jueves, 23 de octubre de 2014

Chomsky y Vltchek denuncian el terrorismo occidental

Acabo de leer Terrorismo occidental. De Hiroshima a la guerra de los drones (Tafalla, Txalaparta, 2013), de Noam Chomsky y Andre Vltchek. Un libro producto de una larga conversación, a modo de diálogo, de dos personas que conocen el mundo de una forma vasta y profunda, con una larga trayectoria intelectual y -por qué no- militantes de lo que el propio Chomsky tiene colgado en su oficina y Vltechek reproduce al final de la introducción. "Tres pasiones simples, pero abrumadoras, han gobernado mi vida: el anhelo del amor, la búsqueda del conocimiento y la insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad".

Son 154 páginas donde desgranan la situación del mundo, atendiendo sobre todo a lo ocurrido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero sin olvidar los primeros momentos del saqueo de las potencias europeas desde el siglo XVI. Hablan del legado del colonialismo, de la ocultación de los crímenes cometidos por los países occidentales, de la propaganda y los medios de comunicación, de lo que fueron y cómo han quedado los países que formaban el antiguo bloque soviético... Tratan, así mismo, lo que ocurre en diversos espacios regionales, como India y China,  el Sudeste Asiático, Medio Oriente y los países árabes, África, América Latina... Dedican un capítulo a los EEUU, en el que muestran algunas diferencias acerca de si está o no en declive. En las páginas restantes aparece un breve resumen cronológico de Gabriel Humberstone.

Es tan denso el contenido del libro, que resulta difícil sintetizarlo en pocas líneas. Me he quedado con algunas cosas, que voy a intentar exponerlas:

1. El número de personas que han muerto desde 1945 como consecuencia de la violencia ejercida o instigada por los países occidentales es de 50-55 millones; a ello hay que unir las muertes indirectas, como las derivadas de la falta de atención médica básica, que cuantifican en torno a 6 millones de menores anualmente. 

2. Resulta muy difícil detectar en la actualidad la actuación del imperialismo y el neocolonialismo, que actúan a través de las grandes corporaciones o desde los estados, ocultando con habilidad su participación en la explotación de mano de obra y en las numerosas matanzas que se están dando en los países más pobres; a lo que está ocurriendo en el Congo llegan a calificarlo de supergenocidio, después de hayan muerto asesinadas desde su independencia de 6 a 8 millones de personas.

3. Critican el papel que juega buena parte de la intelectualidad de los países occidentales, que se preocupa muy poco por conocer la realidad de los países explotados y a la que acusan de estar adoctrinada; desmotan el mito de que la europea sabe más y es más crítica; y defienden que la de los países más pobres conoce mejor el mundo y tienen mayores preocupaciones por la humanidad. 

4. Consideran que los medios de comunicación occidentales están aplicando una censura y una manipulación sibilinas que resultan muy efectivas; utilizan para ello distintas formas, como desinformar, controlar previamente lo que se va a decir, dejar poco tiempo para la argumentación, impedir el directo, hacer coincidir determinadas actuaciones con los momentos estelares de los informativos...

5. Resaltan la relación entre la publicidad comercial y la propaganda política, usando ésta los métodos de la primera con el fin de crear consumidores desinformados; de esta manera las campañas electorales son administradas por empresas de la industria de la publicidad.

6. Durante los años de la Guerra Fría hubo una gran protección de la disidencia en los países del bloque soviético, a la vez que se minimizó u ocultó la represión sufrida en los países bajo la influencia de EEUU o sus aliados, que en todo caso tuvo una dimensión mucho mayor.

7. No se ha reconocido el papel jugado por la URSS en la derrota del fascismo y su apoyo, junto a sus aliados, a los movimientos de liberación contra el colonialismo; a su vez, la colaboración con los regímenes fascistas de una parte importante de la población europea ha sido mayor de lo que se ha reconocido hasta ahora, llegando a utilizar los gobiernos occidentales desde 1945 personal vinculado a esos regímenes.  

8. El prestigio del socialismo en los países del bloque soviético no fue grande, pero lo que ha ocurrido desde 1989 no ha supuesto una mejora general de las condiciones de vida de la gente, habiendo habido en muchos aspectos un deterioro; esto hace que en algunos países exista nostalgia en una parte importante de la población, como ocurre en Rusia, Ucrania o Bulgaria.  

9. El papel jugado por Cuba es elogiado, teniendo en cuenta el bloqueo que está sufriendo desde el primer momento de su revolución; destacan sus logros sociales en educación y salud, y la ayuda que han prestado a otros países en estos campos; no se olvidan de su presencia en África, que permitió la derrota de EEUU y Sudáfrica en Angola y Namibia.

