sábado, 20 de noviembre de 2010

Diciembre del 75











































Me gusta escuchar Radio España Independiente, Radio París, la Bebecé de Londres, Radio Tirana, Radio Moscú y Radio Pekín. Estas tres últimas se oyen muy mal. Todas se sintonizan en onda corta y están llenas de las interferencias que mete el gobierno para que no podamos oírlas y así no poder informarnos de lo que pasa en España. Los pitidos son muy molestos y hay veces que se pierde la voz, pero yo no desisto y sigo hasta el final. Casi todos los días las pongo por la tarde y por la noche, que es cuando mejor se oyen, aunque no se quitan las interferencias. Conozco los horarios y me gusta sintonizarlas por orden cuando tengo tiempo. Este verano no, porque he estado en Madrid trabajando, pero el anterior me pasé todo el día escuchándolas y hasta en una ocasión se las puse a dos hijos de una amiga de mi madre. Uno de ellos se quedó sorprendido por lo que decían y se lo tomó con mucho interés. Aunque intenté hablar de política con él, lo que más le interesaban eran las tías, de manera que cuando podía, se ponía a contarme sus aventuras.


Hace unos días mandé una carta a la Bebecé de Londres y creo que me la han sacado, porque en la lectura que hacen de las que envían los oyentes recordé varias de las palabras que escribí. Se oía muy mal, la verdad, pero estoy seguro que era la mía. La escribí con guantes y la eché en Correos también con guantes, sin que diera mucho el cante, pues hacía frío. Así no dejé huellas dactilares por si la policía investigaba. En ella hablaba del comunismo y decía que los comunistas no somos malos ni cocos, como dice el gobierno, que sólo queremos más libertad y una sociedad igualitaria y eso para mí son ideas buenas, que en España nos persiguen y nos meten en la cárcel por lo que pensamos y hacemos. Me da mucha rabia que no podamos escuchar lo que queremos y, si embargo, tengamos que oír y ver las tonterías de las emisoras de radio y sobre todo de la televisión. Yo la veo poco, porque embrutece.

Ahora acabo de escuchar Radio España Independiente, que es la que más pongo junto con Radio París. Ésta lo hago por la noche y Radio España Independiente, por la tarde. Por lo visto se emite desde Francia y por eso dicen en la presentación lo de Estación Pirenaica. Es del Pecé, pero a mí no importa, aunque yo no sea de ese partido, que es reformista y paraliza las movilizaciones contra la dictadura. Yo soy de la Joven Guardia Roja, que es el grupo juvenil del Partido del Trabajo. Llevo poco tiempo militando y es el Partido donde están dos de mis hermanos. A uno de ellos lo detuvieron en septiembre y ha salido hace poco, unas semanas, de la cárcel de Valladolid. Mi padre ha tenido que pagar por ello 40.000 pesetas de fianza. El día que se murió Franco mi hermano se tuvo que ir de casa, porque estaba preparada la Operación Lucero y nos dijo que iban a detener a la gente, por lo que podía ser uno de ellos. Ha estado sólo unos días fuera, y mi padre y madre lo han entendido. Lo pasaron muy mal cuando lo de septiembre. Sobre todo mi padre, que se quedó acojonado y se cogió un cabreo grande. Mi madre estuvo más tranquila y era la que iba a visitarlo a la cárcel de Valladolid, acompañada de las otras madres, uno de los padres y alguna vez de mi hermano el mayor.

El día que fue la policía a casa era de madrugada, sobre las 7 de la mañana. Mi hermana llamó a mi hermano y le dijo “¡está aquí la policía!”. El pobre dio un salto y uno de los policías de la social, que luego me enteré que era el comisario y al que vi sólo su silueta oscura en la puerta desde mi cama, le dijo “venga, vamos, vístete rápido” con una voz ronca, de chulo. Yo, mientras tanto, me quedé quieto, callado y con mucho miedo, porque el día anterior había entrado en la Joven. Cuando se fueron cogimos la propaganda y algunos libros, quemamos unos papeles en el wáter y luego llevé carpetas y libros a la librería donde trabaja mi hermano el mayor, que escondimos detrás de los libros de la librería.

El otro día uno de los que también estuvo detenido me dejó más que sorprendido, porque vio mi carnet de identidad sobre la mesa y me dijo que esa foto se la sacaron en la comisaría. No sé por qué lo hicieron, si fue porque era hermano de mi hermano o porque alguien dijo algo, aunque sólo uno sabía que yo acababa de entrar. El caso es que me dejó preocupado.