Jesús María Montero Barrado
El
número de personas relacionadas con Barbate que fueron asesinadas durante la
Guerra Española lo había cuantificado en nueve[1]. Se trata de Francisco Braza
Basallote, Manuel Abel Romero, Francisco Tato Anglada, Antonio Oliva Ramírez,
Juan Porta Crespo, Francisco Domínguez Benítez, Francisco Utrera Rivera, José
Melero Ladrón de Guevara y José Utrera Rivera
A ellas añadí otras dos, los hermanos Juan y Manuel Caro Marín, que fueron
víctimas de un atentado perpetrado por un pistolero falangista el día 10 de
julio de 1936. E, incluso, me atreví a
incorporar a ese listado a José Miranda de Sardi, que residía en Cádiz en el
momento de su muerte, pero que había sido vecino de Barbate entre 1923 y 1931,
donde adquirió cierta notoriedad pública. En total nos encontrábamos con doce
víctimas mortales de la represión.
Ahora
hay que añadir una víctima más, después que haya podido descubrir y probar
documentalmente que Francisco López Ramírez, hasta ahora contabilizado como una
víctima de Vejer de la Frontera[2], fue un marinero que residía en Barbate,
donde trabajaba en su almadraba. De esta manera, estamos ante diez vecinos de
Barbate, incluyendo a las localidades que desde 1938 pasaron a formar parte del
nuevo municipio, que fueron asesinados tras el golpe militar entre los meses de
julio de 1936 y marzo de 1937. Como ocurre con otros nueve de ellos (sólo de
Francisco Tato Anglada sabemos dónde está enterrado), Francisco López Ramírez
también está desaparecido. Dicho todo lo anterior, la suma de víctimas mortales
de la represión durante esos años, entre julio de 1936 y marzo de 1937, hay que
elevarla, pues, a trece.
1. Hacia el conocimiento de la décima
víctima mortal de Barbate
Una nueva pista
Con
motivo de tres actos públicos en los que he participado en las localidades de
Barbate y Zahara de los Atunes, en dos de los cuales tuve la ocasión de
presentar mi libro Fascismo y represión en Barbate durante la guerra[3], se me
han ido acercando varias personas interesándose por algunos de sus familiares
que, de una u otra forma, han sufrido represalias. Entre ellas han estado Ana
Pelayo Alba y Francisco Valencia Alba, que tienen lazos de parentesco con
Concepción García Castillo. Esta última, que era la viuda de Francisco López
Ramírez, fue acogida a principios de los años setenta por Francisca Alba
García, sobrina suya y residente en Zahara de los Atunes. Francisca era la
madre de Ana Pelayo Alba y, a su vez, tía de Francisco Valencia Alba. A la información que me han transmitido oralmente
hay que añadir la contenida en varios documentos personales conservados por
Ana. Toda esa información ha sido de gran valor, pues ha resultado muy
esclarecedora sobre aspectos importantes, hasta ahora desconocidos, de las
vidas de Francisco López Ramírez y Concepción García Castillo.
Las
referencias que hice en mi libro al matrimonio formado por Francisco López
Ramírez y Concepción García Castillo se habían basado en tres fuentes: la
documentación contenida en el Archivo Municipal de Barbate, fechada en 1979,
donde aparece Concepción García Castillo haciendo unas gestiones para poder
recibir una pensión como viuda de víctima mortal de guerra; el expediente que
le abrió en 1942 el Tribunal Provincial de Contrabando por la venta de una
pequeña cantidad de tabaco, que se encuentra en el Archivo Histórico Provincial
de Cádiz; y, por último, las declaraciones hechas por una vecina de Zahara de
los Atunes telefónicamente en septiembre de 2020 y que Agustín Conejo Medina me
facilitó generosamente.
En
las dos primeras fuentes los datos disponibles, siendo de interés sobre algunos
aspectos de sus vidas, resultan insuficientes para poder trazar un perfil más
completo de lo que ocurrió realmente. Y sobre la tercera de las fuentes se
cometieron varios errores, seguramente derivados de la edad avanzada de la
persona informante. Ahora sabemos que Concepción García Castillo no había
nacido en Zahara de los Atunes, sino en Conil de la Frontera, y que la persona
que la acogió en esa localidad no era una prima, sino su sobrina Francisca Alba
García. Por otro lado, con quien se casó, del que la informante desconocía su
nombre, pero al que se refirió con los sobrenombres de “Currito” o “Carburo”,
no era vecino de la localidad de Vejer de la Frontera, sino de Barbate, donde
vivía con su esposa.
El
punto de partida de lo que ha acabado siendo una aproximación a las vidas de
Francisco López Ramírez y Concepción García Castillo fue la breve conversación
que mantuve con Francisco Valencia Alba en la Casa de la Cultura de Barbate, el
pasado 10 de marzo. Como ya he indicado
antes, es sobrino nieto de Concepción. Fue el momento que percibí que con
Francisco López Ramírez nos encontrábamos ante una nueva víctima mortal de la
represión habida en Barbate tras el golpe militar de 1936. Las pistas que me
dio me llevaron a sacar esa conclusión. Pero para entenderlo, mejor
es ir por partes.
Cerca de dos horas de conversación con
Francisco Valencia Alba
Una
semana después, el día 18 de marzo, tuve la ocasión de hablar largo y tendido
con Francisco Valencia Alba. Lo hicimos en el bar El Cifu, sito en el Paseo
Marítimo, y como resultado obtuve bastantes datos acerca de las vicisitudes
sufridas por el matrimonio que nos ocupa.
Sobre
Francisco López Ramírez me dijo que ignoraba cuál era el municipio donde había
nacido, pero me aportó un dato relevante: durante esos años era vecino de Barbate, ya que trabajaba como marinero en la
almadraba. Añadió que era “enlace sindical”, si bien ignoraba su afiliación, y
que su mujer dijo en algunas ocasiones que era muy reivindicativo. Unas semanas
después del golpe militar, coincidiendo con el bombardeo del Churruca, se
desplazó con su mujer a Conil de la Frontera, de donde ésta era originaria y
creía que había nacido en 1900. Pasado un tiempo, decidieron regresar a Barbate.
Este hecho supuso que Francisco acabara siendo detenido.
Francisco
fue trasladado a la prisión de El Puerto de Santa María y la propia Concepción
se desplazó a vivir a ese municipio con el fin de estar más cerca para poder
visitarlo. Incluso, cuando le comunicaron su muerte, llegó a llamar asesinos a
quienes lo mataron. El sobrino también aludió a la existencia de dos cartas de
despedida escritas por Francisco a Concepción, cuyo contenido era emotivo, pero
que no sabía de su paradero.
Ya viuda,
Concepción pasó a residir a la vivienda de su sobrino Cristóbal Alba García, a
quien había criado cuando era niño. Siguió viviendo con él incluso cuando se
casó, ayudando a criar también a sus hijos e hijas. Habló del matrimonio de
Cristóbal con Antonia Varo Alvarado, que pertenecía a la familia que adquirió
años más tarde el Cortijo del Moro, en las cercanías de Zahara de los Atunes,
que fue, a su vez, el motivo por el que parte de la familia de Cristóbal
acabara trasladándose desde Conil de la Frontera.
