Estuvimos ayer en Trebujena, donde ha tenido lugar el Trebufestival de música callejera, que ha estado complementado con otras actividades, como la artesanía, la gastronomía o la pintura, sin que haya faltado la presencia del mosto trebujenero. Dentro de un ambiente extraordinario, con numerosas gentes de diversas procedencias y en medio de unas calles engalanadas con banderines y pancartas, encontré a Lola, una joven artista sevillana que estaba en pleno proceso de creación y, más concretamente, se encontraba pintando un retrato de Federico García Lorca. Gracias a su generosidad, tuve la suerte de poder captar con mi cámara de fotos uno de los momentos de su labor, que, como puede verse en las imágenes, llama la atención por su buen hacer. Hace unos años ya me referí al espacio propio que el literato granadino tiene en la localidad, gracias a la escultura de Augusto Arana que en su día se instaló en la céntrica plaza que lleva también su nombre. Trebujena y García Lorca, pues, siguen unidos por la cultura.
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Al
poco de enviarle el enlace de la entrada, mi amiga María José me respondió con
unos versos del propio Federico. Forman el poema “Al oído de una muchacha”. Dicen
así:
No quise.
No quise decirte nada.
Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de
oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.