
Historia, política, sociología, arte, música, geografía, literatura, pensamiento...
miércoles, 29 de abril de 2015
A Esperanza Aguirre le repugna la gente pobre

martes, 28 de abril de 2015
Harvey y su historia del neoliberalismo

Dado el momento en que fue
escrito, durante la presidencia de George Bush jr. -en pleno fragor de la alianza neoliberal y neoconservadora-,
puede resultar en parte descontextualizado, dado el contexto de crisis que se
está viviendo en mayor medida en Europa. Sin embargo, no debemos olvidar que
precisamente esa crisis lo que está haciendo es dar más vueltas de tuerca en el
progresivo desmantelamiento del que conocido otrora estado de bienestar, que en
los países europeos había permitido una forma de organización de la sociedad
que garantizaba derechos sociales y
laborales en un grado elevado.
El autor empieza indagando
en los orígenes del neoliberalismo y para ello menciona, para ilustrarlos, a varios
personajes clave, de diversa procedencia y pertenecientes a países diferentes,
cuando no muy distantes. Así nos lo describe: “En 1978 Deng Xiaoping emprendió
los primeros pasos decisivos hacia la liberalización de una economía comunista
en un país que integra la quinta parte de la población mundial […]. En la costa
opuesta del Pacífico, y bajo circunstancias bastante distintas, […] Paul
Volcker asumió el mando de la Reserva Federal de Estados Unidos en julio de
1979, y en pocos meses ejecutó una drástica transformación de la política
monetaria […]. Al otro lado del Atlántico, Margaret Thatcher ya había sido
elegida primera ministra de Gran Bretaña en mayo de 1979, con el compromiso de
domeñar el poder de los sindicatos y de acabar con el deplorable estancamiento
inflacionario en el que había permanecido sumido el país durante la década
anterior. Inmediatamente después, en 1980, Ronald Reagan era elegido presidente
de Estados Unidos […], añadiendo su
propia receta de políticas para socavar el poder de los trabajadores,
desregular la industria, la agricultura y la extracción de recursos, y suprimir
las trabas que pesaban sobre los poderes financieros tanto internamente como a
escala mundial” (p. 7).
Harvey resalta la
utilización de ideas que llevaban tiempo circulando y, en algunos casos,
puestas en práctica, siempre desde la óptica de la liberalización económica. Establece,
así, relaciones entre Reagan y el republicano Barry Goldwater, entre Deng
Xiaoping y las experiencias económicas de los primeros “tigres asiáticos” y
también entre Volcker y Thatcher y la doctrina neoliberal que el economista
Friedrich Hayek, entre otros, llevaba tiempo confrontando a la dominante
keynesiana tras la Segunda Guerra
Mundial.
La definición que hace de neoliberalismo
es bastante clara: “ante todo, una teoría de prácticas político-económicas que
afirma que la mejor manera de promover el bienestar del ser humano, consiste en
no restringir el libre desarrollo de las capacidades y de las libertades
empresariales del individuo, dentro de un marco institucional caracterizado por
derechos de propiedad privada, fuertes mercados libres y libertad de comercio.
El papel del Estado es crear y preservar el marco institucional apropiado para
el desarrollo de estas prácticas (p. 8). Puede decirse que la identifica con la
idea que, algo más de dos siglos antes, había expuesto Adam Smith en La riqueza de las naciones. La vuelta de
la “mano invisible”, pues, estaba en la médula de los nuevos liberales
económicos y con ella, la libertad económica plena y la mínima intervención del
estado.
Resulta de suma
importancia la doble aseveración que hace del trasfondo político e ideológico que
subyace en torno al neoliberalismo: por un lado, se trata de “un proyecto
político para restablecer las condiciones para la acumulación del capital y
restaurar el poder de las elites económicas”; y por otro, de “un sistema de
justificación y de legitimación de todo lo que fuera necesario hacer para
alcanzar ese objetivo” (p. 15).
Un aspecto sustancial de
esta forma de capitalismo es lo relativo a lo que se ha venido a denominar como
financiarización, término que al principio no utiliza Harvey, pero que define
en su contenido, esto es, el “desplazamiento
del poder desde la producción hacia el mundo de las finanzas”, de manera que
“los incrementos en la capacidad industrial ya no significan necesariamente un
ascenso de la renta per cápita, como sí lo significaba la concentración de los
servicios financieros (p. 38).
Una de las consecuencias
que ha estado generando el neoliberalismo, como es el aumento de las
desigualdades, es ilustrado mediante tres ejemplos: en 1996 el valor neto de
las fortunas de las 358 personas más ricas del mundo era similar al del 45% de
la población más pobre del planeta, formado por 2.300 millones de personas; entre
1994 y 1998 las 200 personas más ricas del mundo duplicaron su patrimonio neto,
superior al billón de dólares; y por esos mismos años los activos de las personas
más ricas superaban la suma del PIB de los países menos desarrollados y sus 600
