miércoles, 29 de mayo de 2024

lunes, 27 de mayo de 2024

Gonzalo Miranda Marín: un acercamiento a la figura de un represaliado nacido en Conil y residente en Barbate


Entre Conil y Barbate: indagando sobre un represaliado

Cómo empezó

El pasado 30 de septiembre, al final del acto de presentación en Conil de mi libro Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra, estuve hablando con Isabel González Ramírez, archivera del municipio, sobre Gonzalo Miranda Marín, un represaliado de origen conileño que había tenido relación con Barbate. A los pocos días recibí un mensaje suyo, en el que me aportaba algunos pormenores de su biografía. Entre otros, su estancia en el penal Fuerte de San Cristóbal de Pamplona.

Fue en 2018, con motivo del homenaje organizado por el Gobierno de Navarra a las personas que estuvieron confinadas en ese penal, cuando la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía se puso en contacto con el Archivo Municipal de Conil con el fin de que se le pudiera facilitar alguna información sobre Gonzalo. El Fuerte de San Cristóbal había conocido en mayo de 1938 un episodio inaudito, después que se hubiera producido la fuga masiva de casi 800 prisioneros. Desde Navarra se intentara recabar información sobre Gonzalo, por si hubiera participado en la fuga o fallecido en la prisión.

La información enviada, empero, fue escasa. Además de la fecha de su nacimiento, en 1912, a través de su hermana María se supo que se había casado en Barbate, que no tuvo descendencia y que residió en esta localidad, según su parecer, hasta su muerte, ocurrida en los años setenta. En la familia se tenía conocimiento de que había estado preso durante la guerra, pero desconocían más detalles.

Lo que vino después

Fue así como, de inmediato,  inicié una búsqueda por la red electrónica. Empecé por el portal Txinparta-Fuerte San Cristóbal Red de Memoria Colectiva, en la que ya en 2017 había localizado el caso del marinero barbateño José Prieto Gutiérrez (Montero, 2023, p. 271). Los datos que aparecen en dicho portal están basados en el libro Fuerte de San Cristóbal 1938. La gran fuga del cárceles franquistas, cuyos autores son Félix Sierra e Iñaki Alforja.

En el portal Todos (...) los Nombres también encontré nuevos datos, los cuales, tal como se indica, están basados en el libro de Sierra y Alforja. Básicamente se reducen a su localidad de nacimiento, la condena por un consejo de guerra a "Reclusión perpetua (30 años)" y su estancia en el Fuerte de San Cristóbal desde el 24-05-1939.

Magdalena González (2014, p. 154, n. 353), por su parte, en su libro dedicado a la represión en Conil de la Frontera hace una escueta referencia a Gonzalo, estando entre las, al menos, cuatro procedentes del municipio que fueron procesadas por tribunales militares de otras provincias que no fuera la de Cádiz. En el libro, además, se menciona a otro vecino de Conil, también represaliado, que podría tratarse de su hermano: Manuel Miranda Marín.

Teniendo en cuenta la relación de Gonzalo y su hermana María, que también acabó residiendo en Barbate, me puse en contacto con varios vecinos del municipio que llevan el apellido Miranda, con la esperanza de poder encontrar algún lazo familiar. Pero no obtuve el resultado esperado.

Un documento importante

Pero fue en otra página electrónica, Los presos del Penal de Ezcaba. Fuerte de San Cristóbal. Pamplona. Navarra, que está editada por Hedy Herrero, donde pude encontrar una información más detallada. Además, dado que desde la página se ofrece la posibilidad del envío de un documento sobre la estancia de Gonzalo en dicho centro de reclusión, no dudé en solicitarlo. Y de inmediato lo recibí. Más detallado que lo publicado en la red, pueden leerse diversos pormenores sobre su nacimiento y su profesión, los centros de reclusión donde estuvo confinado, y la fecha y la cuantía de la pena carcelaria que recibió.

Estamos ante una ficha personal, que, tal como se ha estampado,  empezó a cumplimentarse el 14-11-1938, esto es, seis días después de haber ingresado en la Prisión de Mérida. En la parte izquierda puede verse el sello de dicho centro. El contenido está inicialmente mecanografiado, pero también se han reflejado los datos que se fueron corrigiendo y/o añadido con posterioridad y sucesivamente hasta el 25-02-1940, si bien esta vez escritos a mano. No le falta tampoco a la ficha un segundo sello, sin fecha, en el que se menciona al Servicio Nacional de Prisiones y la sede de Vitoria. Aunque sea escuetamente, el documento da fe de datos relevantes del historial judicial y carcelario de Gonzalo Miranda Marín en el periodo que va de noviembre de 1938 a febrero de 1940.

Nuevos datos (después de un paréntesis)

Centrado en otras investigaciones y a la espera de aclarar algunas cuestiones, decidí hace unos días retomar la búsqueda de información sobre Gonzalo Miranda Marín. Y a ello no fue ajeno el hallazgo en un BOE, publicado en febrero de 1937, en el que puede verse su nombre, junto al de otros 28 vecinos de Barbate su nombre, junto al de otros 28 vecinos de Barbate, dentro de un edicto jurídico-militar firmado a finales de diciembre del año anterior.

A ese documento he podido añadir otro, esta vez de marzo de 1942 y publicado en el BOE, donde es mencionado por la apertura de un expediente de responsabilidades políticas por parte del Juzgado Provincial de Cádiz dedicado a esos menesteres.

Y ahora, después de haber llegado hasta aquí, voy a exponer de una forma más ordenada e integrada los diferentes aspectos de la vida del marinero nacido en Conil, que residió en Barbate durante muchos años y del que hemos acabado averiguando que falleció en el municipio malagueño de Fuengirola.


Un acercamiento a la figura de Gonzalo Miranda Marín

Gonzalo Miranda Marín nació en Conil de la Frontera el 11 de febrero de 1912. Era hijo de Antonio y Francisca, de quienes sabemos que entre su prole también estuvieron, al menos, María y Manuel.

Desconocemos la fecha concreta de la llegada a Barbate, pero, tal como se desprende del edicto de febrero de 1937, firmado el 25 de diciembre de 1936, ya residía en esa localidad antes del inicio de la contienda militar. El motivo de ese cambio de residencia no tuvo que ser ajeno a su trabajo como marinero. Un hecho frecuente entre los jóvenes conileños, que fueron encontrando en la pujante localidad vecina un foco de atracción para sobrevivir. Barbate se había convertido desde los años 20 en uno de los principales referentes del sur peninsular, dada su orientación a las actividades de extracción, manufacturación y comercialización de los productos que ofrecía el mar (Florido, 2002, p. 50 y ss.).

En el documento en cuestión se conminaba a 29 vecinos de la localidad a comparecer "en el término de cinco días ante el Teniente de Navío Juez Instructor de la causa sumarísima núm. 240", a lo que se añadía que en caso "de no hacerlo serán declarados en rebeldía con arreglo a la ley". De la mayoría de esas personas tenemos conocimiento que, de un modo y otro, también sufrieron las correspondientes represalias, a la vez que disponemos de información de diversos pormenores acerca de sus vidas (Montero, 2024). En algunos casos, incluso, se trataba de conileños, como los hermanos Juan y Francisco Jiménez Puente, o Francisco Gutiérrez Ramírez.

