martes, 5 de agosto de 2014

La izquierda política y Podemos


Vamos sabiendo más de Podemos en cuanto a los rasgos de su electorado. Me voy a centrar más en los datos del Barómetro de julio de 2014 del CIS, por ser el que ofrece mayor información. Me centraré en la intención de voto directo, donde no existe cocina de las estimaciones y, por tanto, donde hay una menor posibilidad de manipulación. Precisamente la intención de voto directo es para Podemos del 11,9%, lo que la sitúa en el segundo lugar de las fuerzas políticas, sólo superada por el PP (12,8%) y por delante ya del PSOE (10,6%) e IU (6,2%).

Los votos de Podemos

Dónde obtiene los mayores apoyos


Sexo. Tiene una mayor preferencia entre los varones (13,5%) que entre las mujeres (10,2%).


Edad. Es el preferido de la gente menor de 55 años y especialmente en el grupo entre 25-34 (16,1%).


Estudios. También es el preferido entre quienes tienen más estudios: secundaria de nivel 2 (13,9%), formación profesional (16,1%) y universitarios (14,4%).

Condición socioeconómica. Sorprende que sea junto al PP el que tenga mayor apoyo entre el grupo social más elevado (empresariado, y altos cargos directivos y del funcionariado), con importantes apoyos también entre el estudiantado (16,8%), obreros cualificados (15%), personal de administración y servicios (14,5%), personas en paro (14,4%) y profesionales y cuadros medios (13,3%).


Estatus socioeconómico. Relacionado con lo anterior, destaca el grupo de clase alta/media-alta (13,2%), seguido de las nuevas clases medias (12,9%) y obreros cualificados (12,2%).


Dónde se le apoya menos 


En primer lugar destaca la gente mayor, tanto del grupo con 65 ó más años (6,6%) como el de 55-64 (7,5%). Eso explica lo que ocurre en las otras variables. En el nivel de estudios tiene escasos apoyos entre quienes no tienen estudios (4,5%) o sólo los primarios (7,2%). En las variables socioeconómicas, tiene menos apoyo en el pequeño empresariado agrícola (8,7%), las personas jubiladas o pensionistas (8,2%) y, sobre todo, entre las amas de casa (6%).

Procedencia política del voto

Aquí conviene tener mucho cuidado. El diario  El País ofreció a finales de mayo una encuesta sobre el perfil del votante de Podemos. En ese caso se trataba de un voto real, pues se había preguntado sobre la orientación del voto en dos elecciones previas: las generales de 2011 y las europeas de 2007. En el primer caso la procedencia del voto se repartía de la siguiente manera: PSOE, 29,9%; IU, 26,1%; otros partidos o voto en blanco, 15,6%; y PP y UPyD, 5,2% cada uno. A ello hay que unir que el 15,6% provenía de votantes de otros grupos o del voto en blanco.


Según esta encuesta resultaba evidente que más de la mitad de los votos provenía de la izquierda, repartido casi entre PSOE, en mayor proporción, e IU. Incluso se puede decir que la bajada que tuvo IU sobre las previsiones explicaría buena parte de la subida de Podemos. 


Atendiendo a los sondeos electorales que se están publicando la cosa podría estar cambiando, teniendo como denominador común que IU sería el grupo político más afectado, por encima claramente del PSOE. La encuesta del CIS parece que corroboraría esto, según se están interpretando los resultados en algunos medios de comunicación. El problema es que se está haciendo mal, porque parte de un error grave: de lo que la encuesta del CIS nos informa es cómo se repartiría en cada grupo el voto de 2011 y Podemos en ese momento no existía. 

Hay que hacer, pues, determinadas operaciones matemáticas para obtener los datos de Podemos en cuanto al origen del voto. En relación a los partidos políticos, así se repartirían las previsiones sobre Podemos: del PSOE, el 29,5%; de IU, el 26,4%; del PP, el 6%; de UPyD, 3%; y de otros, 8,1%. En cuanto a quienes no votaron a ningún partido: de abstencionistas, el 19,8%; de quienes no tenían edad para votar, 3,5%; y de quienes votaron nulo o en blanco, el 4%. Por último, un 9,5% no recuerda el voto o no contesta.