millones de habitantes (p. 39). La concentración empresarial ha aumentado más
que nunca bajo el mito de la libertad económica, especialmente en “el campo de
la energía, los medios de comunicación, la industria farmacéutica, el
transporte e incluso la venta al pormenor” (pp. 42-43).
Harvey denuncia las
“profunda sospechas hacia la democracia” que albergan los teóricos del
neoliberalismo. Se muestran más partidarios de gobiernos dirigidos por élites y
por expertos, del predominio de los poderes ejecutivo y judicial frente a los
parlamentos, y de la concesión de amplias competencias a instituciones más
autónomas y, a la vez, menos controlables por los parlamentos, como es el caso
de los bancos centrales (p. 74).
En este contexto el papel
que ha de jugar el estado y sus instituciones, especialmente los tribunales de
justicia y los aparatos policiales, lejos de ser irrelevante, se fortalece. Más
concretamente Harvey se refiere sobre todo a una “reconfiguración radical de
las instituciones y de las prácticas estatales (en particular respecto al
equilibrio entre la coerción y el consentimiento, entre el poder del capital y
de los movimientos populares, y entre el poder ejecutivo y judicial, por un
lado, y los poderes de la democracia representativa por otro)” (p. 85).
Y es en este aspecto donde
Harvey introduce la presencia de la corriente neoconservadora, que cobró fuerza
desde los años ochenta y acabó estableciendo una alianza política con el
neoliberalismo. Esta alianza se ha visto facilitada por la existencia nexos
comunes, tales como “el poder corporativo, la empresa privada y la restauración
del poder de clase”. Pero no esta desprovista de algunas divergencias, como la
“preocupación por el orden como una respuesta al caos de los intereses individuales”
y la “preocupación por una moralidad arrogante como el aglutinante social” (pp.
88-89). Para Harvey las presidencias de Ronald Reagan supusieron una alianza
táctica, mientras que las de George Bush jr.
fueron el culmen de la unión de las políticas neoliberales y el militarismo,
que este caso coincidió con su expansión por Medio Oriente .
El momento decisivo en la
expansión mundial del neoliberalismo lo sitúa Harvey a mediados de los años
noventa, dentro del “consenso de Washington” que años antes, en 1989, había
adoptado un paquete de recomendaciones económicas de naturaleza neoliberal que
deberían ser puestas en práctica por los estados bajo la supervisión del FMI o
el Banco Mundial. El que Harvey resalte ese momento se debe a la coincidencia de dos
gobernantes de perfil “progresista”, como fueron Bill Clinton y Tony Blair,
cuya labor coadyuvó a que el neoliberalismo acabara consolidándose en cada país
y globalmente. Con ellos acabó formándose la Organización Mundial
del Comercio, y paralelamente se firmaron el Tratado de Libre Comercio entre
los países de América del Norte, incluido México, y el Tratado de Maastricht en
Europa (pp. 101-102).
Pese a ello, el mundo
creado bajo la estructura neoliberal, lejos de ser una arcadia de felicidad y
bienestar, no ha estado exento de situaciones difíciles, crisis financieras incluidas.
Harvey enumera una larga lista de estas últimas: las habidas a mediados de los
años noventa en Latinoamérica (México, Brasil, Argentina…), Extremo Oriente (Filipinas,
Tailandia…) o Europa (Polonia); las de finales de la misma década, que
afectaron sobremanera a los “tigres asiáticos” (Tailandia, Indonesia, Malasia, Filipinas,
Hong Kong, Taiwán, Singapur, Corea de Sur…), pero también a Europa oriental (Estonia,
Rusia…), Latinoamérica (Brasil, Argentina…) y hasta Oceanía (Australia y Nueva Zelanda)
y Turquía (102-103).
El caso de China es
analizado por Harvey desde lo que considera que ha sido su desplazamiento “hacia
la neoliberalización y la reconstitución del poder de clase”. Sugiere, además,
que, al igual que EEUU, este país está conociendo un deslizamiento hacia el
neoconservadurismo, teniendo en cuenta tres rasgos: “el autoritarismo, la
apelación al nacionalismo y la reaparición de ciertas trazas de imperialismo” (p.
158). Discutible o no esta apreciación, aporta una dimensión que normalmente no
se tiene en cuenta.
No he tocado todos los
aspectos que Harvey analiza en su libro, si bien me he centrado en los que
considero más importantes. Dado el momento en que se escribió, quedan fuera de
su análisis los cambios habidos en el mundo desde entonces, independientemente
de la crisis económica iniciada en 2008. No se hace referencia, como es obvio,
a la presidencia de Barack Obama y el recrudecimiento de las intervenciones
militares, la conformación de una amalgama de gobiernos progresistas en América
Latina, la preparación de un nuevo tratado de libre comercio y esta vez entre EEUU y la Unión Europea, etc. Pero como base para la comprensión del mundo en que vivimos, la
lectura de la Breve historia del Neoliberalismo es una buena
forma de saber más.
jueves, 23 de abril de 2015
La rodilla sobre la cabeza de una activista de Femen

