lunes, 29 de diciembre de 2014

El FMI amenaza a Grecia

El FMI ha reaccionado pronto y con contundencia al anuncio de elecciones por parte de Antonis Samaras: congelar la ayuda a Grecia. El fracaso parlamentario del conservador Nueva Democracia para elegir al nuevo presidente del país ha sido aparentemente el motivo de ese adelanto. En el fondo, la excusa. Porque la convocatoria urgente de comicios no es más que el intento -desesperado, ante el creciente impopularidad- para encontrar los apoyos que necesita para legitimarse en el gobierno. Y el FMI, en primer lugar, ha reaccionado para echarle una mano y como sabe hacerlo: amenazando. Porque es una amenaza contra la posibilidad de que en ese país haya un gobierno de izquierda. Los sondeos han sido claros a la hora de reflejar el deslizamiento de la opinión pública hacia la izquierda y, en especial, hacia Syriza, que, hasta ahora, se sitúa como primera fuerza en intención de voto. Si hace dos años y medio triunfó el miedo, propiciando la victoria de Nueva Democracia y el posterior acuerdo de gobierno con el PASOK, ahora se está repitiendo el mismo esquema: paralizar a la gente para que no proteste y obedezca. Y esto sólo ha sido el primer paso dado desde las alturas de las troika.