Facu Díaz es un humorista. Presenta La Tuerka News, un programa de la emisora La Tuerka. Se emite por la red electrónica y ahora tiene el soporte técnico del periódico digital Público. Entre quienes fundaron la emisora se encuentra Pablo Iglesias, secretario general de Podemos. Hace unos días Facu Díaz ha sido imputado por un juez de la Audiencia Nacional por el delito de humillación a las víctimas del terrorismo. Grosso modo, aparece con un pasamontañas sobre su cabeza y anuncia la disolución del PP (ver vídeo). Una asociación de víctimas lo ha denunciado y el juez Javier Gómez Bermúdez lo ha imputado. El caso está coincidiendo con lo ocurrido en torno a la revista Charlie Ebdo. El humor está por medio. La sátira política, más concretamente. La mención a Alá y a su profeta, en este último caso. La supuesta alusión a las víctimas de ETA. Estamos ante el hecho de lo sagrado. Lo sagrado no es sólo lo religioso. Es un territorio difícil. Y peligroso. Para los fundamentalismos religiosos basta con el "no tomarás el nombre de Dios en vano" que reza la Biblia, maná de tres religiones monoteístas. Para los fundamentalismos del estado lo del PP con pasamontañas no ha gustado. Hace unos meses un dirigente del PP, portavoz parlamentario, se mofó de las víctimas del franquismo. "Algunos sólo se acuerdan de las víctimas cuando hay dinero de por medio", dijo, más o menos, Rafael Hernando. Lo hizo en un programa de debate político, no en un programa o una revista de humor. En los medios internacionales ha saltado a la actualidad como una noticia relevante la actuación judicial contra Facu Díaz. Marina Albiol, de IU, ha llevado el caso al Parlamento Europeo. El humor está resultando caro. En unos casos se está pagando con la propia vida. Ignoro qué le pasará a Facu Díaz, pero el susto se lo está llevando.
Post scriptum
He leído que esta misma la mañana el juez Javier Gómez Bermúdez ha decidido archivar la causa.