A la decisión tomada por Pedro Sánchez y su tropel convocando elecciones y después de los resultados habidos, cabe preguntarse: ¿no debe asumir la responsabilidad de su fracaso? En parte estamos en la misma situación, salvo en una cosa y muy peligrosa: la subida del partido que expresa el fascismo de nuestros días. No sé qué hará ni qué pasará, al margen de las decisiones y declaraciones que se han ido sucediendo desde anoche. Sigo creyendo que la idea de Sánchez, la de la gente que le rodea, la de las baronías y los dinosaurios de su partido, la de los poderes económicos y la de buena parte de los medios de comunicación es la de conformar una gran coalición en cualquiera de sus variantes, con PSOE y PP como pivotes. En el caso de que busque ahora un acuerdo con Unidas Podemos, soy rotundo: debe dimitir. Por incoherente, por irresponsable y por inútil (y perdón por esto último).
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lunes, 11 de noviembre de 2019
Lo primero que me ha venido tras los resultados del 10-N
A la decisión tomada por Pedro Sánchez y su tropel convocando elecciones y después de los resultados habidos, cabe preguntarse: ¿no debe asumir la responsabilidad de su fracaso? En parte estamos en la misma situación, salvo en una cosa y muy peligrosa: la subida del partido que expresa el fascismo de nuestros días. No sé qué hará ni qué pasará, al margen de las decisiones y declaraciones que se han ido sucediendo desde anoche. Sigo creyendo que la idea de Sánchez, la de la gente que le rodea, la de las baronías y los dinosaurios de su partido, la de los poderes económicos y la de buena parte de los medios de comunicación es la de conformar una gran coalición en cualquiera de sus variantes, con PSOE y PP como pivotes. En el caso de que busque ahora un acuerdo con Unidas Podemos, soy rotundo: debe dimitir. Por incoherente, por irresponsable y por inútil (y perdón por esto último).