La entrevista con Ana Pelayo Alba en Zahara
de los Atunes
Gracias
a las gestiones de Agustín Conejo Medina, alcalde de la localidad zahareña, me
entrevisté el día 23 de marzo con Ana Pelayo Alba, que me recibió amablemente
en su domicilio. Hija de Francisca Alba García y sobrina nieta de Concepción,
me proporcionó unos documentos muy valiosos, cuyo contenido no sólo complementa
la información que me había transmitido Francisco Valencia Alba, sino que, ante
todo, permite certificar un aspecto crucial de la vida de Francisco López
Ramírez: la fecha, el lugar y la causa de su fallecimiento, así como el lugar
donde fue enterrado.
Ana
se refirió a Concepción como una mujer lúcida, pese a ser analfabeta, y muy
activa a lo largo de toda su vida, incluso ya octogenaria. Sólo la pérdida de
la visión la llevó durante unos años a cierta postración, aunque cuando fue
operada de cataratas, ya en los años ochenta, pudo recuperarla.
Los
documentos que me facilitó se corresponden con Francisco López Ramírez, salvo
uno, que lo es de su mujer. De Francisco son los siguientes: un escrito oficial
del Comandante General del Apostadero de Cádiz, mediante el cual se le concede
el pase a la reserva después que se decidiera en diciembre de 1916 que “no pasó
al servicio activo por corresponderle quedar excedente de cupo”[4]; la Libreta
de Inscripción Marítima, emitida en 1914 y en la que, entre otras cosas, consta
que nació en Campano, dentro del término municipal de Chiclana de la Frontera,
el 7-11-1896 y que tenía su domicilio en Conil[5]; una certificación, emitida
por la Estación Sanitaria […] para la Almadraba, de haber recibido en 1923 la
“vacuna antivariciosa”[6]; una fotografía suya, fumando un cigarrillo, hecha
junto a la puerta de una vivienda[7]; y una Certificación Literal de
Inscripción por defunción, emitida en 1981 por el Ministerio de Justicia,
sección Registros Civiles, de la delegación de Cádiz[8].
Sobre
este último documento no está de más detenerse un poco, dada su relevancia:
consta que nació el 7-11-1896 en Chiclana de la Frontera y que su último
domicilio estuvo en la Prisión Central de El Puerto de Santa María; su
defunción tuvo lugar el 18-02-1937 en el cementerio de esa localidad,
especificándose “hora no consta”; como causa se indica que “Fusilamiento”; y
finalmente aparece que fue enterrado en el interior de dicho cementerio.
Y en
cuanto al documento que corresponde a Concepción García Castillo, en el que
figura una fotografía suya, se trata de un Salvoconducto Especial del Gobierno
Militar del Campo de Gibraltar, emitido el 16-02-1945 y con validez hasta el
31-12-1945. En el mismo se indica que tenía como finalidad “circular libremente
por el territorio de este Campo”. El resto son datos personales, tales como la
edad de 44 años, el domicilio en Barbate, el estado civil de casada y la
profesión, referida como “sus labores”.
Ordenando los nuevos datos
Con
los datos obtenidos consideré oportuno empezar a trazar las líneas generales de
un artículo que recogiera dos cosas: en primer lugar, una aproximación a la
vida de Francisco López Ramírez; y, en el caso de de Concepción García Castillo, también una
reconstrucción de lo que hasta ahora conocíamos, corrigiendo errores
involuntarios. Aun cuando ya había pergeñado dichas líneas, me decidí a
publicar en mi blog personal los hallazgos encontrados, principalmente sobre
Francisco López Ramírez. El motivo obedeció al hecho relevante de ser la décima
víctima mortal de la represión habida en Barbate. Fue así como el 28 de marzo
apareció la entrada “Francisco López Ramírez, una víctima mortal más de la
represión fascista en Barbate”[9], en cuya cabecera pueden verse las fotografías
del matrimonio. Con ellas, a través de sus rostros, buscaba, además,
visibilizar sus figuras.
Ese
mismo día volví a hablar, esta vez telefónicamente, con Ana Pelayo Alba, que me
habló del interés que tenía de hablar conmigo otra prima suya, Juana Alba Varo,
hija de Cristóbal Alba García. Así mismo, me avanzó que dicho familiar le había
hablado de que Concepción, tras la muerte de su marido, estuvo durante un
tiempo “sirviendo en una casa” y que en la vivienda de su padre, Cristóbal,
situada en la calle Agustín Varo, Concepción solía vender pequeñas cantidades de algunos productos, no
faltando procedentes del contrabando.
Con
Francisco Valencia Alba, por su parte, mantuve durante esos días dos
conversaciones telefónicas y una nueva entrevista. En la primera de ellas, el
mismo día 28, me dijo que en la familia Concepción era nombrada como “la Tía”
y, dada su edad, era tratada como si fuera una abuela, siendo, por supuesto,
una mujer muy apreciada. Y en la conversación del día siguiente, relacionada en
un principio con la información que acababa de recibir procedente del Archivo
Histórico Provincial de Cádiz, y a la que me referiré más adelante, me hizo una
aclaración sobre algo que me había contado el día 18 de marzo, pero que no
recogí: Concepción García Castillo se fue a vivir a las cercanías a El Puerto,
“sirviendo en una casa”, un dato que completaba lo que Ana Pelayo Alba me había
transmitido de la hija de Cristóbal.
La
entrevista del día 31 de marzo, que tuvo lugar de nuevo en el bar El Cifu, tuvo
como finalidad que aclarara algunas dudas. Así, se refirió a varios aspectos de
la familia de Concepción y su ligazón con Conil de la Frontera, destacando que
Cristóbal Alba García había llegado desde ese municipio para estar con ella,
pero ignorando cuándo ocurrió. Dicho sobrino pudo haber nacido hacia 1919,
falleciendo en 2001. Sobre la muerte de Francisco, a Concepción le entregaron un canasto con su ropa cuando le
dieron la noticia. Y sobre la fecha de la marcha de Concepción a Zahara de los
Atunes, pudo haber tenido lugar en 1972.
Las novedades localizadas en el Archivo
Histórico Provincial de Cádiz
El
día 28 de marzo recibí una llamada de Francisco Conde Malia[10], archivero de
la Diputación Provincial de Cádiz, al hilo de la entrada que había publicado en
mi blog. Me comunicó que se había puesto en contacto con el director del
Archivo Histórico Provincial de Cádiz, donde se encuentra la documentación de
las personas que estuvieron en la Prisión Central de El Puerto de Santa María.
Dado que días antes, por mi parte, había consultado la base de datos que se encuentra
publicada en la red electrónica, donde no aparece el nombre de Francisco López
Ramírez, decidí llamarlo por teléfono para mostrarle mi extrañeza. Me indicó
que lo mejor es que hablara con el director del Archivo, Santiago Saborido,
cosa que hice al día siguiente. La atención que me prestó fue exquisita, hasta
el punto de enviarme de inmediato por correo electrónico el expediente
carcelario de Francisco López Ramírez, así como el que le pedí relativo a
Francisco Utrera Rivera, dado que su nombre tampoco aparece en la base de datos
antes referida.