Rajoy, o tonto o mentiroso

En el PP suman y siguen...

Post scriptum
Otra -del PP, por supuesto- que no se queda corta es Rita Barberá, alcaldesa de Valencia. Según informa publico.es, recogiendo la denuncia hecha y publicada en la red por Compromís, los gastos de representación durante los cuatro años de la actual legislatura han ascendido a 279.000 euros, correspondientes a viajes, hoteles y comidas. No está nada mal la cosa.
miércoles, 22 de abril de 2015
La flor del cantueso en el Día de la Tierra

lunes, 20 de abril de 2015
La inmoralidad de Durao Barroso

Para Willy Toledo su opción política es Alberto Garzón

domingo, 19 de abril de 2015
Dos nuevos naufragios masivos en el Mediterráneo

Un siglo ya
Un siglo ha pasado ya.
Paisaje de vísceras, extremidades y cerebros.
Aire con olor a sangre,
infectado por bocanadas de gas.
Alambres, hierros, barro.
Ruidos estridentes
salidos de las entrañas del infierno.
Salivas embadurnadas de loas a la patria.
infectado por bocanadas de gas.
Alambres, hierros, barro.
Ruidos estridentes
salidos de las entrañas del infierno.
Salivas embadurnadas de loas a la patria.
La muerte, en fin, alimentando al capital.
En muchos lugares salieron voces, gritos, protestas...
Y de uno, la esperanza.
Y de uno, la esperanza.
Pronto la maniataron,
porque había que marchitarla.
Con los años fueron saliendo más monstruos
y se multiplicaron las monstruosidades.
Un siglo ya.
Y aún sigue el infierno.
porque había que marchitarla.
Con los años fueron saliendo más monstruos
y se multiplicaron las monstruosidades.
Un siglo ya.
Y aún sigue el infierno.
(Imagen: "El herido", de Otto Dix).
sábado, 18 de abril de 2015
Se estrecha el cerco de los asesinos de Víctor Jara

