jueves, 3 de noviembre de 2011

Entre ladrones anda la cosa

Papandreu anunció ayer un referéndum. Se armó la marimorena. Esta tarde lo ha retirado. Su atrevimiento ha quedado en agua de borrajas. Las presiones han sido muy fuertes. Casi -¿o no casi?- amenazas. Desde dentro y desde fuera. En las alturas y... ¿por abajo? Ése es el sentido de los referendos: consultar para medir el estado de opinión y, ante todo, decidir. Ésa es su naturaleza: dejar que la población se exprese. Existe miedo a convocarlos. En Islandia la ciudadanía rechazó el pago de la deuda contraída por los bancos con otros bancos (del reino Unido, de los Países Bajos...). Es un país pequeño. Grecia, menos. Tiene más habitantes, es miembro de la UE, está dentro del espacio euro, ha recibido préstamos de los bancos alemanes y franceses... La gente está muy cabreada. La mayoría está siendo la pagana de todo esto. Ya se sabe: despidos, descenso de salarios, recorte de derechos... Hay más mucho dinero en juego. El ejemplo de Islandia había que evitarlo. Entre ladrones anda la cosa.