domingo, 27 de agosto de 2017

Manifestación de Barcelona: ante todo, por la paz

Leer hoy los titulares de portada de varios medios de comunicación resulta, más que curioso, predecible. En cierta medida reflejan lo que desde días atrás se estaba cociendo. Y, ante todo, lo hacen en relación su posicionamiento ante la situación política que estamos viviendo. Asuntos como el terrorismo, la guerra, la dependencia con EEUU, las relaciones comerciales con las monarquías de los petrodólares, el procès soberanista, las disputas entre los servicios policiales y de seguridad, los derechos humanos, el racismo, la xenofobia, la defensa de la paz, el tratamiento de las religiones y tantos otros no han dejado de estar presentes estos días. 

La manifestación multitudinaria de ayer en Barcelona, completada con otra habida previamente en Cambrils, ha puesto de manifiesto la oposición al horror de la violencia y la solidaridad con las víctimas. Pero no sólo. Porque de los aspectos antes señalados, algunos estuvieron muy presentes. Por ejemplo, la fuerte pitada recibida por Felipe VI y Mariano Rajoy; la enorme pancarta con las imágenes de los dos anteriores y el rey de Arabia Saudita, y la leyenda "Les vostres politiques, les nostres morts"; las numerosas banderas independentistas; los pitos a las banderas monárquicas; la presencia de representantes de los distintos cuerpos policiales, de seguridad y de defensa... Por supuesto, el mensaje con el que se abrió la manifestación:"No tinc por" ["No tengo miedo"] o el creciente altar de solidaridad con las víctimas. Pero también, ojo, las numerosas alusiones a la pau o la paz, expresadas de mil maneras, en distintos tamaños y portadas por mayores y menores, por indígenas e inmigrantes... 

La prensa españolista, de la derecha y menos, ha remarcado unánimemente mediante distintas expresiones las diferencias  políticas existentes entre las instituciones centralistas y el procès soberanista: “Los independentistas intentan boicotear la marcha por los atentados” (La Razón), “España se une contra el terrorismo pese al intento de boicot separatista” (ABC), “La manifestación más dividida contra el terrorismo se olvida de las víctimas” (El Confidencial), “Independentismo por encima de las víctimas en la manifestación por los atentados de Barcelona” (El Mundo), “El independentismo boicotea la manifestación unitaria de Barcelona” (El País). Curiosamente es la prensa más afín al gobierno la que más matiza lo ocurrido: “intentan boicotear” (La Razón), “intento de boicot (ABC).

Dos medios catalanes, por su lado, se centran en el contenido principal de la movilización: “Medio millón de personas se manifiesta en Barcelona contra el terrorismo” (La Vanguardia) y “Sin miedo, con pena” (El Periódico); mientras otro, vinculado al gobierno catalán, va más allá, pero sin explicitarlo: “No tinc por” i moltes altres reivindicacions” [“No tengo miedo y muchas otras reivindicaciones”] (Ara).

Entre la prensa de izquierda el diario infoLibre resalta dos de los componentes de la manifestación: “Las dos manifestaciones de Barcelona: una contra el terror, otra contra el rey y Rajoy”. Por otra parte, eldiario.es se queda más en el motivo principal de la convocatoria: “Una marea humana marcha en Barcelona contra el miedo y el terrorismo”. Pero quien va más allá de lo ocurrido, añadiendo un componente nuevo, es Público, para quien su titular “Grito ciudadano en Barcelona contra el terrorismo y las políticas belicistas” marca la clave de un sentimiento que estuvo en todo momento presente: la contraposición entre belicismo y paz.

Ayer hubo de todo. Pero en gran medida se puso de manifiesto dos formas de entender las relaciones humanas. La basada en la violencia, con la guerra y el terrorismo como dos de sus expresiones, que es la que hoy domina la política mundial. La otra, la basada en la paz, sigue siendo un anhelo que nunca debe olvidarse y por el que merece la pena apostar.