, tras grandes dificultades, bajo la amenaza de una intervención militar y a costa de unas renuncias importantes (¿o no lo fueron el reconocimiento de la monarquía y la bandera monárquica?). Mientras, otros partidos habían arrancado con ventaja, además de dinero, al haber sido legalizados con anterioridad, amén de la tolerancia que habían gozado desde años antes (el PSOE había celebrado su congreso en diciembre 1976). Las Cortes a formar no tenían por sí mismas carácter constituyente; aunque se marcaran como primer objetivo la elaboración de una constitución, no fueron disueltas de inmediato una vez cumplido el objetivo. El Senado estuvo compuesto en esa primera legislatura a la vez por personas elegidas y por otras nombradas por el propio rey. El sistema electoral para la elección  del Congreso se hizo mediante un sistema proporcional corregido (D'Hont), favorecedor de los partidos más votados, pero penalizador de los más pequeños (el propio PCE, con casi 10% de votos obtuvo sólo el 5% de representantes). La distribución de los escaños favorecía a las provincias con menor población (sobre todo las dos Castillas, tradicionalmente más conservadoras) en detrimento de las más pobladas (las áreas industriales y Andalucía, donde más intensa había sido las lucha contra el franquismo). Todavía hoy se siguen manteniendo algunas de estas medidas (sistema electoral o reparto provincial de escaños). ¿Qué había pasado? Las elecciones habían sido la culminación de un proceso político iniciado en los últimos años del franquismo con la intención de reformarlo, con Franco  en las últimas y Carrero Blanco por los aires. La reforma pasó por varios momentos y situaciones ("espíritu del 12 de febrero", primera enfermedad de Franco, ejecuciones de antifranquistas, muerte de Franco-coronación del rey, gobierno Arias-Fraga-Areilza, gobierno Suárez...), donde actuaban a la vez los continuistas del régimen, los aperturistas y la oposición democrática. La propia oposición aumentó la presión contra el régimen (formación de organismos unitarios como la Junta Democráticala Plataforma de Convergencia, movilizaciones por la amnistía, aumento de la conflictividad laboral...). En esa dialéctica fueron surgiendo nuevas situaciones, como el hecho de que el propio rey fuera imprimiendo un mayor ritmo a la reforma para que no fracasara, como se fue constatando en los gobiernos de Arias-Fraga-Areilza (diciembre 75) y Suárez (julio 76). Fue este último quien fue más audaz en la apuesta reformista, presentando la ley para la reforma política que fue aprobada primero por las Cortes franquistas (noviembre 76) y después refrendada en una consulta sin libertad a finales de 1976. Esta ley fue la pieza legal que precipitó definitivamente el triunfo de este proceso  de tránsito hacia un régimen de libertades. Pero contó, en los últimos momentos, con la colaboración de algunos grupos de la oposición, como fue el caso del PSOE, el PSP o Convergencia Democrática de Cataluña, quienes ya en diciembre aceptaron presentarse a las elecciones aun cuando no estuviese legalizado el PCE u otros partidos. El 15 de junio de 1977 representó, pues, el triunfo definitivo de la operación reformista del régimen franquista, donde su resultado final fue producto de la confluencia de factores antes señalados. Ese día los partidos más votados fueron los que protagonizaron los  momentos finales de la reforma, esto es, la UCD de Suárez y el PSOE de González. Del viejo régimen se mantuvieron instituciones, personas, aparatos e incluso prácticas todavía hoy existentes. ¿Cómo explicar si no todo el asunto de los GAL, por poner un ejemplo? La respuesta quizás se encuentre en el dicho popular: "de aquellos polvos vinieron estos lodos".