
Los autores del atentado contra la revista Charlie Hebdo de París habían sido entrenados en el territorio conocido como de ISIS, acrónimo del Estado Islámico de Iraq y el Levante, situado entre Iraq y Siria. Este grupo fue financiado desde el primer momento por las monarquías petroleras del Golfo Pérsico y apoyado por EEUU, iniciando en 2011 una guerra contra el régimen sirio de Hafez al Asad. Del autor del ataque al supermercado, por su parte, se ha dicho que era miembro de Al Qaeda y que había sido formado en alguna de las bases que ese grupo tiene en la Península Arábiga,
El domingo los medios de comunicación informaron de la ejecución por parte de ISIS de 21 personas de la comunidad cristiana copta de Egipto., que, al parecer, habían sido secuestrados con anterioridad en Libia. Es el último episodio conocido de las tantas ejecuciones que se están llevando a cabo contra personas de diversa procedencia capturadas por ese grupo. En Libia están actuando a sus anchas varios grupos islamistas desde que en 2011 se inició la guerra contra el régimen de Gadafi. En esta guerra las fuerzas opositoras contaron desde el primer momento con el apoyo de las potencias occidentales, que incluso, concretamente Francia y Reino Unido, participaron directamente en operaciones aéreas y navales.
Son sólo unos ejemplos. En todos los casos hay un común denominador: los estados que armaron, financiaron, apoyaron y vitorearon a esos grupos islamistas son los mismos que hoy no paran de repetir hasta la saciedad que son la encarnación del mal y enemigos de la libertad.
Algo no cuadra. Muchas cosas. Demasiadas.