¿Por
qué mi interés también en esa última persona? Porque en la redacción del
artículo que estoy preparando empecé a encontrar algunos lazos importantes
entre Francisco López Ramírez y Francisco Utrera Rivera. Me había llamado la
atención que los dos, que eran almadraberos, salieron el mismo día, el
17-02-1937, desde la prisión de El Puerto hacia la de Cádiz, a lo que hay que
unir la casi coincidencia de sus fechas de defunción.
Pero
volviendo a Francisco López Ramírez, en su expediente de la prisión portuense
resultan llamativas varias cosas: su ingreso, procedente de Barbate, el día
7-10-1936; también, que dicho expediente estaba unido al de otro barbateño,
Diego Ligero Ligero, una persona sobre la que disponemos de una información no
aclarada sobre su paradero final; que el día 16-02-1937 se transmitió desde la
Delegación de Orden Público la orden de ser enviados él y Francisco Utrera
Rivera a la cárcel de Cádiz; y, por último, que la salida de la cárcel de El
Puerto se efectuó al día siguiente, el 17.
Y en
cuanto al expediente de Francisco Utrera Rivera, que ya conocía y sobre el cual
he tratado en mi libro, reparé en un detalle que por mi parte había pasado
desapercibido hasta ese momento: la constancia escrita de su traslado a la
cárcel de Cádiz acompañado de Francisco López Ramírez, tal como se había
ordenado el día anterior y que aparece en el expediente del último.
Hablando con más familiares
Otros
dos familiares de Concepción García Castillo se sumaron a mis conversaciones.
Con Isidoro Alba Moreno entablé una conversación el día 4 de abril, que, aunque
corta, resultó provechosa. Abundó sobre la procedencia conileña de varios
miembros de la familia Alba, el grueso de la cual se instaló en el Cortijo del
Moro, como fue el caso de su padre. También se refirió al hecho de que con el
paso de los años esos familiares se fueron dispersando entre Zahara de los
Atunes y Barbate. No faltó relacionar ese hecho con el matrimonio de Cristóbal
Alba García con Antonia Varo Alvarado, por ser la familia de ésta la que había
adquirido dicha finca agropecuaria.
Mayor
relevancia han tenido las entrevistas telefónicas que mantuve los días 1 y 2 de
junio con Alonso Alba Varo, hijo de
Cristóbal Alba García y Antonia Varo Alvarado. Gracias a él he conocido
más pormenores de la familia, tanto por vía paterna como materna, y de una
manera especial, de Concepción García Castillo, “la Tía”, que lo cuidó de niño,
así como al resto de sus hermanos y hermanas. Aunque no ha podido precisar la
fecha exacta en que llegó su padre a Barbate, hemos podido establecer una
aproximación atendiendo al año de nacimiento y a la edad que tenía cuando lo
hizo: entre 1937 y 1939, esto es, al poco de quedar viuda su tía Concepción.
Sigue quedando pendiente, sin embargo, la fecha concreta en que se instalaron
en Barbate su tía y Francisco López Ramírez.
2. Una primera aproximación biográfica de
Francisco López Ramírez
Nacimiento y primeros años de vida
Francisco
López Ramírez nació el 7 de noviembre de 1896 en Campano, perteneciente al
municipio de Chiclana de la Frontera, cuyo padre se llamaba José Eugenio López
y su madre, María Rosa Ramírez [11]. Aunque no sabemos más sobre ese aspecto,
se trataba de un lugar donde se habían instalado entre finales del siglo XIX y
principios del XX dos colonias agrícolas con tintes de reformismo social: una,
en 1884, por Manuel José Bertemati y Pareja, marqués Bertemati, un empresario
vinatero que tenía sus raíces en Jerez de la Frontera y era liberal en lo
político; y la otra, por el padre Salado y su Sindicato de Obreros Viticultores
de Chiclana[12].
No
sabemos cuándo Francisco acabó trasladándose a Conil de la Frontera, cuyo
término municipal linda con la zona de Campano, y si lo hizo solo o acompañando
a su familia, pero al menos sí tenemos constancia de que ya estaba avecindado
en Conil en mayo de 1914. Ése fue el momento en que, a la edad de 18 años,
llevó a cabo la inscripción administrativa preceptiva para poder dedicarse a
las labores de pesca. Dos años después le correspondió hacer el servicio
militar, lo que supuso que estuviera destinado inicialmente en el denominado
Trozo de Conil, que formaba parte de la Brigada de Cádiz. Finalmente no acabó
pasando al servicio activo, dado que se vio favorecido por la situación de
“excedente de cupo”. Eso no fue óbice para que durante los ocho años
siguientes, hasta 1924, tuviera que mantenerse en la situación de reserva.
Sobre
su matrimonio con Concepción García Castillo, que había nacido en 1900 en Conil
de la Frontera, ignoramos cuándo se formalizó el enlace. En todo caso, en abril
de 1923 ya estaban casados y en ese mismo año, además, Francisco estaba
trabajando en una de las dos almadrabas que por esos años había en Conil de la
Frontera[13].
Vecino de Barbate
Pasados
los años, en fecha también desconocida, el matrimonio acabó trasladándose a
Barbate, donde Francisco siguió ejerciendo su oficio de almadrabero. Buscando
una posible explicación de ese cambio de residencia, no hay que perder de vista
que en los años 20 se vivió un descenso generalizado en el volumen de las
capturas de atún en la costa atlántica andaluza. Sólo una de las dos almadrabas
conileñas, la de Torre Atalaya, logró mantenerse entre las once que estaban
instaladas en las provincias de Huelva Y Cádiz, después que a finales de la
década el Consorcio Nacional Almadrabero, constituido en 1928, llevara a cabo
una remodelación[14]. Dicha almadraba, además, acabó siendo cerrada a finales
de 1934[15]. En todo caso, no creemos que ese último año fuera el momento de la
llegada de Francisco y Concepción a Barbate.
Independientemente
de cuál fuera el momento concreto, lo que parece claro es que no resulta
extraño que se produjera el cambio de almadraba. Barbate estaba conociendo
desde años atrás un importante crecimiento económico, lo que supuso la
consiguiente afluencia de mano de obra procedente de otros municipios gaditanos
y de algunas provincias andaluzas. Quienes no podían emplearse en las
embarcaciones de cerco (que, pese a la dureza de su trabajo, proporcionaban un
empleo para todo el año), lo hacían principalmente en la almadraba calada en la
bahía barbateña, que en esos años era, con diferencia, la segunda más rentable,
después de la chiclanera de Sancti Petri, entre las existentes en la costa
suratlántica andaluza[16]. Ese traslado fue a lo que recurrieron, voluntaria o
forzosamente, conileños como Francisco, así como trabajadores procedentes de distintos
municipios de Huelva, Almería o Málaga, e incluso de Portugal[17].