10. En la comparación entre India y China, denuncian un trato diferente desde el mundo occidental; los autores son muy críticos con los logros conseguidos en la India, con consecuencias bastante dolorosas (hambre, miseria, sistema de castas, intolerancia, racismo, explotación infantil...); sobre China matizan muchas de las críticas que se le hacen desde el mundo occidental, calificándola como una sociedad que está prosperando en muchos campos (educación, salud, desaparición de la pobreza...), es más abierta que la India y los países de la región, y tiene una enorme ilusión de cara al futuro; pese a ello denuncian la condescendencia occidental hacia la primera y los fuertes ataques sobre la segunda, de la que dicen que es de hecho el principal enemigo.  

11. Sobre América Latina destacan el creciente aumento de  gobiernos progresistas, lo que ha supuesto la aplicación de medidas que están mejorando las condiciones de vida de la gente, una mayor independencia frente a EEUU y la apertura de un proceso de solidaridad e integración; pese a la desaparición de las dictaduras fascistas de décadas anteriores impulsadas y protegidas por EEUU, todavía se siguen dando golpes (Haití, Honduras, Paraguay), se han intentado otros (Venezuela) o no han cesado las maniobras de intervención; destacan la importante presencia de la violencia (en especial en países como El Salvador, Panamá...), que la relacionan con las secuelas de las intervenciones militares de EEUU de años atrás.

12. En el análisis que hacen del Medio Oriente y el Norte de África ponen al descubierto el papel jugado por tres grandes potencias imperialistas: Gran Bretaña, Francia y EEUU; denuncian que el integrismo islámico fue desde el primer momento promovido por estos países y en algunos casos por Israel, como una forma de horadar los movimientos laicos y progresistas; denuncian también la hipocresía de demonizar a determinados regímenes o personas cuando dejan de serles útiles, a la vez que son los protectores de las tiranías petroleras del Golfo Pérsico, en especial de Arabia Saudita.

13. La Primavera Árabe la valoran como expresión de las ansias de libertad de los pueblos, pero mediatizadas por la influencia de los movimientos religiosos fundamentalistas, que tienen detrás a las potencias imperialistas o a sus aliados en la región, como Arabia Saudita.

14. No se olvidan del Sáhara Occidental y de la ocupación militar por Marruecos permitida por EEUU y Francia; destacan al movimiento habido hace cuatro años en El Aaiún, del que dicen que fue el primer episodio de la Primavera Árabe.

15. De Israel hablan poco, pero son contundentes; creen que habrá pocos cambios en su agresión hacia el pueblo palestino, debido a la protección estadounidense; existe un elevado consenso en la sociedad israelí para mantener el actual estado de cosas; y en el caso de los asentamientos coloniales, Chomsky dice que son conscientes de su ilegalidad, pero también de que se lo permiten.

16. Consideran que en el Sudeste Asiático ha habido una consolidación del poder imperial y neocolonial; mencionan a varios países como estados clientes, siendo el caso de Indonesia, Filipinas, Tailandia y Camboya; fue escenario de cruentas matanzas -de hecho genocidios-, como los habidas en Vietnam, Laos, Camboya, Indonesia, Timor Oriental...;  consideran que esta región fue la elegida por EEUU tras la Segunda Guerra Mundial como la principal suministradora de recursos naturales

17. La resistencia habida en Indochina, en el marco de la conocida como Guerra de Vietnam (que afectó también a Laos y Camboya), fue, sin embargo, un fuerte contratiempo para EEUU, que ocasionó en los años sesenta y mitad de los setenta un verdadero genocidio sobre los pueblos agredidos, con varios millones de víctimas, campos devastados y secuelas que todavía perviven.

18. Lo ocurrido en Camboya es interpretado de una forma muy distinta al relato oficial de los países occidentales; fue primero víctima de una agresión de EEUU, que actuó muy violentamente contra el campesinado del país, contando con el apoyo de las élites urbanas, en especial de la capital; la llegada al poder de los jemeres rojos coincidió con la reacción del campesinado agredido, que actuó con virulencia sobre dichas élites; el genocidio camboyano debe ser visto, pues, desde otra perspectiva.

19. Indonesia acabó convirtiéndose en el principal referente de la región, con influencia en otras; tras el golpe de Suharto de 1965 y las matanzas millonarias de militantes y simpatizantes de izquierda se empezaron a aplicar las primeras políticas de liberalismo total con el patrocinio intelectual de economistas de la Universidad de Berkeley; fue todo un ensayo de lo que ocurrió después en otros países, incluso latinoamericanos, como Chile, Argentina...

20. África es calificada como el continente más castigado por su elevado nivel de miseria y destrucción; también consideran que está sufriendo la consolidación  del poder imperial y neocolonial; dicen que tras la Segunda Guerra Mundial inicialmente fue cedida por EEUU a Gran Bretaña y Francia para su explotación; sin embargo, recientemente ha reconsiderado su presencia, teniendo en cuenta las riquezas naturales que ofrece.