Hace tres años el canal Chilevisión emitió una serie de reportajes (1, 2 y 3) donde se refleja el estado de la investigación judicial y la que el equipo de periodistas del programa estaba llevando a cabo. En el documental aparecen, entre otras personas, dos soldados que fueron testigos y participaron en las operaciones militares tras el golpe, y varios oficiales golpistas, entre los que está el propio Barrientos (podemos ver unas declaraciones suyas, tras ser localizado en Miami, en la parte 2). La actitud de estos oficiales es de un claro encubrimiento cómplice, hasta el punto de coincidir no sólo en negar su participación en los hechos, sino incluso el haber estado en el Estadio Nacional de Chile, que fue el escenario de los asesinatos y las torturas contra las numerosas personas detenidas.
No debemos olvidar que todas esas muertes, fuesen quienes fuesen quienes apretaron los gatillos, obedecían a un plan de exterminio diseñado por la cúpula militar golpista y, en última instancia, por quienes decidieron acabar con la experiencia revolucionaria en Chile, cuyos cerebros estaban al norte del río Grande. Ver el documental resulta revelador sobre el drama vivido por estas personas y, en este caso, por lo ocurrido con Víctor Jara. Ver el documental resulta revelador sobre el drama vivido por estas personas y, en este caso, por lo ocurrido con Víctor Jara.
jueves, 16 de abril de 2015
Rodrigo Rato, más aún en la picota
Post scriptum
Pues bien, al final ha sido detenido...
...Y tras siete horas, puesto en libertad.
lunes, 13 de abril de 2015
Recordando a Eduardo Galeano: tres libros y una conferencia

Se trata de un personaje curioso, difícil de catalogar como escritor, pero de reflexiones profundas y expresiones que, no por rotundas en su mayoría, dejan de ser certeras y, en todo momento, llenas de ironía.
Uruguayo de nacimiento, hubo de tomar el exilio por dos veces: en 1973, hacia Argentina y después de haber sido encarcelado, cuando la dictadura militar se cernió como una sombra sanguinaria sobre quienes luchaban por un mundo mejor o simplemente se asomaban para mostrar su descontento; en 1976, hacia España, cuando los militares argentinos hicieron lo propio.
En 1970 se publicó por primera vez Las venas abiertas de América Latina (Madrid, Siglo XXI, 1988). Galeano pretendía ofrecer un nuevo camino interpretativo de la historia y del presente de ese continente en un momento en que se estaban abriendo horizontes de esperanza. Al final del libro escribió que "La causa nacional latinoamericana es, ante todo, una causa social: para que América Latina pueda nacer de nuevo, habrá que empezar a derribar a sus dueños, país por país" (p. 435-436). Once años antes Cuba había marcado un camino, ese mismo año de 1970 se inauguraba la vía chilena al socialismo y en otros países se buscaban diferentes formas para derribar a los dueños que desde siglos habían atenazado a sus pueblos. En 1978 Galeano añadió una especie de epílogo, que tituló "Siete años después", donde dejaba constancia de los años dramáticos que estaba viviendo América Latina, dentro del ciclo de dictaduras sangrientas que inauguraron en septiembre de 1973 Pinochet y sus esbirros. Con un poco de humor negro llegó a escribir: "los comentarios más favorables que este libro recibió no provienen de ningún crítico de prestigio sino de las dictaduras militares que lo elogiaron prohibiéndolo" (p. 437).
En 1983 escribió El descubrimiento de América que todavía no fue y otros escritos (Barcelona, Laia, 1987). Una selección de artículos periodísticos donde analizaba con un estilo cada vez más propio la situación de América Latina, en un contexto marcado por la ofensiva reaganiana contra las revoluciones centroamericanas y especialmente la nicaragüense. En el libro se pueden leer, entre tantas y sabias cosas, una como ésta: "Uno escribe en realidad para la gente con cuya suerte, o mala suerte, uno se siente identificado, los malcomidos, los maldormidos, los rebeldes y los humillados de esta tierra" (p. 7). O esta otra: "Las dictaduras no hacen más que poner en evidencia la esencial contradicción que en América Latina opone la libertad de los negocios a la libertad de las personas" (p. 50). Y en un ejercicio para demostrar que lo que ocurría en su continente se podía trasponer a los otros continentes castigados por los imperios, sentenciaba: "Diez mil personas mueren de hambre cada día, pero cada día gasta el mundo diez mil millones de dólares en ejércitos y armamentos" (p. 59). Y al final, un genial "Apuntes para un auto-retrato".
Acabando el milenio, en 1998, escribió Patas arriba. La escuela del mundo al revés (Madrid, Siglo XXI, 2005). Casi 500 páginas donde hace una narración de la realidad en la que mezcla el análisis de situaciones y la exposición de aforismos. Como para decir, entre tantos de éstos, que "Este mundo que ofrece el banquete a todos y cierra la puerta en las narices de tantos es, al mismo tiempo, igualador en las ideas y en las costumbres que impone, y desigual en las oportunidades que brinda" (p. 37). O defender a la Cuba revolucionaria que, en sus contradicciones -que nunca ha ocultado-, ha dicho de sus gentes que "Les falta todo. Eso sí. dignidad les sobra. Como para hacer transfusión" (p. 404).
En 15 de marzo de 2010 tuve la ocasión de asistir a una conferencia suya, dentro de un Seminario de Derechos Humanos que la Universidad de Cádiz organizó en el campus de Algeciras. Se le notaba envejecido, pero se mostró seguro en el discurso, manteniendo esa voz grave tan propia y su característico acento montevideano. En este cuaderno publiqué una entrada -"Con Eduardo Galeano"-, donde reproduje varios de los aforismos con que fue desgranando su disertación. Uno de ellos me parece muy revelador del mundo en que vivimos: “El muro de Berlín me abrumaba cuando estaba en pie. Pero otros muros más largos y más altos existen hoy”.
Se nos ha ido un escritor difícil de catalogar que, en sus palabras, se trataba de "un escritor con la obsesión de la memoria" (El descubrimiento de América que todavía no fue, p. 127).
Dicen que Rouco lo está pasando mal