Ya en
Barbate, sabemos que el matrimonio vivió en la calle Escalerilla, en los
aledaños de la barriada del Zapal. También, que era de ideas socialistas y
llegó a ser elegido representante sindical[18]. Con toda seguridad lo sería en
representación de la CNT[19], dado que a esa central pertenecía el que acabó
siendo el único sindicato de pesca existente en la localidad: el Sindicato de
la Industria Pesquera. Aunque en 1932 se había formado el sindicato “La Naval”,
que estaba adscrito a la UGT, al poco sus miembros, incluido su principal
dirigente, Antonio Muñoz Soler, acabaron integrándose en dicho sindicato de la
CNT. Esta central llegó a contar con alrededor de 1.700 personas afiliadas en
la primavera de 1936[20], lo que nos da una idea de la dimensión e influencia
que tuvo en esos años, y especialmente en la primavera de 1936.
Condiciones de trabajo en las almadrabas
Ser
marinero de las almadrabas no era una tarea fácil en esos años. Al carácter
estacional del empleo se unían unas condiciones laborales muy duras. Las
jornadas y el ritmo de trabajo eran de tal envergadura en los momentos de la
recogida de los atunes y su preparación para ser manufacturados o exportados en
fresco, que en un informe elaborado en 1930 y dirigido al ministro de Marina se
llegó a reflejar lo siguiente: “que, en las almadrabas, no rigen las leyes
sociales; que no existe la jornada legal de ocho horas; que los salarios son
los mismos cualesquiera que sea la jornada algunas veces de diez y ocho y
veinte horas, que no se practica la ley del descanso semanal”[21].
Las
almadrabas de Barbate y Zahara de los Atunes habían estado hasta 1928 en manos
de la familia Romeu, desde que hacia 1880 el empresario levantino Serafín Romeu
Portas obtuviera su arrendamiento, concedido por el Estado. Después, sobre todo
con su hijo, Serafín Romeu Fages, el emporio empresarial fue extendiéndose
hacia otros municipios gaditanos y onubenses. Sus inversiones en el sector
pesquero, tanto extractivo como productivo, llegaron hasta la ciudad de Génova,
en Italia[22]. Serafín Romeu Fages también participó en el mundo de las
finanzas, siendo nombrado en 1924 consejero del Banco de España[23]. Miembro,
pues, de la oligarquía y al bloque de poder de la Restauración, no le faltó ser
elegido diputado en el Congreso, como miembro del Partido Liberal, entre los
años 1914 y 1923[24]. Como colofón de esa vinculación con el régimen de la
Restauración, le fue concedido en 1922 el título nobiliario de Conde de
Barbate. Y ya desde 1928, cuando se constituyó el Consorcio Nacional
Almadrabero a instancias del gobierno de la Dictadura de Miguel Primo de
Rivera, se convirtió en uno de sus principales accionistas.
Fue
en este contexto social en el que se convocó en el mes de junio de 1936 una
huelga general del sector almadrabero en toda la provincia gaditana. Iniciada
el día 11, durante las jornadas siguientes las localidades donde se mantuvo el
paro fueron escenario de varias movilizaciones, lo que provocó que se llevaran
a cabo acciones represivas por parte de las fuerzas de orden público[25]. En
algunas localidades, como en la capital o el propio Barbate, no faltaron
muestras de solidaridad de trabajadores de otros gremios. En las negociaciones
que se mantuvieron en el seno del jurado mixto constituido para la ocasión, la
representación obrera defendió que en “los cuadros de pescado” había pesca
suficiente para hacer frente a los agobios a los que aludían los empresarios,
teniendo en cuenta que el valor era de
14 ó 15 millones de pesetas[26].
Entre
los dirigentes almadraberos más significativos estuvo el barbateño Francisco
Utrera Rivera, que actuó como uno de los dos representantes sindicales
encargados de negociar con la patronal[27]. Algunos meses después, como nos
referiremos más adelante, su destino se uniría al de Francisco López Ramírez,
que actuaba como uno de los delegados sindicales. Sobre este aspecto, su esposa
Concepción recordaría con el paso del tiempo que “era muy reivindicativo”[28].
El clima de terror tras el golpe de julio
de 1936
Una
vez que se produjo el golpe militar de julio, Francisco y Concepción se
mantuvieron durante unas semanas en Barbate[29]. Al parecer, por los
comentarios hechos años después por Concepción, no se sentía amenazado, pues
creía que no había hecho nada malo. Por ese motivo se negó a huir a la zona republicana,
algo que estaban haciendo bastantes personas ante el cariz que iban tomando los
acontecimientos. Algunas aprovecharon su estancia en el norte de Marruecos,
mientras faenaban en sus costas, y otros lo hicieron desde Barbate o Zahara de
los Atunes, vía monte El Retín hacia la sierra de Cádiz[30].
Coincidiendo
con el bombardeo del buque “Churruca” contra las instalaciones del Consorcio
Nacional Almadrabero, acaecido el 25 de agosto, el matrimonio tomó la decisión
de trasladarse a Conil de la Frontera. Ese hecho había generado una especie de
desbandada en parte de la población, que se diseminó por varios lugares del entorno (el pinar de
la Breña, la Barca de Vejer…), ante el temor de que el ataque estuviera dirigido
contra la población[31]. Lo que en realidad había ocurrido con el bombardeo fue
el intento por parte de la armada republicana de cortar el suministro a las
tropas sublevadas de aceite y combustible almacenados en esas instalaciones
industriales[32].
Durante
las semanas que siguieron al golpe militar se creó entre buena parte de la
población del conjunto del municipio de Vejer de la Frontera un clima de miedo,
si no de terror, teniendo en cuenta las noticias que iban llegando sobre
detenciones, asesinatos y huidas de numerosas personas, en su mayoría
pertenecientes a las organizaciones políticas y sindicales relacionadas con el
Frente Popular. En el caso de Barbate se fueron sucediendo detenciones de
personas, algunas de las cuales iban desapareciendo y eran asesinadas. Así,
entre finales de julio y primeros de agosto desaparecieron Manuel Abel Romero,
que era maestro de Zahara de los Atunes y estaba afiliado al PSOE, y Francisco
Braza Basallote, agricultor de San Ambrosio y concejal por el PSOE en el
Ayuntamiento de Vejer de la Frontera.
El
día 20 de julio fue detenido Francisco Tato Anglada, alcalde pedáneo, y el 21
de agosto fue asesinado[33]. También perecieron Juan Porta Crespo, a finales de
ese mismo mes, y Antonio Oliva Ramírez, a principios de septiembre[34]. Los dos
habían sido detenidos a finales de julio y
durante unos días fueron compañeros de Tato Anglada en la angosta cárcel
municipal de Vejer de la Frontera. Finalmente los tres fueron trasladados el
día 29 de julio a la Prisión Provincial de Cádiz, para ser incluidos en la misma
causa judicial, que se abrió el 31 del mismo mes.
El
último de los asesinados de este periodo, que ha llegado a calificarse como de
“ola exterminadora”[35], fue el de Francisco Domínguez Benítez, detenido el 1
de agosto y enviado al poco a la cárcel de la capital. En este centro estuvo
recluido hasta el 19 de octubre, momento en que fue enviado al penal de El
Puerto de Santa María. La fecha de su ejecución es desconocida, si bien tuvo
lugar a partir del día 20 y creemos que no mucho después[36].
