Ahora, sin embargo, el CGPJ ha resuelto, por el apoyo de la mayoría conservadora, que la susodicha haya obtenido el cargo. Se habla de la amistad que tiene con la ministra de Defensa, la señora De Cospedal, y de las maniobras que ha hecho para conseguir su propósito de incrustarla en un puesto relevante de la jerarquía judicial. Como puede verse, siempre con el PP de por medio. Un partido lo suficientemente influyente para decidir sobre la composición de tribunales de justicia. Y con ello, para resolver situaciones que no dejan de ser más que dudosas. Un partido corrupto en todos los niveles, con casos gravísimos, pero que tiende a salir airoso, verse beneficiado, conocer sentencia más que benevolentes... Un partido con muchos casos pendientes, algunos, como el caso de Ignacio González y todo lo que rodea, en plena vorágine judicial. Salida incluida del juez que lo instruía.
Desde Jueces para la Democracia se ha dicho que "el mensaje que se manda a la carrera judicial es demoledor cuando se prefiere a personas para puestos de responsabilidad por su afinidad política que por su dedicación en exclusiva al ejercicio de la función jurisdiccional para la democracia se ha manifestado una gran decepción". Por eso en esa asociación han calificado lo ocurrido como de "una gran decepción".
¿Es Espejel, pues, un espejo de la justicia que tenemos en este país?