Por el documento carcelario abierto a finales de 1938 en Mérida sabemos que tuvo el domicilio en la carretera del Faro, una vía que era colindante con la barriada del Zapal. Ésta estaba formada por numerosas chabolas y era el principal lugar de residencia de las personas que iban llegando a la localidad dentro del importante flujo migratorio paralelo a su crecimiento económico (Aragón, sin fecha y 2024).

Desconocemos lo ocurrido en los primeros momentos de la guerra con Gonzalo. Pero, dado el contenido del edicto, con toda seguridad tuvo que haber huido hacia el territorio controlado por el gobierno republicano. Ignoramos cómo y desde dónde, pero podemos suponer, como hemos averiguado de varias de las personas incluidas en el edicto, que pudo haberlo hecho desde Tánger. Hacia dónde se dirigió en un primer momento también lo ignoramos, pero creemos que no resulta desatinado decir que, al menos en 1938, podría haber estado en el frente de Extremadura. Nos  basamos en el documento carcelario en el que se refleja, entre otras cosas, que había estado recluido hasta el 8 de noviembre en el campo de concentración de Mérida.

Fue entre junio y julio de 1938 cuando, por iniciativa del el ejército sublevado, tuvieron lugar entre el noroeste de la provincia de Córdoba y el noreste de la de Badajoz unas operaciones militares importantes (Puell y Huerta, 2007, pp. 197-199; e Hinojosa, 2018). Pero fue sobre todo la ofensiva iniciada sobre la comarca de La Serena los días 18 y 19 de julio lo que tuvo mayores repercusiones: a la vez que las tropas sublevadas se hicieron con el control de ese territorio, incluyendo los municipios de Don Benito, Villanueva de la Serena y Castuera, los  soldados republicanos hechos prisioneros se contaron por miles. Quizás Gonzalo Miranda Marín pudo estar entre ellos y lo que explique su internamiento en el cercano campo de concentración de Mérida. Por esas fechas, desde el verano de 1936,  estaba situado en el Cuartel de Artillería, pero, dado el elevado incremento de las personas reclusas, en 1939 sus instalaciones se extendieron a la Plaza de Toros y el Convento de San Andrés (Hernández, 2019, p. 35).

La estancia en un recinto de esas características era el procedimiento que se empleaba por entonces con la finalidad de llevar a cabo la clasificación de los prisioneros, antes de tomar una decisión sobre su destino. La comisiones correspondientes distinguían, grosso modo, tres grupos de personas: el de las consideradas irrecuperables, cuya condición podía conllevar el fusilamiento o fuertes condenas; el de quienes se consideraba que podían ser reeducadas, lo que conllevaba que podían ser objeto, entre otras cosas, de ser utilizadas como mano de obra en la construcción de diferentes tipos de infraestructuras, fueran militares o civiles; y el de las personas que, calificadas en diferente grado de “afectas al Movimiento”, podían ser movilizadas militarmente, estando, en todo caso, sometidas a vigilancia (Hernández, 2019, p. 74).

A partir de ese 8 de noviembre, por tanto, Gonzalo estuvo recluido en la prisión de Mérida. El 16 de diciembre se dispuso la situación de reclusión preventiva, teniendo en cuenta que estaba acusado de un delito muy grave, que era el de rebelión. Formó parte, junto a otras 7 personas, del Sumario n. 422, instruido por el Consejo de Guerra Permanente de Badajoz (AGHD). A la espera de poder conocer los detalles de dicho documento, sí conocemos los nombres de los compañeros de infortunio: Rafael Ayuso Rico, Lucio Cabezas Cabanillas, Patricio Carroza Romero, José Naranjo García, Anastasio Rubio Mayordomo, Saturnino Ruiz Camacho y Manuel Sanabuja Ribe.

El 18 de enero de 1939 fue trasladado a la Prisión Provincial de Badajoz y el 22 de marzo recibió por parte del órgano de justicia militar la condena definitiva, que ascendió a 30 años de reclusión por el delito de rebelión. Una pena muy severa, que seguramente estuvo motivada  por una circunstancias agravante: no haber comparecido a principios de 1937 a la requisitoria que se le hizo para comparecer ante el juez instructor y que conllevaba la amenaza del delito de rebeldía.

La prisión de la capital de Badajoz se convirtió en una estación de paso, ya que a finales de mayo fue trasladado al penal del Fuerte de San Cristóbal, en Pamplona. Ingresó el día 22 y permaneció hasta finales de febrero del año siguiente. Se trataba de un presidio que había conocido un año antes, en mayo de, un acontecimiento inaudito, después que se hubiera producido la fuga masiva de casi 800 prisioneros (Sierra y Alforja, 2006). Fue el mismo lugar donde otro marinero barbateño, José Prieto Gutiérrez, estuvo recluido entre enero y mayo de 1938 (Montero, 2023, p. 271). En su caso fue un tribunal militar en San Sebastián el que lo condenó a 12 años por el delito de auxilio a la rebelión.

De vuelta a Andalucía, el día 25 de febrero de 1940 Gonzalo llegó al Penal Naval Militar de la Casería de Ossio, en San Fernando. Situado en la costa de la Bahía de Cádiz, posiblemente fuera el último centro donde estuvo recluido.

Peo el calvario judicial no acabó ahí. En enero de 1942 se vio de nuevo sometido a un procedimiento judicial, en este caso dentro de la Ley de Responsabilidades Políticas, que estaba en vigor desde febrero de 1939. El Juzgado Provincial de de Responsabilidades Políticas de Cádiz le incoó el correspondiente expediente, que fue publicado el 21 de marzo en el BOE. En el mismo se hizo constar que era natural de Conil y, anecdóticamente, vecino de “Laroate”, lo que no era otra cosa que un error tipográfico. Desconocemos cuál fue el resultado de ese procedimiento, pero, dado que ya había sido condenado con anterioridad, su caso habría sido archivado.

En cuanto a la condena por rebelión, su caso estuvo entre otros tantos que trató la Comisión Central de Exámenes de Penas, relativas a las de carácter ordinario, que actuó a partir de 1942 (AGMG). El resultado final, a instancias de la Comisión Provincial de de Badajoz,  fue la conmutación de la pena, si bien, por ahora, ignoramos los aspectos concretos de la resolución, incluida la fecha en la que se hizo efectiva.

De regreso a Barbate, tal como ha manifestado un familiar, sabemos que Gonzalo contrajo matrimonio, pero ignoramos con quién, y que siguió trabajando como marinero. Finalmente, según consta en el registro del Juzgado de Conil de la Frontera, su fallecimiento tuvo lugar en Fuengirola el 21 de agosto de 1974, enfermo de cáncer.