viernes, 3 de abril de 2015
El archivo del caso de Esperanza Aguirre

jueves, 2 de abril de 2015
Hassanna Aalia puede seguir cautelarmente en España

Los Daniel Lacalle
misma familia. Tres generaciones sucesivas. Hasta aquí, nada
raro. Lo que llama la atención son sus trayectorias.
El abuelo, un militar
franquista de la familia política carlista, que ascendió a la cima del poder
durante la dictadura y fue de los pocos procuradores que votaron en 1976 el hara
kiri del régimen.
Su hijo, un ingeniero metido a economista, militante
comunista y de CCOO desde tiempos de la dictadura, y autor de La clase obrera en España. Continuidades, transformaciones, cambios.
El nieto, hijo del anterior,
un analista económico formado en las ubres del tatcherismo, profesional de éxito
en la City londinense y divulgador exitoso de la fe neoliberal.
Como puede verse, con muy
pocas cosas en común.
El primero ya murió, allá por 1981.
El segundo, ya septuagenario, sigue al pie del cañón como responsable de una de las secciones de la Fundación de Investigaciones Marxistas.
El tercero acaba de aceptar ser asesor de Esperanza Aguirre en la campaña electoral para la alcaldía de Madrid. ¿Buscará con ello algo más? ¡¡¡¡Guaaaaau!!!!

El primero ya murió, allá por 1981.
El segundo, ya septuagenario, sigue al pie del cañón como responsable de una de las secciones de la Fundación de Investigaciones Marxistas.
El tercero acaba de aceptar ser asesor de Esperanza Aguirre en la campaña electoral para la alcaldía de Madrid. ¿Buscará con ello algo más? ¡¡¡¡Guaaaaau!!!!
miércoles, 1 de abril de 2015
Secuelas y sorpresas de las elecciones andaluzas

