Según se cuenta en el programa, emitido ayer, fue Torcuato Fernández Miranda quien redactó en un papel el borrador del texto, indicando que no debería indicarse su autor. El gobierno se encargó de introducir en la citada Ley la alusión a la monarquía como una forma de legitimarla y solventar así un asunto que les traía de cabeza: la celebración de un referéndum para decidir la forma de la jefatura del estado. Según contó Suárez, ése era un asunto que los gobernantes europeo-occidentales le pedían que hiciera, pero que el gobierno temía, pues las encuestas estaban dando el triunfo a la opción republicana. Por aquellos años era frecuente llamar a Juan Carlos con el apelativo de “el Breve”.
Al margen de la novedad de la noticia, no debe sorprendernos en la medida que durante esos meses se estaban llevando a cabo en las alturas políticas del régimen y de las potencias occidentales maniobras diversas tendentes a controlar el proceso de transición. En el caso del gobierno, a la fuerte acción represiva sobre los sectores de la sociedad que no paraban de movilizarse para acabar con la dictadura le acompañaron otras acciones, de diverso tipo, pero encaminadas a evitar que se produjera la conocida por entonces como ruptura democrática. Entre ellas estuvo la atracción del PSOE hacia el proceso de reforma, la división de los grupos de oposición, la elaboración de una ley electoral que favoreciera al partido del gobierno, etc. Lo antes referido sobre la monarquía sería una más de esas acciones.