Procedencia de la documentación

Archivos y base de datos de archivos

AGHD / Archivo General e Histórico de Defensa. Justicia Militar. Tribunal Militar Territorial número 1. Sumario 422 (https://buscar.combatientes.es/resultados/Gonzalo/Miranda/Mar%C3%ADn).
AGMG / Archivo General Militar de Guadalajara. Comisión Central de Examen de Penas. Penas ordinarias conmutadas, Comisión de Badajoz; 1942.1977; p. 1.511  (https://patrimoniocultural.defensa.gob.es/sites/default/files/2023-04/08_3_1_1_expedientes_personales_de_soldados_trabajadores_a-f.pdf).

Normativa legal

Boletín Oficial del Estado. Administración de Justicia. Edictos y requisitorias. Cédula de notificación. Burgos, n. 113, 10-02-1937, p. ilegible [¿376?]. (https://www.boe.es/gazeta/dias/1937/02/10/pdfs/BOE-1937-113.pdf)).
Boletín Oficial del Estado. Anuncio de incoación de expedientes de responsabilidades políticas. N. 80, Anexo Único, 21-03-1942, p. 1.489 (https://www.boe.es/gazeta/dias/1937/02/10/pdfs/BOE-1937-113.pdf).

Bibliografía

Aragón Fernández, Antonio (sin fecha). "El Zapal: un barrio de chabolas en Barbate", en Estampas del Barbate Viejo (https://www.estampasdelbarbateviejo.es/137684712.html).
Aragón Fernández, Antonio (2024). "El Zapal: 50 aniversario de su desaparición (1974-2024)", en Viva Barbate, 27 de marzo (https://vivabarbate.es/barbate-cultura/1613654/el-zapal-50-aniversario-de-su-desaparicion-1974-2024/).
Domínguez Pérez, Alicia (2004). El verano que trajo un largo invierno. La represión político-social durante el primer franquismo en Cádiz (1936-1945), 2 vv. y CD-rom. Cádiz, Quorum.
Florido del Corral, David (2002). Un siglo de política e instituciones pesqueras en Andalucía. Sevilla, Fundación Blas Infante.
Gómez Oliver, Miguel, Martínez López, Fernando y Barragán Moriana, Antonio (Coords.) (2015). El "botín de guerra" en Andalucía. Cultura represiva y víctimas de la Ley de Responsabilidades Políticas, 1936-1945, y CD-rom. Madrid, Biblioteca Nueva.
González, Magdalena (2014). De lo vivo lejano. Conil de la Frontera 1931-1945. Sevilla, Aconcagua Libros.
Hernández de Miguel, Carlos (2019). Los campos de concentración de Franco. Sometimiento, torturas y muerte tras las alambradas. Barcelona, Penguin Random House.
Hinojosa Durán, José (2018). “80 aniversario de la batalla de La Serena. Una batalla doblemente olvidada”, en elDiario.es, 15 de julio (https://www.eldiario.es/extremadura/sociedad/aniversario-batalla-serena-doblemente-olvidada_129_2029870.html).
Montero Barrado, Jesús María (2023). Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra. Cádiz, Mancomunidad de La Janda/Diputación de Cádiz.Montero Barrado, Jesús María 
(2024). “En busca de rojos: el edicto de finales de 1936 dirigido a 29 vecinos de Barbate”, en el blog Entre el mar y la meseta, 20 de mayo (https://marymeseta.blogspot.com/2024/05/en-busca-de-rojos-el-edicto-de-finales.html).
Puell de la Villa, Fernando y Huerta Barajas, Justo A. (2007). Atlas de la Guerra Civil española. Antecedentes, operaciones y secuelas militares (1931-1945). Madrid, Síntesis.
Sierra, Félix y Alforja, Iñaki (2006). Fuerte de San Cristóbal 1938. La gran fuga de las cárceles franquistas. Arre, Navarra, Pamiela.

Otras fuentes de información

Extremadura 7 Días. “El ‘campo de concentración’ de Mérida del que pocos se acuerdan”; 24-04-2023 (https://www.extremadura7dias.com/noticia/convento-merida-campo-de-concentracion-memoria-historica).
González Ramírez, Isabel. Información sobre Gonzalo Miranda Marín, facilitada mediante WatsApp; 14-11-2023 y 20-05-2024.
Herrero, HedyLos presos del Penal de Ezcaba. Fuerte de San Cristóbal, Pamplona, Navarra (https://ergastulapenalfuertesancristobal.blogspot.com/2019/05/miranda-marin-gonzalo.html).
Todos (...) los Nombres. Base de datos de víctimas del franquismo en Andalucía, Extremadura y Norte de África (https://todoslosnombres.org/personas/gonzalo-miranda-marin/).
Txinparta-Fuerte San Cristóbal. Red de Memoria Colectiva ((https://txinpartafuertesancristobal.blogspot.com/).

domingo, 19 de mayo de 2024

En busca de rojos: el edicto de finales de 1936 dirigido a 29 vecinos de Barbate


Hace unos días localicé en un Boletín Oficial del Estado de principios de 1937 (n. 113, 10 de febrero) una cédula de notificación en la que aparecían los nombres de 29 vecinos de Barbate. Estaba fechada el 25 de diciembre del año anterior y llevaba la firma de Joaquín Barrios, que actuaba como juez instructor. Y, entre otras cosas, se exponía lo siguiente:

"comparecerán en el término de cinco días ante el Teniente de Navío Juez Instructor de la causa sumarísima núm. 240, D. Joaquín Barrios Benedicto, y en el local que ocupa la Ayudantía Militar de Marina de esta Aldea, significándoles que de no hacerlo serán declarados en rebeldía con arreglo a la ley".

Los nombres de esos barbateños, de los que se desconocía en esos momentos dónde se encontraban, eran los siguientes:

"Manuel Collado Sánchez, Juan Jiménez Puente, Bartolomé Sánchez Sánchez, Juan Sánchez Sánchez, Miguel Alonso Izola, Gonzalo Trujillo Moreno, Francisco Javier Muñoz Ligero, Diego Moreno Sánchez, Manuel Rodríguez Morán, Antonio López Rivero, Rafael Gallardo Dávila, Francisco Jiménez F[P]uente, Juan Alférez Rodríguez, Gonzalo Miranda Marín, Sebastián Trujillo Marín, Antonio López García, Diego Ureba Ramos, José Oliva Vilches, Manuel Camacho Jiménez, Diego Varo Muñoz, Sebastián Sánchez Moreno, Manuel Morant Amaya, Alfonso Pozo Marín, Diego Guerrero Pérez, Francisco Gutiérrez Ramírez, Miguel Vélez Junquera, Antonio Oliva Sánchez, José Rendon López y Manuel Reyes Crespo".

De 17 de ellos conocemos distintos pormenores sobre las vicisitudes que sufrieron durante esos años, bien cuando huyeron hacia el territorio controlado por el gobierno republicano o bien cuando, ya como prisioneros de guerra o puestos en libertad, hubieron de sufrir los rigores de la represión. De otros 4 disponemos de algunos datos que nos lleva a considerar que estamos ante las mismas personas nombradas en el edicto: Antonio López García, Antonio López Rivero, Diego Moreno Sánchez y Francisco Gutiérrez Ramírez. Incluso podemos añadir a Manuel Morant Amaya, si nos atenemos a un posible leve error tipográfico en el primero de sus apellidos: Moral en vez de Morant. De los 7 restantes no hemos podido obtener ninguna información por ahora: Miguel Alonso Izola, José Rendón López, Manuel Rodríguez Morán, Bartolomé Sánchez Sánchez, Juan Sánchez Sánchez, Gonzalo Trujillo Marín y Sebastián Trujillo Moreno.