Detenido en Barbate y trasladado a la
cárcel de El Puerto de Santa María
Siguiendo
con la historia que nos ocupa de Francisco y Concepción, después de una
estancia de varias semanas en Conil de la Frontera decidieron volver a Barbate.
El motivo tuvo que ver, al parecer, con la preocupación que tenían por
alimentar a un cochino[37]. No se sabe cuándo tuvo lugar ese regreso, pero sí
el momento de la detención de Francisco. En el expediente que se le abrió en La
Prisión Central de El Puerto de Santa María se reflejó el 7 de octubre como el
día de su ingreso, añadiéndose que “procedente de Barbate”. Resulta plausible
considerar, por tanto, que dicha detención pudo haberse producido no mucho
antes. Con anterioridad lo que se hacía con los detenidos era enviarlos durante
un tiempo a la cárcel municipal de Vejer de la Frontera, donde se procedía a
abrir las primeras diligencias. En este caso, por lo que vemos, fue enviado
directamente a la cárcel de El Puerto.
Llama
la atención que, pasados los dos primeros meses tras el golpe militar, se
produjeran entre septiembre y octubre varias detenciones en Barbate, dos de las
cuales tuvieron como resultado la muerte de sus protagonistas. Una de ellas, la
del líder almadrabero Francisco Utrera Rivera, pudo haber sido a principios de
septiembre, dado que su ingreso en la
Prisión Provincial de Cádiz tuvo lugar el día 11[38].
En
las mismas fechas que Francisco López Ramírez, a principios de octubre, también
pudo haberse producido la detención de Diego Ligero Ligero, un listero de la
Lonja que había sido acusado de “comunista dirigente de esta localidad”[39].
Tal conclusión no resulta extraña, teniendo en cuenta que en el expediente
carcelario de Francisco López Ramírez puede leerse lo siguiente: “Ingresa en
prisión procedente de Barbate entregado por la Guardia Civil y a disposición
del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia, según orden que se une al
expediente de DIEGO LIGERO LIGERO”. Sobre el destino final de Diego Ligero
Ligero existen, además, varios puntos todavía no aclarados. Uno de ellos tiene
que ver con lo manifestado por un familiar, que se ha referido a su pertenencia
al Partido Comunista y, lo que resulta más importante e inquietante, a que
llegó a ser ejecutado[40], extremo, este último, que no está documentado. Aun
con todo, se da la circunstancia de que, pese a que su nombre aparece citado en
los dos documentos antes referidos, no se ha podido encontrar su expediente
carcelario en los fondos del Archivo Histórico Provincial de Cádiz[41].
Ante
la nueva situación creada por la detención de su marido, Concepción decidió
trasladarse a alguna localidad cercana a El Puerto, con el fin de que le
resultara más fácil visitarlo. Y para poder mantenerse, estuvo “sirviendo en
una casa”[42]. No queda claro cuál fue esa localidad, pero pudo haber sido la
propia capital gaditana. No faltó durante su estancia carcelaria que Miguel
Alba García[43], sobrino por parte de su mujer y hermano de Cristóbal,
intentara visitarlo. Pese a que contaba con apenas 13 años, salió a pie desde
Conil de la Frontera, si bien por el camino recibió la ayuda de un carretero,
que lo llevó a donde residía su tía Concepción. El intento, sin embargo,
resultó infructuoso.
Francisco
llegó a escribir dos cartas a su mujer, consciente de la proximidad de su
muerte[44], en una de las cuales, quizás la última, se despedía con una
expresión parecida a “Por la República[45]”. Teniendo en cuenta que era
analfabeto[46], su redacción la realizó un compañero de cautiverio originario
de Valencia, algo que fue frecuente en esos años. Las cartas, al parecer, se
mecanografiaron años después, pero se ignora dónde pueden estar. Cuando
comunicaron a Concepción la muerte de Francisco su reacción fue la de dirigirse
a gritos contra sus responsables, no faltando llamarlos asesinos[47]. De esos
días existe otra información, referida a
cierta ocasión en la que Concepción, cuando se dirigía a visitar a su marido a
la cárcel de El Puerto, vio un camión con presos y tuvo el presentimiento que
uno de ellos era su marido[48].
Pero
más allá de esa información transmitida oralmente, se dispone de documentación
que nos acerca a lo ocurrido en los días previos a la muerte de Francisco López
Ramírez. Así, existe constancia documental de que estuvo en la cárcel portuense
hasta el 17 de febrero de 1937. El día anterior se había cursado la orden desde
la Delegación Provincial de Orden Público para que se procediera a su traslado,
consignándose que debería ir acompañado de Francisco Utrera Rivera, el líder
almadrabero[49]. La salida de la cárcel ha quedado registrada en los
expedientes de los dos presos. En el de Francisco Utrera Rivera, además, puede
leerse lo siguiente: “En el dia de hoy es entregado a la Guardia Civil este
detenido para ser trasladado a la Carcel de Cadiz por orden del Ilmo delegado
de los Servicios de orden Publico de dicha Capital que se une al expediente de
Francisco Lopez Ramirez, se da cuenta”[50].
Los
dos marineros, por tanto, salieron juntos de la cárcel de El Puerto,
custodiados por la Guardia Civil y con dirección a la Prisión Provincial de
Cádiz. Pero a la capital no llegaron.
El asesinato
Entre
los familiares de Francisco López Ramírez se hablaba de que su muerte se había
producido en el mismo municipio de El Puerto, pero no se sabía precisar la fecha.
El descubrimiento de la certificación literal del registro de su defunción es
lo que nos ha permitido tener la constancia documental de lo que hasta ahora
había quedado escondido entre los papeles conservados a lo largo de tantos
años, pero sin que nadie se hubiera apercibido de ello. Por eso ahora estamos
en disposición de afirmar, a través de una certificación expedida en marzo de
1981 por la Delegación Provincial de Justicia en Cádiz, en su sección de
Registros Civiles[51], que Francisco López Ramírez fue fusilado en el
cementerio de El Puerto de Santa María el 18 de febrero de 1937 y enterrado en
el interior de ese mismo recinto.
Lo que
hasta hace poco era algo desconocido, como es el lugar, el día y la causa de su
muerte, ahora sí lo conocemos. Y en ese hecho, que no deja de ser un asesinato,
hay un detalle que no podemos dejar de lado y que tiene que ver con Francisco
Utrera Rivera[52].
Dos marineros de la almadraba que
coincidieron en su dramático destino
Ya se
ha indicado que los dos almadraberos salieron juntos de la prisión portuense el
17 de febrero de 1937 con destino a la de la capital. Otra cosa es lo relativo
a sus respectivos fallecimientos. Según los documentos de los que disponemos, a
lo sumo hubo un día de diferencia. Si el de Francisco López Ramírez, el día 18
de febrero, está documentado oficialmente, en el caso de Francisco Utrera
Rivera disponemos de una fecha no oficial, la del 17, que procede de una entidad de ahorros.