Los que pueden calificarse como votos de protesta (abstención, en blanco o nulos) sumarían casi la cuarta parte (23,8%). Los votos procedentes de partidos casi alcanzarían las dos terceras partes (63%), en su mayoría de la izquierda, pero en mayor medida del PSOE (29,5%) que de IU (16,4%). 


Otra cosa diferente es saber cómo afectan a cada partido los votos perdidos. Para IU tendría un mayor impacto relativo, lo que además le estaría impidiendo progresar más de lo que se preveía antes de las europeas. En el caso del PSOE, a su vez, le alejaría de su carrera con el PP y, para mayor desgracia, le acercaría a un sorpasso por parte del propio Podemos.


Ideología


En el autoposicionamiento ideológico el voto de Podemos está claramente escorado a la izquierda, siendo la opción preferida entre quienes se sitúan en los niveles 1, 2 y 3; y la segunda, tras el PSOE, en el nivel 4. Sin embargo, llama la atención que sea la tercera (8,3%) en el 5 y tenga algunos apoyos en los 6, 7, 8 y 10. 


De esta manera, sin minusvalorar su carácter de izquierdas claro, los componentes moderados de centro e incluso residuales de derecha confieren a Podemos cierta heterogeneidad en la composición ideológica del voto. Esto no resulta extraño, teniendo en cuenta la procedencia política y la composición social de una parte de sus votos.


Una comparación con IU

En relación a las variables


Sexo. En este caso IU tiene mayores apoyos entre las mujeres (6,4%), algo que no ocurría en sondeos anteriores, de lo que puede deducirse que el voto de IU hacia Podemos es en mayor medida masculino.

Edad. En los dos casos existe una correlación directa clara: a menor edad, más apoyos, y viceversa.


Estudios. También aquí coinciden los dos grupos: a mayor nivel, más apoyos, y viceversa; no obstante, IU tiene mayores apoyos propios entre quienes tienen estudios secundarios en los niveles 1 y 2 (7,7%).


Condición socioeconómica. En IU hay un mayor componente popular entre sus votantes: personal de administración y servicios (9,7%), obreros no cualificados (8,6%), personas en paro (7,6%) y obreros cualificados (6,8%); a ello se une el estudiantado (8,3%) y sorprendentemente el pequeño empresariado no agrario (7,5%); en otras encuestas IU obtenía mayores apoyos entre el grupo social más elevado, lo que explicaría su fuga hacia Podemos.


Estatus socioeconómico. IU tiene sus principales apoyos en las nuevas clases medias (7,6%) y en los obreros cualificados (6,6%), lo que resulta congruente con la variable anterior. 


La composición de su voto


IU retendría el 45,5% de sus votos en 2011, una proporción que no es muy distinta a la de grupos como PP (50,5%), UPyD (48,2%) o CiU (50,9%) y que supera al PSOE (38,1%), que tiene la fidelidad más baja. Otra cosa es saber a dónde se dirigen los votos perdidos, que en el caso de IU lo hacen en un 27,8% a Podemos y en una proporción muy baja hacia otros grupos. En el caso de los otros partidos, del PSOE, UPyD y otros se desviarían el 16,9%, el 16,1% y el 14,8% de sus votos, respectivamente, mientras que del PP y CiU no llegarían al 4%.  


Los votos de protesta o la indefinición varían según los grupos. En el caso de IU se iría a la abstención o el voto en blanco el 9,1% y en un nivel similar (9,7%) estarían quienes no han decidido su voto, sumando un 18,8%. Una situación diferente al PP, PSOE y UPyD, donde esa suma alcanza, respectivamente, el 35,5%, el 31,7% y el 26,8%.


Ideología


IU obtendría prácticamente todos sus votos en la izquierda, y sobre todo entre los niveles 1 y 2 de autoposicionamiento. Por el contrario, los apoyos en los niveles 5 y 6 serían residuales y en el resto, inexistentes. Es, pues, la fuerza política más nítidamente de izquierda. 


