sábado, 8 de junio de 2013

Paremos la retirada del monumento a las Brigadas Internacionales

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha resuelto el derribo el monumento a las Brigadas Internacionales ubicado en el campus de la Universidad Complutense madrileña, concretamente frente a la facultad de Bellas Artes. Ha ratificado la sentencia que en su día un emitió un juzgado madrileño por considerar que el citado monumento carecía de licencia urbanística. Vistas así las cosas, parece una broma. Pero es la realidad. 

De entrada se trata de una sentencia totalmente desproporcionada, en la medida que la irregularidad formal de la licencia municipal -subsanada de hecho cuando se ha acabado solicitándola- no afecta a un edificio ni tiene una finalidad económica y menos de lucro. Basarse en este hecho supondría un agravio comparativo de dimensiones descomunales en un país donde las edificaciones ilegales se cuentan por centenares de miles, la mayoría construidas con un claro afán de lucro, sin entrar en la vertiente especulativa y corrupta. 


El problema de fondo deriva del carácter político-ideológico explícito del recurso inicial y de las dos decisiones judiciales. No se combate una irregularidad, sino un símbolo. Y las Brigadas Internacionales representan una de las mejores muestras de solidaridad humana. La cerrazón del facherío a la hora de negar o entorpecer -según sea el caso- la visibilidad de quienes formaron parte del bando republicano y de impedir que se repare a sus víctimas, resulta escandalosa. Desde que fue erigido, el monumento no ha dejado de sufrir atropellos de todo tipo. El otro día tuve que escuchar de un pseudohistoriador que las Brigadas Internacionales vinieron a España a matar españoles. Lo dijo sin rubor, después que fuese la ayuda alemana e italiana de las primeras semanas la que resultó decisiva en las victorias de las tropas sublevadas durante los momentos iniciales de la guerra. Y negando que la ayuda de la URSS fue posterior, después que Francia y Gran Bretaña se negaran a intervenir en favor del gobierno republicano, y permitieran la ayuda creciente de las potencias fascistas y su incumplimiento del Pacto de No Intervención.


En determinados círculos de Gran Bretaña se ha producido una reacción de

solidaridad frente a la decisión judicial. Ha habido varios parlamentarios laboristas que han suscrito una declaración en la que piden que "el memorial permanezca en su lugar para que las futuras generaciones puedan recordar algunos de los momentos más importantes de su historia". También el periódico The Guardian se ha referido en varias ocasiones a la noticia, denunciando el peligro de que se distorsione la historia. En este país se mantiene la memoria de la lucha contra el fascismo, tanto por lo sufrido durante la Segunda Guerra Mundial como por la ayuda que prestaron las 2.500 personas que formaron parte de las Brigadas Internacionales. Esto explica que en Londres exista un monumento dedicado en su honor en un lugar céntrico, dentro del Jubilee Gardens.

La Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI) está solicitando apoyos con el fin de detener este atropello a través de la campaña  Paremos la retirada del monumento a las Brigadas Internacionales. No está de más dar el nuestro con nuestra firma.