El que nos encontremos con personas huidas o que, por razones de trabajo, hubieran decidido no regresar a Barbate, está en consonancia con la alusión "cuyas señas personales se ignoran". De no pocos de ellos sí lo sabemos con certeza, pues está documentado, y del resto resulta más que plausible. Dada la vinculación que tenía la localidad con el mar, sabemos que, comenzada la guerra, hubo bastantes marineros, en su mayoría procedentes de la flota que faenaba en las aguas del norte del continente africano, que acabaron dirigiéndose hacia provincias como Málaga o Almería. No faltaron quienes huyeron desde la aguas de la bahía de Algeciras, aprovechando la cercanía de Gibraltar, o que lo hicieron por tierra, desde la sierra del Retín y cruzando las sierras del este gaditano, con destino a Málaga (Montero, pp. 124-125).

Por la información de la que disponemos, tenemos constancia de que 7 de ellos huyeron desde Tánger hacia la zona republicana: Juan Alférez Rodríguez, Manuel Callado Sánchez, Rafael Gallardo Dávila, Juan Jiménez Puente, José Oliva Vilches, Miguel Vélez Junquera y Diego Varo Muñoz. De los otros casos sobre los que disponemos algún tipo de dato, desconocemos la forma como pasaron. Algunos estuvieron en los frentes más occidentales, como Manuel Camacho Jiménez, que estuvo en la provincia de Málaga, o Gonzalo Miranda Marín, detenido en 1938 en el frente de Extremadura. Diego Guerrero Pérez, que había salido de Barbate con destino a Barcelona antes del golpe militar, se incorporó al ejército republicano en Cataluña. 

Estamos, por tanto, ante un documento del que no debe desdeñarse su importancia, porque pone de manifiesto el control que se estaba ejerciendo por parte de las autoridades del bando sublevado, tanto sobre la población en general como sobre aquellas personas que, de alguna forma u otra, resultaban sospechosas y/o habían sido acusadas de no acatar el orden que se estaba estableciendo a raíz del golpe militar de julio de ese año.

A continuación se expone de una forma sintética la información que he ido recopilando sobre las trayectorias vitales de esos 21 vecinos de Barbate. En buena parte ya está recogida en mi libro Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra, pero a ello tengo que añadir otra información que sigo obteniendo en mi afán por conocer mejor lo ocurrido. Una tarea que no deja de ofrecernos sorpresas y que es una especie de fuente inagotable.

Juan Alférez Rodríguez. Hijo de Concepción Rodríguez Collado; en otoño de 1936 se le calicó en un informe municipal de otoño de 1936 como “el más peligroso extremista de esta Aldea (…); le cogió el movimiento en Tánger y a los pocos días se marchó a Málaga con los rojos donde se encuentra (Montero, p. 230). En un edicto fechado el 7-09-1945 es mencionado junto a otras dos personas, con domicilios desconocidos; dos meses antes, el 28-07-1945, habían recibido por parte de la Junta Administrativa de la Aduana de Algeciras varias sanciones por la falta de contrabando; se les conminaba al pago de las correspondientes sanciones económicas y se les advertía de un castigo de cárcel en caso de no hacerlo; en el mismo documento consta como hijo de Juan y de Concepción, natural de Vejer de la Frontera, de 33 años, casado y con el apodo de “el Perilla”; así mimo, se dice que era marinero de profesión y que tuvo su domicilio en Algeciras (BOE, 12-09-1945).

Manuel Camacho Jiménez. Nacido en Barbate, probablemente en 1916, era marinero y estaba afiliado a la UGT; hasta principios de 1937 formó parte como miliciano del Batallón “Pablo Iglesias”, ubicado en la sierra de Abdalajís, en la parte noroccidental de la provincia de Málaga y en las cercanías de Antequera; fue procesado por un tribunal militar, acusado del delito de auxilio a la rebelión; la causa fue iniciada el 10-09-1937 y no se cerró hasta el 23-11-1962 (Montero, p. 238).

Manuel Co[a]llado SánchezEs autor de unas memorias, en las que se detallan importantes aspectos de lo vivido durante la guerra y los años posteriores; así, nos cuenta que nació en Zahara de los Atunes en 1915; que huyó desde Tánger dos veces a Málaga, la segunda de las cuales y definitiva tuvo lugar en otoño de 1936; estuvo trabajando primero de marinero y luego en la construcción de trincheras; tras su movilización, combatió en varios frentes de guerra (Málaga, Belchite/Zaragoza, Segre/Lérida…); herido en otoño de 1938 en el río Segre (Lérida), pasó  por varios hospitales y en enero de 1939 fue evacuado, todavía herido, a Francia; estuvo en los campos de concentración franceses de de Argelès-sur Mer y de Gurs; en mayo de 1940 se encontraba en la región de Nantes y en junio, cuando se inició la ocupación alemana de Francia por el ejército alemán, pasó a trabajar para las tropas británicas; detenido por el ejército alemán, el 6 de junio fue devuelto a España; pasó por batallones disciplinarios de Miranda de Ebro (Burgos) y Madrid antes de recalar en el sur de la provincia de Cádiz, donde trabajó en los términos municipales de  Algeciras, Los Barrios y Tarifa, construyendo caminos y extrayendo piedra de canteras; sufrió una herida en un pie, lo que supuso tener que pasar por n tribunal médico; en 1941 fue trasladado a Cerro Muriano (Córdoba), donde fue licenciado en 1942; fue calificado como “comunista soltero” en un informe municipal de otoño de 1936, en el que se añadió que se había ido voluntario desde Tánger “con los rojos a Málaga”; acabó instalándose en Barbate, donde siguió trabajando como marinero hasta su jubilación en los años ochenta; en diciembre de 1979, como residente en Zahara de los Atunes, presentó en el Ayuntamiento de Barbate un escrito para que se incluyera en el expediente de solicitud de una pensión por daños físicos durante la guerra, haciendo constar que había pertenecido a la Brigada 95 de la Infantería de Marina, con sede en Cartagena, y que fue herido de metralla en la pierna derecha en el frente de Lérida, en el río Segre; sabemos también a través de la causa militar en la que estuvo incluido que, formando parte de la 3ª Compañía del Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores número 2 de Algeciras, sufrió una lesión en la pierna derecha como consecuencia de una esquirla desprendida mientras machacaba piedra; eso conllevó que fuera trasladado a Cerro Muriano (Córdoba), no sin antes haberse abierto una investigación interna que determinó que se trató de “un accidente casual y fortuito” (Montero, pp. 237-238; y Callado). Encausado por el Tribunal de Responsabilidades Políticas, donde consta que tiene la vecindad en Cádiz (Gómez, Martínez y Barragán).