De
este último sabemos que había estado recluido en la cárcel de Cádiz desde el 11
de septiembre de 1936 hasta el 21 de enero del año siguiente, momento en que se
decidió su trasladado a la prisión de El Puerto[53], cuyo registro de llegada
está fechado el 25 de enero. Luego, con fecha de 17 de febrero, salió para ser
trasladado de nuevo a la prisión de Cádiz. Su fallecimiento, en el mismo día,
ha quedado reflejado en un documento de la agencia de Chiclana de la Frontera
de la Caja de Seguros Sociales y Ahorros de Andalucía Occidental[54].
Estamos,
pues, ante dos marineros de la almadraba, afiliados a la CNT y, en distinto
grado, representantes de los trabajadores. Ante dos muertes muy próximas, con
un solo día de diferencia como mucho, que sucedieron varios meses después de
que su protagonistas hubieran sido detenidos. Ante una cárcel, la de El Puerto
de Santa María, como nexo común en torno a sus respectivas muertes. De uno,
Francisco Utrera Rivera, con constancia de sus estancias y traslados entre las prisiones
de Cádiz y El Puerto. Del otro,
Francisco López Ramírez, internado en la cárcel de El Puerto. Del primero,
habiéndose fijado por una entidad de ahorros que falleció el 17 de febrero. Y
del segundo, con el registro oficial de su fallecimiento el 18 de febrero, a lo
que se une el lugar y la causa, así como del lugar de enterramiento. Y los dos,
desaparecidos.
Dos
destinos muy dolorosos, que simbolizan la naturaleza violenta que tuvo el
fascismo.
3. Lo que fue de Concepción García Castillo
Rehaciendo su vida
Ya
sin su marido, los siguientes años de la vida de Concepción García Castillo
fueron muy duros. Formó parte de ese numerosísimo grupo de mujeres que en
España, de una u otra forma, tuvieron que sufrir lo que ha venido a denominarse
como “exilio doméstico”[55]. Sin que sepamos desde cuándo, estuvo viviendo
hasta 1972 en la casa de su sobrino Cristóbal Alba García[56], hijo de su
hermana Juana, y a quien había criado cuando era niño. Cristóbal había nacido
en Conil de la Frontera en 1919 y su traslado a Barbate lo hizo cuando tenía 19
ó 20 años. Teniendo en cuenta el año de nacimiento, eso ocurrió entre 1937 y
1939, coincidiendo con la situación de viudez de su tía.
Al
principio estuvo trabajando como marinero, pero tras su matrimonio Antonia Varo
Alvarado, que tuvo lugar en 1942, su situación laboral cambió. Su mujer
pertenecía a una familia propietaria de varios barcos, entre ellos el Pepita
Aurora, lo que conllevó que Cristóbal trabajara como listero durante un tiempo.
Luego ofició como agente comercial y finalmente llegó a regentar un almacén de
frutas, vinos y otros productos.
Concepción
ayudó a criar a los hijos y las hijas de Cristóbal, como años antes hiciera con
él. También se dedicó a la venta de pequeñas mercancías en su casa, no faltando
algunos productos de lo que entonces se denominaba como estraperlo. Ésta fue
una actividad que estuvo muy extendida en todo el país durante esos años y en
el caso de Barbate adquirió una gran dimensión, dada su situación geográfica,
cercana a Gibraltar, y la dedicación preferente a la extracción de recursos
pesqueros, entre los que destacaban los que se realizaban en las aguas al norte
de Marruecos. Para una minoría, en ocasiones con personas dentro del círculo de
poder local, el estraperlo fue una vía de enriquecimiento, aunque para la
mayoría, gentes de condición humilde, fue el medio que les permitió sobrevivir
y completar sus ingresos económicos[57].
Esa
dedicación es lo que explica que a mediados de diciembre de 1942 Concepción
sufriera otro contratiempo en su vida, después que su domicilio fuera objeto de
un registro llevado a cabo por dos agentes de la Guardia Civil, que sospecharon
que en él se vendía tabaco de contrabando[58]. Como resultado de las pesquisas
se encontraron seis paquetes de tabaco de distintas marcas que procedían de
Gibraltar y cuyo peso bruto era de 1.050 gramos. En el acta que elaboraron los
agentes se reflejó que Concepción prestó “toda clase de facilidades”, a lo que
se añadió “que se dedicaba a esta venta por ser viuda y tener que mantener
varios de familia”. En la tasación que hizo un inspector de la Fábrica de
Tabacos se valoró la mercancía en 12 pesetas, recibiendo finalmente una multa
de 48 pesetas, que pagó en mayo de 1943.
Dio
la casualidad que Ana Morales Bermúdez, viuda de Francisco Utrera Rivera,
también se dedicó, como una forma de mantener a sus dos hijos de corta edad, a
la venta de pequeñas cantidades de azúcar, café o tabaco, que en ocasiones
traía ella misma desde Gibraltar[59].
Pero
siguiendo con Concepción, esa actividad de venta minorista de productos acabó
teniendo, en cierta medida, un suporte legal. Es lo que se desprende del
salvoconducto emitido en febrero de 1945 por el Gobernador Militar del Campo de
Gibraltar, con validez hasta final de
año, mediante el cual se le concedía el permiso “para circular libremente por
el territorio de este Campo”.
Apuntando a Zahara de los Atunes
La
familia de Antonia Varo Alvarado, esposa de Cristóbal, adquirió en los años 40
el Cortijo del Moro, una finca situada dentro del término municipal de Tarifa,
lindante con la sierra de la Plata y en las cercanías de Zahara de los Atunes.
Eso permitió que una parte de la familia de Concepción, procedente de Conil de
la Frontera, se trasladara a dicho cortijo y que después, con el paso de los
años, sus miembros se fueran dispersando por Zahara de los Atunes y Barbate.
a
la primera de esas localidades acabó trasladándose en 1972 la propia Concepción
El motivo tuvo relación con la pérdida de buena parte de la visión, como
consecuencia de unas cataratas. Fue acogida por su sobrina Francisca Alba García,
a la vez que mantuvo muy buenas relaciones con los familiares residentes en esa
localidad. Contigua a la casa de Francisca se encontraba, por ejemplo, la de su
hermana Josefa, que hizo que existiera un elevado grado de familiaridad con
Concepción. Ésta no perdió su sentido de hacer cosas, dedicándose a la venta de
cupones de la Lotería Nacional.
Ya
durante la Transición, con la aparición de una legislación que permitía obtener
pensiones a mutilados y heridos de guerra del bando republicano, así como a
viudas de víctimas mortales de ese mismo bando, Concepción aprovechó la
circunstancia para solicitar la suya[60]. Sobre las gestiones que llevó a cabo
en el Ayuntamiento de Barbate existen dos escritos[61], conservados en el
Archivo Municipal del municipio. El primero está fechado el 29-01-1979, pero
debió de resultar incompleto, pues, entre otras cosas, no aparece el nombre del fallecido. Distinto es el caso del
segundo, que está redactado en forma de Comparecencia, estando fechado a
finales de año, concretamente el 7 de diciembre. En ese acto Concepción estuvo
acompañada de dos testigos, vecinos de Barbate, que declararon lo siguiente
ante el Alcalde y el Secretario General del Ayuntamiento:
“que
el natural de esta localidad don FRANCISCO LÓPEZ RAMÍREZ, fue detenido en esta
Villa [Barbate], presenciando su detención y desconociendo el lugar donde
posteriormente fue trasladado y ejecutado, pero al ser ello cierto y de domino
público lo manifiestan lo manifiestan asi como prueba testifical”[62].