Este carácter se puede ver en la proporción interna de ese voto. Teniendo en cuenta el 6,2% de intención directa de voto a IU, ese porcentaje lo multiplicaría por 3,2 en el nivel 1; por 3,1, en el 2; por 2,4, en el 3; y por 1,4, en el 4. En el caso de Podemos, sería, en el mismo orden, el siguiente: 2,5, 2,1, 1,8 y 1,3.    


Algunas conjeturas en torno a la izquierda


Podemos se ha convertido en un fenómeno político entre peculiar y complejo. Lo primero deriva de la sorprendente irrupción en las pasadas elecciones europeas, con unos resultados superiores a sus propias previsiones. El hecho de que su líder, Pablo Iglesias, estuviera muy presente en los medios de comunicación convencionales fue un factor muy importante para entender lo ocurrido. A ello hay que unir su atractivo personal y la utilización de métodos de comunicación muy estudiados, teniendo en cuenta el entorno universitario de donde procede. El que posteriormente haya incrementado esa presencia también explica que siga creciendo en la intención de voto.


Pero no han sido los únicos factores. Hay que tener en cuenta otros de primer orden: los cambios estructurales que se están operando en el modelo económico dominante, para lo que se ha utilizado como excusa la crisis económica; y la crisis del sistema político del 78, con un sistema de partidos que se está agotando y una monarquía devaluada. La generalización de la corrupción, que afecta a todos los componentes de lo anterior, está haciendo que estén creciendo el descontento, la indignación y las protestas.  


Podemos ha recogido parte de ello y se está diciendo que es el principal heredero del movimiento 15-M y lo que le siguió en forma de movimiento 15-S o "mareas ciudadanas". Esto explicaría que entre sus potenciales votantes haya casi una cuarta parte que provenga de la abstención, el voto nulo o el voto en blanco. 

   
Podemos está rivalizando con otros grupos por el electorado de izquierda. Está arañando votos al PSOE, que sigue en declive, y está frenando a IU, pese a que programáticamente apenas tengan diferencias. Ha frenado también a Equo, cuyo carácter ecologista per se no cala en la sociedad. Está por ver cómo responde en los territorios donde el nacionalismo de izquierda está más asentado, esto es, Cataluña, País Vasco, Navarra y Galicia. Se está hablando   de la plataforma Guanyem como la marca electoral de Podemos en Cataluña de cara a las próximas municipales. Me parece atrevido decir eso por ahora, pues dicha plataforma, en proceso de corformación, es más amplia, al incluir inicialmente junto a movimientos sociales influyentes a grupos como ICV-EUiA y las CUP.  

También está por ver el papel que está jugando el PP en la promoción de Podemos, con una estrategia de crítica frontal que no se sabe si es producto de un error de cálculo o busca debilitar al PSOE. Incluso me atrevo a decir -con el riesgo de equivocarme, pero sin que sea descabellado- que Podemos pudo haber sido utilizado desde determinados medios para desactivar a IU.   


Lo que sí parece claro es que el espacio más a la izquierda, de donde se nutren IU y varios grupos nacionalistas (Bildu, ERC, 
BNG, Anova, CUP, Compromís, CHA...), pero también el PSOE (en este caso mediante el voto útil), está conociendo una recomposición que no se sabe hasta dónde llegará. Podemos parece ser por ahora el grupo que mejor lo está aprovechando, especialmente donde el nacionalismo de izquierda no existe o es menos influyente. 

Desde una perspectiva de izquierda transformadora se necesita, no obstante, de una mayor coordinación y unidad de acción entre todos estos grupos. Ya dediqué hace unos meses en este cuaderno un comentario en esta dirección ("Una propuesta para la unión de la izquierda"), inspirada en una propuesta de la asamblea de EU de Paterna (Valencia) sobre un programa de mínimos. Al fin y al cabo la intención directa de voto sitúa a la suma de Podemos e IU en primer lugar (18,1%). Y no son los únicos grupos de izquierda.