Rafael Gallardo Dávila. Nació en 1911 y era hijo de Francisco Gallardo Pallarés; fue calificado como “extremista que también se encuentra voluntario en Málaga con los rojos”; marinero y afiliado a la CNT; iniciada la guerra, faenando en el barco “Joven Beatriz”, con el reto de la tripulación desde Tánger a la “zona roja”; estuvo trabajando en la mar en la localidad de Benajarafe, en el municipio de Vélez-Málaga; regresó a Barbate a los pocos días de acabarse la guerra; a raíz de un incidente acaecido en julio de 1939, cuando un grupo de soldados efectuaba ejercicios de instrucción en la plaza de toros, fue denunciado, junto a otros dos barbateños, por un vecino por haber vertido comentarios injuriosos sobre el ejército, entre os que estaban “poco tiempo les quedará”; detenidos,  fueron conducidos a la prisión de Algeciras a principios de agosto; en el procedimiento judicial se les imputó el delito de adhesión a la rebelión; en los informes oficiales preceptivos, incluido uno de FET y de las JONS de la citada localidad malagueña, se destacó de él que no había tenido relevancia en el sindicato y había mostrado buena conducta; el tribunal militar, con fecha 7-10-1939, propuso para los tres acusados el sobreseimiento provisional de la causa, siendo ratificado por el auditor de Sevilla el 31-10-1939; días antes, el 20 de octubre, fueron puestos en libertad condicional; en junio de 1946 pasaron a la responsabilidad de la Junta Central de Libertad Vigilada, aunque hasta 1960 no quedó archivada su causa (Montero, p. 246).

Diego Guerrero Pérez. Nació en Vejer de la Frontera en 1907; albañil de profesión, en diciembre de 1926 fue alistado para hacer el servicio militar, que empezó a cumplir en Cádiz, en el reemplazo de 1927; en fecha indeterminada se trasladó a Barcelona, donde se encontraba cuando se inició la guerra; fue movilizado por el ejército republicano y participó en la batalla de Teruel; sufrió la pérdida de la falange de un dedo de una de las manos; condenado a 12 años de privación de libertad, pasó por la prisión militar de Cuatro Torres, en San Fernando; al cabo de dos o tres años salió en libertad condicional, regresando a Barbate, donde trabajó como marinero; vivió en la barriada del Zapal hasta que, a mediados de los años 70, cuando se derribaron las chabolas, fue trasladado a la barriada de Carrero Blanco, que fue donde murió en 2003; acogiéndose a diferentes disposiciones legales, en 1993, 1998 y 2001 solicitó una indemnización por “haber sufrido privación de libertad en establecimientos penitenciarios durante tres o más años”; en todos los casos fueron rechazadas al haberse perdido la documentación contenida en el Archivo General de la Capitanía de la Zona Marítima del Estrecho como consecuencia de un incendio acaecido en 1976 (Montero, p. 250-251).

Francisco Gutiérrez Ramírez. Con su nombre tenemos documentado una persona que en la ficha de archivo consta como vecino de Conil y que tenía la edad de 37 años; de esa misma localidad eran los hermanos Puente Jiménez, de los que sí sabemos que eran marineros; en 1937 fue nombrado guardia del Cuerpo de Seguridad en Alicante (CDMH). 

Francisco Jiménez Puente. Originario de Conil de la Frontera, era hermano de Juan; marinero de profesión y afiliado a la CNT; al comienzo de la guerra huyó hacia Málaga y estuvo, entre otros lugares, en la zona de Valencia; al finalizar la guerra regresó a su localidad de residencia, estando detenido durante un tiempo; ya en libertad, hubo de presentarse periódicamente en el cuartel de la Guardia Civil; al final, acabó trasladando su residencia a Barbate, donde se casó y formó una familia, continuando con su trabajo de marinero; su hermana Francisca estaba casada con Juan Redondo Varo, que en 1936 había sido concejal del Ayuntamiento de Vejer de la Frontera en representación del PSOE y acabó siendo una de las víctimas mortales de la represión (Montero, pp. 252-253).

Juan Jiménez Puente. Nació en 1907 en Conil de la Frontera; hermano de Francisco, también era marinero; se afilió a la CNT en febrero de 1936; estando embarcado en el pesquero “Joven Beatriz”, de la flota de Barbate, huyó al inicio de la guerra con el resto de la tripulación desde Tánger hacia Almería; estuvo trabajando en su oficio hasta septiembre de 1937, cuando se enroló voluntariamente en el ejército de la República; adujo como justificación que “por carecer de recursos”; estuvo encuadrado en el 2º Batallón de la 6ª Brigada; luchó en el frente de Teruel y a principios de marzo de 1938 se presentó en Fuendetodos (Zaragoza) “a las Tropas Nacionales” con “fusil y bombas de mano”; estuvo recluido en la cárcel de Logroño, donde se inició el procedimiento clasificatorio; en el acta de la Comisión de Prisioneros, del mes de abril, se hizo constar que había sido un “propagandista de cuidado”, por lo que decidió que continuara detenido para abrirle las diligencias judiciales oportunas; a principios de agosto ya se encontraba en la prisión de Chiclana de la Frontera, incluido en un procedimiento sumarísimo de urgencia abierto por el Consejo de Guerra permanente de Algeciras, bajo la acusación de rebelión, si bien el auditor de guerra de la Segunda Región Militar de Sevilla decidió el sobreseimiento provisional de la causa el 10-12-1939; años después, en julio de 1945, pasó a depender de la Junta Central de Libertad Vigilada; en  agosto se propuso el archivo de definitivo de su causa, que se aprobó en mayo de 1946; s; acabada la guerra, sin que sepamos cuándo, se trasladó a vivir a Barbate, donde siguió trabajando de marinero (Montero, p. 253).

Antonio López García. Con el mismo nombre existe con vecindad en Cádiz que fue encausada por el Tribunal de Responsabilidades Políticas; desconocemos si estamos ante la misma persona (Gómez, Martínez y Barragán).

Antonio López Rivero. Con el mismo nombre existe un soldado que estuvo recluido en un batallón disciplinario de trabajadores, pero ignoramos si trata de la misma persona (AGMG).

Gonzalo Miranda Marín. Era natural de Conil de la Frontera, donde nació en 1912, y era hijo de Antonio y Francisca; en el momento del golpe militar de julio de 1936 tenía su residencia en Barbate, donde trabajaba como marinero y estaba soltero; hasta el 8-11-1938  estuvo recluido en el campo de concentración de Mérida (Badajoz), pasando a la prisión del mismo municipio; juzgado en Consejo de Guerra el 16-12-1938 en Mérida, acusado del delito de rebelión militar, fue condenado a 30 años de reclusión perpetua; el 18-01-1939 fue trasladado a la cárcel provincial de Badajoz y el 22-03-1939 se confirmó la sentencia; ingresó en el Fuerte de San Cristóbal de Pamplona el 24 de mayo de 1939, donde permaneció hasta el 25 de febrero de 1940: de ahí fue trasladado al Penal de la Casería de Ossio, en San Fernando (Herrero). Su hermano Manuel, vecino de Conil, también estuvo entre las personas represaliadas (González, p. 154). En marzo de 1942 se hizo publica la apertura de un expediente de responsabilidades políticas por el Juzgado Provincial de Cádiz (BOE, 21-03-1942). En fecha desconocida regresó a Barbate, donde continuó trabajando como marinero; también sabemos que se casó, pero el matrimonio, pero no tuvo hijos; falleció en la misma localidad en los años setenta (González Ramírez).