Uno
de esos testigos era Diego Redondo Varo, a su vez hermano de Juan Redondo Varo,
vecino de Vejer de la Frontera que había sido concejal por el PSOE en 1936 y
que también estuvo entre las víctimas mortales de la represión durante la
guerra.
Dos
años después, en 1981, a Concepción le fue concedida la pensión de viudedad,
cuando consiguió demostrar documentalmente la causa del fallecimiento de su
marido. La certificación literal expedida en marzo de 1981 por la Delegación
Provincial de Hacienda en Cádiz, en su sección de Registros Civiles, resultó
decisiva[63].
Otras
viudas no tuvieron la misma suerte, como ocurrió con Ana Morales Bermúdez, la
esposa de Francisco Utrera Rivera, el
dirigente almadrabero que coincidió con Francisco López Ramírez en su dramático
destino final. Nunca pudo obtener la certificación oficial de su muerte, pese a
que constaba en un documento de una entidad de ahorros provincial[64]. Una
constatación del excesivo celo con que se actuó desde las distintas
administraciones, atendiendo, a su vez, a una legislación que no contemplaba en
toda su extensión la realidad de la represión habida, en la que no faltó la
acción del régimen franquista para ocultarla[65].
Durante
los últimos años de su vida Concepción consiguió recuperar la visión, tras haber sido sometida a una intervención.
Siguió manteniéndose activa y lúcida. Como han indicado tanto Ana Pelayo Alba
como Francisco Valencia Alba nunca le faltó el recuerdo de su marido, Francisco
López Ramírez, pese al miedo que mostraba cuando hablaba de ello. Finalmente
falleció en 1990, siendo enterrada en el cementerio de Barbate.
Epílogo: la metáfora del jarrón roto
Cuando
hablamos y escribimos sobre las historias de las personas represaliadas por el
fascismo en España, lo hacemos en una buena parte, si no en su mayoría, de una
manera bastante fragmentaria. Tiene que ver, en primer lugar, con la
destrucción de muchos documentos o las dificultades que hay para acceder a
ellos en los diferentes organismos oficiales. Pero también es consecuencia del
miedo, que ha llevado a que muchas de las víctimas y sus familiares decidieran
ocultar parte o la totalidad de lo sufrido. Esto es algo que afecta en mucha
mayor medida a las víctimas mortales.
De
cada víctima podemos decir que son como jarrones rotos, desde cuyos trozos, más
o menos dispersos, intentamos reconstruirlos uno a uno. Y en ese intento, a
base de constancia y a veces fortuna, vamos vislumbrando la forma que tuvieron
antes de que fueran destruidos. Es lo
que ocurre en los dos casos que nos ha ocupado este artículo: el de Francisco
López Ramírez y el de su mujer, Concepción García Castillo. El primero,
asesinado en febrero de 1937, y la segunda, testigo de su sufrimiento y víctima
de las secuelas que le dejó esa muerte. Si hasta ahora apenas teníamos unos
trozos sueltos, pocos, de lo que fueron sus jarrones, por una serie de
circunstancias hemos ido encontrando más, hasta el punto que, si bien no se han
restaurado en su totalidad, ahora podemos hacernos una idea de las formas que
tuvieron antes de ser destruidos.
NOTAS
[1] Ver
los trabajos del autor del artículo: “¿Dónde están las víctimas mortales de
Barbate que desaparecieron por la represión fascista?”, en el blog Entre
el mar y la meseta, 1-11-2021; http://marymeseta.blogspot.com/2021/11/donde-estan-las-victimas-mortales-de-la.html”;
y Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra;
Cádiz, Mancomunidad de Municipios de La Janda/Diputación Provincial de Cádiz,
2021. [2] Hernández
Navarro y Moreno Tello (2011). [3] Las
presentaciones del libro tuvieron lugar los días 10 de diciembre de 2021, en la
Casa de la Cultura de Barbate, y el 4 de marzo de 2022, en el Espacio Cultural
La Higuera de Zahara de los Atunes. En cuanto al tercero de los actos, que se
celebró el 10 de marzo de este año, también en la Casa de la Cultura, se trató
de la ponencia “Barbate, entre el horizonte y la realidad de la Segregación
(1930-1948)”; fue uno de los actos organizados con motivo del 84 aniversario de
la segregación de Barbate como municipio. [4] Inicialmente
el 1-01-1916 había sido declarado disponible y con destino en el Trozo de Conil
de la Brigada de Cádiz; cumplió ocho años de servicio de armas en la reserva,
siendo licenciado el 14-05-1924. [5] La
fecha de inscripción para dedicarse a la pesca fue la del 7-05-1914. [6] La
recibió concretamente el 18-04-1923 en el instituto Alfonso XIII; aparece
también su profesión de marinero, el dato erróneo de ser natural de Conil,
tener 26 años y estar casado. [7][7] Quizás
fuera hecha en la puerta de su domicilio; y en cuanto al momento, podría ser de
los años 30. [8] El
documento se basa en el auto dictado por el juez de primera instancia del
Partido, con fecha de 9-03-1981, siendo el secretario el encargado de su
registro, que se realizó el 14-03-1981. [9] Entre
el mar y la meseta, 28-03-2022
(https://marymeseta.blogspot.com/2022/03/francisco-lopez-ramirez-una-victima.html). [10] Antiguo
alumno y archivero de la Diputación Provincial, con quien mantengo una relación
cordial, habiéndome aportado en varias ocasiones información interesante. [11] El
nacimiento de Francisco López Ramírez en Campano se recoge tanto en su Libreta
de Inscripción Marítima, emitida en 1914, como en el Certificado Literal de
Defunción; resulta erróneo lo que se hizo constar en dos documentos: uno, de
1923, relativo a un certificado de vacunación, en el que se reflejó que era
natural de Conil; el otro, el expediente carcelario que se le abrió en El
Puerto de Santa María, donde se escribió que había nacido en el
municipio malagueño de Coín, quizás por su similitud con el nombre de Conil. [12] Marchena
(2005) y Cañas (2014). [13] Santos
y Velázquez-Gaztelu (1988, p. 164). [14] Ríos
Jiménez (2007, pp. 6-7) y Florido del Corral (2013a, pp. 6-7; y 2013b). [15] Santos
y Velázquez-Gaztelu (1988, pp. 183-184). [16] Ríos
Jiménez (2007, p. 8). [17] Florido
del Corral (2002, pp. 176-177; y 2013b, p. 239). [18] Entrevista
mantenida con Francisco Valencia Alba (18-03-2022). [19] Sobre
lo relativo a la presencia de la CNT en Barbate, ver Montero Barrado (2021b,
pp. 52-58). [20] Maurice
(1990, pp. 32-33). [21] Se
trata del “Informe de las actividades del Consorcio dirigido al Sr. Ministro de
