Hace diez años fue prohibida en Écija (Sevilla) la obra de teatro Estrella sublime, representada por el grupo Bastarda Española y que tenía a la Virgen del Rocío como protagonista principal. Como escribí en la entrada que le dediqué, a lo largo de la obra "se desarrolla un diálogo rico y
cargado de humor, en el que se pone al descubierto la situación de las mujeres
e incluso la percepción hipócrita de quienes hacen del culto a la Virgen una forma de
alienación religiosa". Hace unos días ha saltado la polémica por un gag, emitido a través de TV3, en el que se hace una parodia sobre el mismo personaje. Algo que, por cierto, ya hicieron en otra ocasión con la Virgen de Montserrat. Entre las reacciones contrarias está la del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, que ha pedido disculpas públicas a la cadena por lo que considera que es una ofensa a las creencias religiosas y a la cultura andaluza. A él se ha unido un coro de periodistas, políticos y demás, en el que ha participado también la propia Teresa Rodríguez. Si en 2013 fueron un concejal del Partido Andalucista y el alcalde del PP quienes tomaron la decisión de prohibir la obra de teatro antes referida (es cierto que después, ante las críticas recibidas, tuvieron que echarse atrás), ahora, en vísperas de una cadena de elecciones sucesivas, nos encontramos de nuevo con la derechona lanzada al ataque. El anticatalanismo y la euforia de la Semana Santa venden mucho en Andalucía. ¿Para qué eso de la libertad de expresión? ¿Para qué eso de un estado laico? ¡Ay!