Manuel Mora[l]nt Amaya. Con la variación en el primer apellido, Moral por Morant, aparece el nombre de un recluso del penal Naval Militar de la Casería de Ossio, en San Fernando; está incluido en un amplio listado de 345 personas a las, mediante una orden del ministerio de Justicia fechada el 24-06-1941, se les concede "el beneficio de la libertad condicional con la liberación del destierro" (BOE, 4-07-1941).

Diego Moreno Sánchez. Ese nombre aparece en una Circular del Ministerio de Defensa Nacional republicano, con fecha 3-10-1938, donde se nombra a 199 cabos de “la 20 Brigada, Mixta, Batallón Disciplinario de combate n. 1 y Batallón de Ametralladoras n. 20 para cubrir vacantes en el empleo de sargento de Infantería” (DOMDN).

Francisco Javier Muñoz Ligero. Aparece encausado por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo en 1940 (BC/CDMH).

Antonio Oliva Sánchez. Sabemos que se encontraba en situación de libertad condicional al menos hasta 1944; eso conllevaba la obligación de tener que presentarse mensualmente en el puesto de la  Guardia Civil de Barbate (Montero, p. 267).

José Oliva Vilches. En un informe municipal de otoño de 1936 fue considerado como “comunista peligroso”, y “uno de tantos de los que le cogió el movimiento en Tánger y por desafecto al movimiento aún titubea para venirse a Barbate”;  como castigo, fue  “eliminado” del padrón de hazas de Vejer de la Frontera en diciembre de 1936, después de haber sido incluido entre los “reconocidos marxistas”; fue condenado a 8 años de cárcel y estuvo en libertad condicional al menos entre 1944 y 1948 (Montero, p. 267).

Alfonso Pozo Marín. Fue condenado a 6 años de cárcel; estuvo en libertad condicional hasta abril de 1947, cuando fue indultado; a finales del mismo año obtuvo la libertad definitiva;  al menos entre el 22-05-1944 y el 2-11-1947 tenía la obligación de presentarse mensualmente en el puesto de la Guardia Civil Barbate (Montero, p. 271). Estuvo recluido en la Prisión Provincial de Almería “El Acebuche” en 1938 (AHPA).

Manuel Reyes Crespo. Originario de Vejer de la Frontera, era vecino de Barbate; trabajaba de marinero y estaba afiliado a la CNT; formó parte de la 31ª Brigada Mixta, Batallón 121º y Compañía 14ª del 15ª cuerpo del ejército republicano, según hizo constar en 1977 cuando solicitó una pensión  por haber sufrido secuelas físicas durante la guerra; como resultado, le fue concedida la pensión; se ha dicho  que llegó a estar en la cárcel tras la guerra, pero no hemos encontrado la documentación que lo confirme; estuvo entre los antiguos cenetistas que durante los años de la Transición asesoraron a la gente joven para reorganizar la CNT en el municipio; el hecho de que padecía una otitis “supurada” [sic], contraída durante la guerra, dio motivo para que fuera conocido con el sobrenombre de "Sordo Reyes" (Montero, p. 272).

Sebastián Sánchez Moreno. Fue condenado a 6 años de cárcel y estuvo en libertad condicional hasta noviembre de 1946, momento en que recibió el indulto; un año después, en el mismo mes, obtuvo la libertad definitiva; al menos entre el mayo de 1944 y diciembre de 1947 tuvo que presentarse mensualmente en el puesto de la Guardia Civil Barbate (Montero, p. 276).

Diego Ureba Ramos. Nació en Barbate en 1918, y era hijo de Antonio y Sebastiana; era marinero de profesión (AMB). Con el mismo nombre y el primer apellido, así como con el sobrenombre de “el Sambo”, lo menciona Manuel Callado Sánchez en sus memorias; durante los primeros meses de 1939 coincidieron en el Campo de concentración de Argelès-sur-Mer, en el sur de Francia, después de haberse vito obligados a pasar la frontera tras la ocupación de Cataluña por las tropas sublevadas en enero (Montero, p. 280).

Diego Varo Muñoz. Calificado en un informe municipal de otoño de 1936 como un “extremista, peligroso, de entera confianza del Alcalde Tato, [que] le cogió en Tánger el movimiento y se fugó a Málaga con los rojos donde se encuentra; así mismo, se le menciona con el sobrenombre despectivo de "la Portera"; en 1941 estuvo sometido a un proceso por el Tribunal de Instrucción de Responsabilidades Políticas; aunque se desconoce la condena que se le impuso, en julio de 1946 se encontraba en libertad condicional, si bien tenía la residencia en Tánger; en octubre de 1946 obtuvo la libertad definitiva (Montero, p. 282). En documentos de esos años también se hizo constar como municipios de residencia, además de Barbate y Tánger, los de San Roque y Vejer de la Frontera (Domínguez; Gómez, Martínez y Barragán; y BOE, 7-09-1941).

Miguel Vélez Junquera. En un informe municipal de otoño de 1936 fue  considerado como “Comunista que le sorprendió el movimiento en Tánger y hoy se encuentra en Málaga con los rojos, voluntario”; en enero de 1942 se abrió  contra él un expediente por parte del Tribunal de Instrucción de Responsabilidades Políticas (Montero, p. 283).


Procedencia de la información (por orden de aparición)