Marina”, que además se publicó en el mes de junio en la revista España
Marítima y Pesquera (Florido del Corral, 2002: pp. 239-240). [22] Florido
del Corral (2002) y Aragón Fernández (2013, p. 70 y ss.). [23] Velasco
Calzas (sin fecha). [24] Varela
Ortega (2001, pp. 660 y 696). [25] Información
sobre el conflicto puede verse en lo publicado en el Diario de Cádiz,
que puede consultarse en la Biblioteca de Cádiz, en su sección de Hemeroteca;
también, en Gutiérrez Molina (1994, pp. 436-437). [26] Diario
de Cádiz (13-06-1936, p. 3). [27] Diario
de Cádiz (13-06-1936, p. 3). [28] Entrevista
mantenida con Francisco Valencia Alba (18-03-2022). [29] Entrevista
mantenida con Francisco Valencia Alba (18-03-2022). [30] Montero
Barrado (2021b, p. 112 y ss.). [31] Rivera,
Daza y Malia (2006.). [32] Así
lo expresó en 1986 el comandante del “Churruca”, Luis Núñez de Castro y
Mínguez, en una carta que envió a Francisco Malia Sánchez. Concretamente
escribió: “Y el objetivo de Barbate era naturalmente la fábrica y el puerto, no
la iglesia, la casa del cura y del alcalde y de los conspicuos de la población”
(Rivera, Daza y Malia: 2006, pp. 15-16). [33] Montero
Barrado (2021b, pp. 78-79 y 82 y ss.). [34] Montero
Barrado (2021b, pp. 78-80). [35] Alicia
Domínguez Pérez (2004, p. 88 y ss. ). [36] Gutiérrez
Molina (2015) y Montero Barrado (2021b, pp. 80-81). [37] Entrevista
mantenida con Francisco Valencia Alba (18-03-2022). [38] Según
consta en la certificación expedida el 14-05-1979 por el subdirector del Centro
Penitenciario de Detención de Cádiz. [39] Así
consta en un documento elaborado en el mes de octubre por el Ayuntamiento de
Vejer de la Frontera (Montero Barrado, 2021b: pp. 87-88). [40] Montero
Barrado (2021b, pp. 87-88). [41] En
las consultas realizadas en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz no se ha
encontrado ningún otro rastro documental, llegando a ser comunicado
este hecho al propio director del archivo. [42] Conversaciones
con Francisco Valencia Alba (31-03-2022) y Ana Pelayo Alba (27-03-2022), esta
última después que se lo hubiera transmito Juana Alba Varo, hija de Cristóbal
Alba García. [43] Conversación
telefónica con Francisco Valencia Alba (17-07-2022). [44] Son
varios los familiares que se ha referido a este hecho: Francisco Valencia Alba,
Isidoro Alba Moreno y Alonso Alba Varo. [45] Conversación
telefónica con Francisco Valencia Alba (17-07-2022). [46] Conversación
con Ana Pelayo Alba (27-03-2022). [47] Entrevista
y conversación telefónica con Francisco Valencia Alba (18-03-2022 y 17-07-2022). [48] Conversación
telefónica con Francisco Valencia Alba (28-03-2022). [49] Archivo
Histórico Provincial de Cádiz, expedientes del Penal de El Puerto de Santa
María. [50] Una
copia de ese documento me fue entregada por su nieta Ana Utrera Martínez en el
verano de 2020; recientemente me envió otra copia el director del Archivo
Histórico Provincial de Cádiz. [51] El
auto fue dictado por el juez de primera instancia del Partido el 9-03-1981 y su
encargado de registrarlo, el secretario, que lo llevó a cabo con fecha
14-03-1981. [52] Sobre
las circunstancias de la muerte de Francisco Utrera Rivera, ver Montero Barrado
(2021b, pp. 88-89). [53] Montero
Barrado (2021b, pp. 88-89). [54] Copia
entregada por su nieta Ana Utrera Martínez en el verano de 2020. [55] Tavera
(2005, p. 199). [56] Los
datos relativos Cristóbal Alba García provienen sobre todo de las
conversaciones telefónicas mantenidas con Alonso Alba Varo
(1/2-06-2022). [57] Sobre
algunos de los aspectos que adquirió en Barbate, ver Montero Barrado (2021b,
pp. 182-183 y 191-193). [58] La
información proviene del Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Inventario de
la Delegación de Hacienda; para los aspectos concretos, ver Montero Barrado
(2021b, p. 183). [59] Montero
Barrado (2021b, p. 183). [60]En
concreto, a través del decreto-ley fechado el 18-11-1978; sobre los pormenores
de esta legislación y cómo afectó a Barbate ver Montero Barrado (2021b, p. 206
y ss.). 61] Montero
Barrado (2021b, pp. 210-211). [62] Esta
fórmula testifical se utilizó en otros casos donde se reclamaron pensiones de
viudedad por motivo de víctimas de guerra. [63] El
auto fue dictado por el juez de primera instancia del Partido el 9-03-1981 y su
encargado de registrarlo, el secretario, que lo llevó a cabo con fecha
14-03-1981. [64] Posteriormente,
en 2014, resultaron infructuosas las gestiones que realizó Ana Utrera Martínez,
nieta de Francisco Utrera Rivera, ante la Dirección General de Memoria
Democrática de la Junta de Andalucía; desde dicha instancia se solicitó al
Archivo Histórico Provincial de Cádiz que le facilitase la documentación
disponible, que se redujo al registro del ingreso en la cárcel de El Puerto de
Santa María en enero de 1937, algo que, por otra parte, ya lo
conocía la familia. [65] En
el caso de Diego Guerrero Pérez, que estuvo luchando por conseguir una
indemnización económica por haber estado encarcelado tras la guerra,
el Defensor del Pueblo le reconoció en una carta, fechada el 5-10-1998, que
había pedido al Ministerio de Economía y Hacienda una “flexibilización
de los criterios de interpretación y aplicación de la (…) normativa”
(Montero Barrado, 2021b: pp. 209-210).
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA UTILIZADAS
Fuentes documentales
Archivo
Histórico Provincial de Cádiz.
Archivo
Municipal de Barbate.
Archivo
Municipal de Vejer de la Frontera.
Biblioteca
de Cádiz. Hemeroteca.
Documentación
aportada por Ana Pelayo Alba sobre Francisco López Ramírez y Concepción García Castillo.
Documentación
aportada por Sebastián Muñoz Gómez sobre Diego Guerrero Pérez.
Documentación
aportada por Ana Utrera Martínez sobre Francisco Utrera Rivera.
Testimonios orales de familiares
Isidoro
Alba Moreno (1-04-2022).
Alonso
Alba Varo (1/2-06-2022).
Ana
Pelayo Alba (23/28-03-2022).
Francisco
Valencia Alba (10/18/28/31-03-2022, 14-06-2022 y 17-07-2022).
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(El
artículo ha sido publicado en Todos (…)
los Nombres, portal electrónico dedicado a
recoger datos de las víctimas del franquismo en Andalucía, Extremadura y
Norte de África: https://todoslosnombres.org/material/francisco-lopez-ramirez-la-decima-victima-mortal-de-la-represion-en-barbate-y-concepcion-garcia-castillo/).