El triunfo del sistema
En Andalucía el sistema ha conseguido varias cosas, que no son pocas. En primer lugar, ha consolidado a uno de los pilares del sistema, el PSOE, que en esta comunidad, además, ha sido el baluarte hegemónico desde el primer momento. En segundo lugar, en la derecha el batacazo del PP se ha visto suavizado por la presencia nada desdeñable de Ciudadanos, que no es otra cosa que la cara más amable y no quemada de la derecha, alejada de la imagen del señoritismo tradicional del PP. En tercer lugar, la izquierda ha sido derrotada. Y sobre esto me voy a extender más.
La derrota de la izquierda
La suma de votos de Podemos e IU ha sido del 21% y la de escaños, 20. Lejos de las previsiones que se hacían a final de 2014, que me llevó incluso a defender que el mapa político de Andalucía tenía su singularidad. Aquí se inserta el movimiento táctico, dentro de una estrategia que viene de lejos, que personifica Susana Díaz y que cogió a contrapié a PP y Podemos, y sirvió para lanzarse a la yugular de IU. Explotó el recurso que tantos réditos le ha dado al PSOE desde los noventa, en el que una parte del electorado prefiere la seguridad de los moderado sobre la apuesta por una mayor radicalidad. Antaño la excusa fue la pinza y ahora han sido varias: el viaje de Valderas al Sahara, el radicalismo de Garzón, la deslealtad por la consulta interna de IU para valorar lo acordado... Eso sí, excusas que afloraron tras la aprobación de los presupuestos.
Es cierto que IU ha pecado de ingenua. Me refiero a quienes defendieron hasta última hora el pacto de gobierno. También está sufriendo las consecuencias de las graves disensiones internas de Madrid, al borde de la ruptura, que se busca desde el sistema que sea la situación general.
Los problemas de IU
No debemos olvidar que en IU de Andalucía, aun habiendo diferencias, incluso sustanciales, hay -o, al menos, ha habido- una situación interna bastante cohesionada. La única ruptura ha sido la de la CUT, un caso singular al que en otro momento me referiré.
En todo caso en IU ha habido, como es costumbre, un debate interno. Sobre el pacto de gobierno ha sido permanente y en dos ocasiones ha sido sometido a consulta. Las posiciones han sido diferentes y en algunos casos, cambiantes según las circunstancias. Hubo quienes se opusieron desde el primer momento. También quienes a lo largo de la legislatura han ido posicionándose en contra en dos momentos: hace un año, durante la crisis de la Corrala de Sevilla, y a final de año, durante el debate sobre los presupuestos.
IU ha perdido 4 puntos en relación a 2012, que en representación ha supuesto perder más de la mitad de los escaños. Considero que la campaña electoral la ha salvado de un desastre mayor.
Podemos y sus contradicciones
Podemos, por su parte, ha hecho una campaña mala, lo que le ha impedido sacar más votos y escaños. No voy a profundizar ahora en las razones, pero voy a apuntar algunas cosas. Lo conseguido está dentro de los sondeos de final de año, los mismos que llevaron a Díaz a actuar para evitar que se consolidara. A la debilidad organizativa general de Podemos se le unen varios factores en Andalucía: esta debilidad es mayor, porque se trata de un territorio muy extenso; dado su carácter urbano, la mayor presencia del mundo rural y, además, popular le dificulta las cosas, pese a haber conseguido apoyos a través de la CUT; IU está bien enraizada social y geográficamente, lo que ha limitado su crecimiento de votos.
Y a todo esto hay que añadir un hecho que me parece muy importante y que estos días se está poniendo de manifiesto. El hipercentralismo de Podemos, que conlleva, entre otras cosas, que la iniciativa política se decida en Madrid y no, en este caso, en Andalucía. La urgencia de presentar candidaturas a las elecciones andaluzas llevó a que la candidata fuera Teresa Rodríguez, que pertenece a la tendencia contraria a la dirección estatal y que, entre otras cosas, defiende una imagen más radical y de izquierda.
Y cuando se está debatiendo el posicionamiento ante la investidura de Susana Díaz han saltado las alarmas. En Andalucía se tiende a defender unas condiciones relativamente duras, que en el caso de la CUT es de negativa a apoyar a Díaz. En la dirección central, sin embargo, se defiende una postura más blanda y, si se quiere, ambigua. Además se ha impuesto que quien va a llevar las negociaciones de hecho va a ser el centro, que ha impuesto al responsable de organización, Sergio Pascual, y ha permitido la presencia de un próximo a Teresa Rodríguez, Manuel Garí. Pero en ningún caso va a haber presencia de representantes en el Parlamento.
Puede sorprender la actitud dirigista y centralista de Podemos. A mí, no. Sospecho -y algo más- que está siendo utilizada para desactivar movimientos políticos soberanistas. Y en Andalucía, dentro de su idiosincrasia, existe una magma, latente, aunque débil, que reclama la soberanía. No nos olvidemos de diciembre de 1977 y febrero de 1980. El problema es que hasta hora ha sido vampirizado por el sistema, vía PSOE.
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