21. El papel jugado por Francia en este continente es grande, en especial en la parte occidental, de la que dicen que es su patio trasero; tienen claro en responsabilizar a las potencias imperialistas sobre la violencia existente, ejercida casi siempre a través de ejércitos y tropas mercenarias; mencionan para ello los genocidios habidos en países como Congo, Ruanda o Somalia, o las continuas guerras, siempre con el trasfondo de los intereses imperialistas.

22. Sobre Sudáfrica coinciden en los factores que posibilitaron la caída del régimen del apartheid, con un importante movilización y resistencia de la mayoría negra; sin embargo, es de los casos donde ambos autores manifiestan mayores discrepancias sobre lo ocurrido en los últimos años; Chomsky se muestra más crítico con los gobiernos del CNA, de los que consideran que han desarrollado políticas neoliberales y no han mejorado sustancialmente las condiciones de vida de la mayor parte de la población; considera que eso se explica porque la mayor parte de la dirigencia del CNA proviene de las élites del país

23. Vltchek, por su parte, matiza esas críticas, considerando que sí ha habido avances importantes, aunque limitados; esto lo explica por la fuerte sangría de capitales y mano de obra cualificada que sufrió el país tras la caída del régimen del apartheid

24. EEUU está presente en toda la obra, algo lógico teniendo en cuenta que desde 1945 es la primera potencia del mundo; su papel ha sido decisivo en prácticamente todas las situaciones donde las potencias occidentales han protagonizado la violencia en todas sus formas; en esto existe un acuerdo entre los dos autores, cuyas opiniones se van complementando mientras se desarrolla el diálogo; existen, no obstante, algunas discrepancias, no tanto de fondo, y principalmente a la hora de valorar si EEU es una potencia en declive o no.

25. Chomsky considera que sí lo está; el zénit de su poderío internacional lo tuvo en 1945, cuando concentraba la mitad de la riqueza mundial y tenía una superioridad abrumadora en todos los continentes; durante los años siguientes lo ha ido perdiendo progresivamente. 

26. Sobre la relación de EEUU con Europa dice cosas interesantes: el intento por evitar que pudiera ser su competidora;  el socio que encontró en Gran Bretaña en ese objetivo, al que asignó, sin embargo, un papel secundario; la destrucción de la resistencia antifascista, ya desde la propia guerra, para evitar la formación de gobiernos progresistas que pusieran en peligro sus intereses económicos; la creación de la OTAN, que surgió aparentemente para defender a sus aliados europeos de la URSS; el papel que sigue jugando esa organización desde 1989 en la otra parte del continente, que se está utilizando para impedir cualquier fortalecimiento de los lazos con Rusia...

27. No deja la ocasión para recordar la naturaleza violenta del sistema estadounidense desde su nacimiento: empezó a construirse a costa de la población indígena, a la que exterminó, y la esclava, a la que explotó, para luego seguir haciéndolo bajo otras formas cuando se abolió formalmente la esclavitud; en la actualidad se sigue manteniendo una fuerte explotación a través de la criminalización de hecho que sufre, víctima en gran medida de prácticas destructivas (el consumo de drogas duras aumentó muchísimo durante la presidencia de Reagan) y del sistema penitenciario.

28. Vltchek, por su parte, considera que EEUU y Europa están consolidando su poder en el mundo; reconoce que hay países que resisten (América Latina, China e incluso Irán), pero el espacio de maniobra del resto ha disminuido; es precisamente la alianza de EEUU con Europa, con la ayuda también de Japón, lo que está permitiendo que el poder imperial no haya disminuido; por eso para él la guerra de la actualidad es mucho más sofisticada, con artefactos, como los drones, que sólo afectan a sus víctimas; por eso habla de una guerra unidimensional.

29. A modo de curiosidad -o quizás no- se refiere a los orígenes familiares del presidente Obama; es hijo de un agente de la CIA que operó en Kenia contra el movimiento antiizquierdista durante los primeros años de su independencia; su infancia la pasó en Indonesia, durante los primeros años de Suharto, donde su madre se volvió a casar otro vez con un agente de la CIA; no se refiere directamente a ella, pero hay informaciones que consideran que también formó parte de la agencia de inteligencia estadounidense; sobre el propio Obama hay distintas versiones, quizás no contradictorias, pero esto merece otra dedicación. 

Podría seguir y seguro que me dejado cosas muy interesantes. Por eso invito a leer el libro. Merece la pena. Y para acabar, citar una frase que el propio Vlechek recuerda de una conversación que tuvo no hace muchos años con Eduardo Galeano: "Lo peor que le puedes hacer a los pobres es quitarles la esperanza".