Hoy hace 30 años se abrió de par en par el Muro de Berlín. Muchos de quienes por aquel entonces hicieron de ello un triunfo para proclamar la superioridad del Occidente capitalista y liberal-democrático, hoy defienden, o callan, que se hayan construido otros muros -visibles e invisibles-, en muchos casos más altos, sofisticados y cruentos. Un Muro que, siguiendo a Rafael Poch de Feliu, fue consecuencia de Hitler,
que
"desencadenó la Segunda Guerra Mundial, invadió, ocupó y destruyó países.
Aniquiló a millones de civiles desde su ideología racista y supremacista";
y que "no
cayó: lo abrieron desde Moscú".
(Imagen: "El gran beso", de Dimitri Vrubel, mural situado en un tramo de lo que fue el Muro, conocido como el East Side Gallery)