BOE. Boletín Oficial del Estado. Administración de Justicia. Edictos y requisitorias. Cédula de notificación. Burgos, n. 113, 10-02-1937, p. ilegible ¿376? (https://www.boe.es/gazeta/dias/1937/02/10/pdfs/BOE-1937-113.pdf).
Montero Barrado, Jesús María (2023). Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra. Cádiz, Mancomunidad de La Janda / Diputación de Cádiz.
BOE. Boletín Oficial del Estado. Junta Administrativa de Contrabando y Defraudación del Campo de Gibraltar. Aduana de Algeciras. Edicto. N. 255, Anexo Único, 12-09-1945, pp. 597-598 (https://www.boe.es/gazeta/dias/1945/09/12/pdfs/BOE-U-1945-255.pdf).
Callado Sánchez, Manuel [1981]. Memorias de un soldado de infantería marina. Odisea vivida por Manuel Callado Sánchez des 1936 a 1942. Ejemplar mecanografiado, sin publicar.  
Gómez Oliver, Miguel, Martínez López, Fernando y Barragán Moriana, Antonio (coords.) (2015). El "botín de guerra" en Andalucía. Cultura represiva y víctimas de la Ley de Responsabilidades Políticas, 1936-1945, y CD-rom. Madrid, Biblioteca Nueva.
CDMH. Centro Documental de la Memoria Histórica / Pares, Portal de Archivos Españoles (https://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/show/10501997). 
AGMA. Archivo General Militar de Guadalajara. Batallones disciplinarios de soldados trabajadores. Expedientes personales de soldados trabajadores y soldados de escolta
(https://patrimoniocultural.defensa.gob.es/sites/default/files/2023-04/08_3_1_1_expedientes_personales_de_soldados_trabajadores_a-f.pdf).
Herrero, HedyLos presos del Penal de Ezcaba. Fuerte de San Cristóbal, Pamplona, Navarra (https://ergastulapenalfuertesancristobal.blogspot.com/2019/05/miranda-marin-gonzalo.html).
González, Magdalena (2014). De lo vivo lejano. Conil de la Frontera. 1931-1945. Sevilla, Aconcagua.
BOE. Boletín Oficial del EstadoAnuncio de incoación de expedientes de responsabilidades políticas. N. 80, Anexo Único, 21-03-1942, p. 1.489 (https://www.boe.es/gazeta/dias/1942/03/21/pdfs/BOE-U-1942-80.pdf). 
González Ramírez, Isabel. Información sobre Gonzalo Miranda Marín; facilitada el 14-11-2023. 
BOE. Boletín Oficial del Estado. Orden del Ministerio de Justicia. N. 185, 4-07-1941, p. 4.952 (https://www.boe.es/diario_gazeta/comun/pdf.php?p=1941/07/04/pdfs/BOE-1941-185.pdf).
DOMDN. Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional. Barcelona, n. 256, 3-10-1938, p. 36 (https://bibliotecavirtual.defensa.gob.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/imagen.do?path=53987#page=4).
BC/CDMH. Buscar Combatientes / Centro Documental de la Memoria HistóricaTribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo  (https://buscar.combatientes.es/resultados/Francisco/Mu%C3%B1oz/Ligero).
AHPA. Archivo Histórico Provincial de AlmeríaPrisión Provincial de Almería.
AMB. Archivo Municipal de Barbate. Padrón Municipal Renovado, 31-12-1975.
Domínguez Pérez, Alicia (2004). El verano que trajo un largo invierno. La represión político-social durante el primer franquismo en Cádiz (1936-1945), v 2 y CD-rom. Cádiz, Quorum.
BOE. Boletín Oficial del Estado. Anuncios de incoación de expedientes de responsabilidades políticas. Administración de Justicia. N. 250, Anexo Único, 7-9-1941, p. 3.375 (file:///C:/Users/monte/Downloads/BOE-U-1941-250%20(1).pdf).


(El artículo ha sido reproducido, con fecha 19-05-2024, en Todos (...) los Nombres).

miércoles, 8 de mayo de 2024

Tomás Bretón y "El burro de Villarino": lo popular en lo sinfónico


Hablando este mediodía con mi hermano Juan Miguel sobre la entrada que he dedicado a la canción "El burro de Villarino", me ha recordado que Tomás Bretón (conocido músico salmantino de finales del siglo XIX y principios del XX, autor de la famosa zarzuela La verbena de la Paloma),  introdujo esa canción en una de sus obras. Y raudo me he puesto a indagarlo, con un resultado positivo. En efecto, en su poema sinfónico Salamanca, de 1916, puede oírse durante aproximadamente un minuto (concretamente, a partir del 6'15'') la melodía de nuestro querido burro. La pieza musical está estructurada en tres partes, que se corresponden con temas del cancionero salmantino recopilado por Dámaso Ledesma, estando el tercero dedicado a una riverana. La melodía se percibe primero a través del sonido de un oboe; luego, de una flauta dulce; y como colofón, del conjunto de la orquesta, para finalmente irse diluyendo en la vorágine de la composición. Quede, pues, la muestra de cómo una canción popular mereció ser recordada por un insigne compositor. 

En el Día del Burro, nada mejor que cantar "El burro de Villarino"


Nos ha recordado nuestro amigo José Manuel que hoy es el Día del Burro. A ello no es ajena su hija Belén, dedicada a su conservación en la comarca portuguesa del Miranda do Douro. Para un salmantino de nacimiento, como es mi caso, el mencionar a ese animal nos lleva a la canción "El burro de Villarino". De origen popular -y muy popular, por conocida y cantada-, tiene su origen en el pueblo que le da nombre: Villarino de los Aires. Situado en los Arribes del Duero, al noroeste de la provincia, y lindante con la comarca portuguesa antes aludida, está en uno de los tramos de lo que se conoce como la raya, esto es, la frontera entre los dos países.

Para conocer mejor esta realidad no está de más leer una entrevista de hace tres años a Luis Falcón, publicada en el Diario de Valladolid. Escritor y periodista, nació en el pueblo y reivindica el carácter singular que tienen las tierras que comparten, cada una en su orilla correspondiente, el segundo río más caudaloso y largo de la Península Ibérica"la raya húmeda que es el Duero y el Douro. Sobre este espacio geográfico compartido están el planteamiento político, el geográfico y el sociocultural. Son más las semejanzas que las diferencias". Y sobre la canción nos dice que "posiblemente en toda Castilla y León no exista una canción tradicional con más trascendencia mundial que el burro de Villarino". 

Y, en efecto, su melodía, con parte de la letra y/o alguna que otra adaptación, se cantaba durante los años 60 y 70 para denunciar la dictadura franquista. E incluso, más allá del Atlántico, lo hicieron el argentino Atahualpa Yupanqui o los chilenos Rolando AlarcónVíctor Jara, en compañía de Quilapayún, y este mismo grupo por sí solo.

Hay muchas versiones populares de la canción en cuanto a la letra, no así en su música. E incluso no faltan variantes en el uso de algunas palabras, como murió/muriú, burro/burru, vinagre/vinagre, llevó/llevú, Dios/Dius, hocico/hocicu, mohíno/mohinu..., que no es otra cosa que el eco que va quedando en algunos lugares, sobre todo del medio rural, de la antigua lengua leonesa. En las fiestas de los pueblos y de la propia capital se canta acompañada de la gaita y el tamboril. Dos instrumentos que forman parte del acervo cultural de la mayor parte de la provincia salmantina, especialmente en sus partes central, occidental y meridional. La versión que dejo para que se escuche es de Gabriel Calvo. Vamos allá.

Ya se murió el burro
que acarreaba la vinagre,
ya lo llevó Dios
de esta vida miserable.

Que tururururú,
que tururururú,
que tururururú,
que tururururú.

Él era valiente,
él era mohíno,
él era el alivio
de todo Villarino.

Que tururururú...

¿No te acuerdas, burro, 
camino de Pereña? 
Tú tirabas coces 
y yo te daba leña.

Que tururururú...

Estiró la pata,
arrugó el hocico
y con el rabo tieso decía:
“¡Adiós, Perico!”.

Que tururururú...

Todas las vecinas
fueron al entierro
y la tía María
tocaba el cencerro.

Que tururururú...

A los ocho días,
después de haber muerto,
resucitó el burro
para el testamento.

Que tururururú...

A Juan dio la cincha;
a Pedro, la albarda;
y a Andrés, las orejas
para unas sandalias.

Que tururururú...

Al amo, los dientes;
el rabo, al criado;
y al ama, el pellejo
para hacerse un sayo.

Que tururururú,
que tururururú,
que tururururú,
que bien lo sabes tú.

(Imagen: Lecturas infantiles de España y América; Salamanca, Anaya, 1965).-

martes, 7 de mayo de 2024

"Abre los ojos", de El rey de las ratas


Tranquilo, Marcos, que también hay para ti. Cuando me llegó el mensaje de tu madre con el audiovisual de tu canción "Abre los ojos", tenía medio preparado lo de Beethoven -que no es poco-, pero eso no ha impedido que te haya hecho un hueco. ¡Cómo no, artista! Aquí dejo para escuchar y ver tu grito de rebeldía.

(Realización y producción: Diego Alonso y Marcos Valverde; cámaras: Juan Narciso Alcaraz Cansado y Antonio Manuel Morales Morales; grabación, mezcla y mastering de audio: MalverdeStudios; 2919). 

Segundo centenario de la 9ª Sinfonía de Beethoven


Tal día como hoy de hace 200 años se estrenó en Viena la 9ª Sinfonía en re menor, opus 125 (Coral) de Ludwig van Beethoven, conocida también, indistintamente, como Sinfonía Coral o Sinfonía de la Alegría. En ambos casos, porque en su cuarto movimiento el autor introdujo un texto del poeta  Friedrich Schiller para ser cantado en coro. La célebre "An die Freude" ["Oda de la Alegría"], que muestro para su lectura. Y en este segundo centenario, nada mejor que escuchar en su totalidad la obra del genial músico alemán y en ella, al final, su cuarto movimiento
(interpretada por la West-Eastern Divan Orchestra, con dirección de Daniel Barenboim, desde el Royal Albert Hall de Londres, 2012).

Oda a la Alegría

¡Oh amigos, cesad esos ásperos cantos!
Entonemos otros más agradables y
llenos de alegría.
¡Alegría, alegría!

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses
hija del Elíseo!
¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado,
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave.

Quien haya alcanzado la fortuna
de poseer la amistad de un amigo, quien
haya conquistado a una mujer deleitable
una su júbilo al nuestro.
Sí, quien pueda llamar suya aunque
sólo sea a un alma sobre la faz de la Tierra.
Y quien no pueda hacerlo,
que se aleje llorando de esta hermandad.

Todos los seres beben la alegría
en el seno de la naturaleza,
todos, los buenos y los malos,
siguen su camino de rosas.
Nos dio ósculos y pámpanos
y un fiel amigo hasta la muerte.
Al gusano se le concedió placer
y al querubín estar ante Dios.

Gozosos, como los astros que recorren
los grandiosos espacios celestes,
transitad, hermanos,
por vuestro camino, alegremente,
como el héroe hacia la victoria.

¡Abrazaos, criaturas innumerables!
¡Que ese beso alcance al mundo entero!
Hermanos!, sobre la bóveda estrellada
tiene que vivir un Padre amoroso.

¿No vislumbras, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo sobre la bóveda estrellada.
Allí, sobre las estrellas, debe vivir.

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses
hija del Elíseo!
¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado,
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave.
 
¡Alegría, hermosa chispa de los dioses,
hija del Elíseo!
¡Alegría, bella chispa divina!

sábado, 4 de mayo de 2024

Respeto, reparación y memoria a las 12 víctimas mortales del fascismo en Barbate


Hace unos días se ha hecho público el informe redactado por tres miembros de la 
relatoría especial sobre la promoción de la verdad, la justicia y la reparación de la ONU acerca de la normativa aprobada por parte de tres comunidades autónomas gobernadas por PP y Vox. Dicho informe, todavía no vinculante, ha  sido la primera respuesta a la denuncia formulada desde el Gobierno central después que se hayan aprobado en Aragón, Castilla y León y la Comunidad Valenciana respectivas leyes sobre lo que se ha calificado como de "concordia". Leyes que inciden directamente, de una manera negativa, en la normativa  general española aprobada sobre la necesidad de seguir indagando y reconociendo a las víctimas ocasionadas por el bando sublevado entre 1936 y 1939, y durante la dictadura franquista. En un pasaje del texto se llega a decir que "podrían afectar a la obligación del Estado Español, incluyendo sus poderes y entidades nacionales y/o locales, en materia de derechos humanos, de garantizar la preservación de la memoria histórica de graves violaciones de derechos humanos”.

Teniendo en cuenta la gravedad de lo antes referido, me voy a centrar en el caso que mejor conozco: Barbate. En lo que desde 1938 se conformó como un nuevo municipio tenemos conocimiento documentado de 10 vecinos que fueron víctimas de la represión habida tras el golpe militar de julio de 1936. Personas que fueron asesinadas entre finales de julio de 1936 y el 24 de marzo de 1937.

De 5 sabemos dónde las mataron: Francisco Tato Anglada, Francisco Domínguez Benítez, Francisco López Ramírez, José Utrera Rivera y José Melero Ladrón de GuevaraDe los cinco restantes lo ignoramos. En tres casos disponemos de alguna pista, pero no certezas: Francisco Braza Basallote, Manuel Abel Romero y Francisco Utrera Rivera. En dos, ninguna: Antonio Oliva Ramírez y Juan Porta Crespo. Todos, menos Francisco Tato Anglada, están desaparecidos. Dos fueron fusilados tras un consejo de guerra: José  Melero Ladrón de Guevara y José Utrera Rivera. Los restantes fueron pasto de las patrullas de la muerte. Y a ellos tenemos que añadir otros dos barbateños que, una semana antes del golpe militar, fueron abatidos por las balas de un pistolero fascista: los hermanos Juan  y Manuel Caro Marín, de los que sabemos dónde tuvo lugar el atentado, dónde murieron y dónde los enterraron. Pero ya no están en sus tumbas. 

Éstas son las víctimas, y lo que sabemos, expuesto muy sintéticamente, sobre sus profesiones, y los lugares y las fechas de su muerte:

Manuel Caro Marín: albañil; Barbate; 11-07-1936.
Juan Caro Marín: albañil; Cádiz; 12-07-1936.
Francisco Braza Basallote: agricultor; ¿La Muela, Vejer de la Frontera?; finales de julio de 1936.
Francisco Tato Anglada: farmacéutico; Fuente del Viejo, Barbate; 21-08-1936.
Manuel Abel Romero: maestro; ¿Pino Gordo, Puerto Real?; ¿22-08-1936?
Antonio Oliva Ramírez: marinero; lugar desconocido; septiembre de 1936.
Juan Porta Crespo: mariscador; lugar desconocido; septiembre de 1936.
Francisco Domínguez Benítez: ¿?; Cádiz; 19/21-10-1936.
Francisco Utrera Rivera: almadrabero; ¿El Puerto de Santa María?; 17/18-02-1937.
Francisco López Ramírez: almadrabero; ¿El Puerto de Santa María?18-02-1937.
José Melero Ladrón de Guevara: marinero; Algeciras; 24-03-1937.
José Utrera Rivera: marinero; Algeciras; 24-03-1937.

Les debemos respeto, reparación y memoria.